02 Mayo 2008
DOBLETE. Los pescadores con suerte logran estas capturas en Ticucho.LA GACETA
En la cola de El Cadillal se concentra el mejor pique de pejerreyes respecto del resto del extenso espejo de agua. Durante el relevamiento que realizó LA GACETA en distintas costas y embarcados, en la zona de Ticucho se logró el mayor número de capturas y con piques sostenidos por momentos.
Casi al medio del espejo de India Muerta y a 100 metros del último islote, se tentó con éxito a las flechas de plata, que dicho sea de paso alcanzan un tamaño mediano a grande, y dan buena pelea.
En todos los casos se utilizó equipo liviano. Con nylon del 24 se armó la línea del balancín, que se completó con una plomada de entre 6 y 7 gramos y una boya lapicera o trompito. Se buscó el pique primero con la plomada al barro y la boya acostada. Esta es una de las mejores técnicas cuando, como ocurrió durante la excursión, el viento torna difícil determinar, a simple vista, el pique sutil.
Luego se intentó en profundidades de entre un metro y medio hasta tres. En esta última se dieron piques sostenidos, con capturas de buen porte. En todos los casos se usó carnada combinada. Esto es, filete de mojarra -natural y coloreada con rojo- y camarones. También dan resultado en los lanzamientos desde la costa de ese pesquero, en la barranca que está frente al islote.
Esta ocasión sirvió también para probar una caña Myatix M Multiline, de 2,40 metros de largo, dos tramos y puntera (tiene dos recambios), recomendada por Ricardo Ruarte, de Aventura Express. Esta vara muy liviana es cómoda para el lanzamiento y el cañazo. La acción de la puntera ayuda a sentir el pique y peso de la captura durante el izamiento, un plus que no se consigue con cañas rígidas.
En la zona de El Cardumen, a unos 500 metros de la orilla (en línea recta hacia el club) hay que tener paciencia con el pique que es ralito, pero las capturas son de buen porte. Algo similar ocurre en las inmediaciones del río Tapia, donde se alternan enganches de pejerreyes con bagres.
En las presas 1, 4, en el embarcadero y en la costa de la confitería las flechas de plata toman la carnada arriba (a un metro) y en profundidad. Algunos pescadores tiran al bagre con línea al barro y logran buenos ejemplares encarnando con corazón bovino y con lombrices.
Párrafo aparte para las posibilidades que ofrece la desembocadura del río Tapia. Hay sábalos que en muchos casos toman carnadas (corazón, bollitos de aserrín de hueso con harina y otros artificios).
Los rediadores tuvieron su escarmiento y por estos días desaparecieron. Los inspectores de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos, junto con efectivos de la Policía Lacustre y de la Ecológica secuestraron el último mes más de 40 redes y trasmallos.
Casi al medio del espejo de India Muerta y a 100 metros del último islote, se tentó con éxito a las flechas de plata, que dicho sea de paso alcanzan un tamaño mediano a grande, y dan buena pelea.
En todos los casos se utilizó equipo liviano. Con nylon del 24 se armó la línea del balancín, que se completó con una plomada de entre 6 y 7 gramos y una boya lapicera o trompito. Se buscó el pique primero con la plomada al barro y la boya acostada. Esta es una de las mejores técnicas cuando, como ocurrió durante la excursión, el viento torna difícil determinar, a simple vista, el pique sutil.
Luego se intentó en profundidades de entre un metro y medio hasta tres. En esta última se dieron piques sostenidos, con capturas de buen porte. En todos los casos se usó carnada combinada. Esto es, filete de mojarra -natural y coloreada con rojo- y camarones. También dan resultado en los lanzamientos desde la costa de ese pesquero, en la barranca que está frente al islote.
Esta ocasión sirvió también para probar una caña Myatix M Multiline, de 2,40 metros de largo, dos tramos y puntera (tiene dos recambios), recomendada por Ricardo Ruarte, de Aventura Express. Esta vara muy liviana es cómoda para el lanzamiento y el cañazo. La acción de la puntera ayuda a sentir el pique y peso de la captura durante el izamiento, un plus que no se consigue con cañas rígidas.
En la zona de El Cardumen, a unos 500 metros de la orilla (en línea recta hacia el club) hay que tener paciencia con el pique que es ralito, pero las capturas son de buen porte. Algo similar ocurre en las inmediaciones del río Tapia, donde se alternan enganches de pejerreyes con bagres.
En las presas 1, 4, en el embarcadero y en la costa de la confitería las flechas de plata toman la carnada arriba (a un metro) y en profundidad. Algunos pescadores tiran al bagre con línea al barro y logran buenos ejemplares encarnando con corazón bovino y con lombrices.
Párrafo aparte para las posibilidades que ofrece la desembocadura del río Tapia. Hay sábalos que en muchos casos toman carnadas (corazón, bollitos de aserrín de hueso con harina y otros artificios).
Los rediadores tuvieron su escarmiento y por estos días desaparecieron. Los inspectores de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos, junto con efectivos de la Policía Lacustre y de la Ecológica secuestraron el último mes más de 40 redes y trasmallos.
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