10 Abril 2008
"De la investigación también se puede vivir"
El director saliente de la institución, Eduardo Charreau, destacó la visionaria mentalidad del creador del organismo de Ciencia y Técnica. El funcionario, que hoy deja el cargo, señaló la importancia que tiene Tucumán en la producción científica nacional.
BALANCE. Charreau apuesta al desarrollo de la nanotecnología (ciencia aplicada a la manipulación de la materia a nivel de las estructuras moleculares). LA GACETA / ANTONIO FERRONI
"Tucumán es un productor importante de ciencia, tanto dentro del país como en el seno del Conicet, que en esa provincia tiene más de 500 investigadores y cinco institutos de investigación", afirmó el presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Eduardo Charreau.
A días de finalizar su gestión al frente de la entidad nacional y en el marco de los festejos por el 50 aniversario del Conicet, que se celebran hoy en homenaje al fundador del organismo, Bernardo Houssay, el científico enfatizó acerca de la importancia del nexo entre la producción científica y las empresas. Charreau es un doctor en Ciencias Químicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA; dirigió el Conicet desde 1993 y hoy se despide de ese cargo.
- ¿Con qué objetivo fundó Bernardo Houssay el Conicet?
- El Conicet se crea en la década del 50, al mismo tiempo en que se crean los grandes institutos de ciencia y tecnología en el país y en todo el mundo como consecuencia de la importancia que habían tenido los desarrollos científicos en la Segunda Guerra Mundial. Houssay fundó el Conicet con la convicción de que para hacer ciencia hay que tener dedicación exclusiva; y en ese momento el país no tenía los puestos necesarios para hacerlo. Yo creo que lo más importante de la creación del Consejo es haber definido a la investigación científica como una profesión y demostrar que de la investigación también se puede vivir.
- ¿Cuál es el objetivo principal del Consejo, 50 años después?
- La preocupación principal es velar por el desarrollo equilibrado de todas las disciplinas científicas. Sin duda, se deben priorizar las ramas de la ciencia que el Estado Nacional, a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología, toma como líneas prioritarias. El Ministerio está haciendo hincapié en las biotecnologías, las nanotecnologías y el desarrollo de software.
- ¿Hay buena relación con el sector empresario?
- En los últimos cuatro años, el Conicet firmó convenios de transferencia con 500 empresas nacionales e internacionales y la mayoría de ellos están en pleno desarrollo. Hay investigadores argentinos que realizan investigaciones en el extranjero, pero se procura dejar la prioridad de la patente dentro del sistema argentino.
-¿Cuáles son las disciplinas que aún falta desarrollar?
- Hay disciplinas que deberían tener desarrollos próximos. Una de ellas son las nanotecnologías. Lo que hay que hacer en el país es nuclear a los grupos que están desarrollando investigaciones en esta materia, lo que ya se está realizando a través del Conicet, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica y en algunas universidades nacionales.
A días de finalizar su gestión al frente de la entidad nacional y en el marco de los festejos por el 50 aniversario del Conicet, que se celebran hoy en homenaje al fundador del organismo, Bernardo Houssay, el científico enfatizó acerca de la importancia del nexo entre la producción científica y las empresas. Charreau es un doctor en Ciencias Químicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA; dirigió el Conicet desde 1993 y hoy se despide de ese cargo.
- ¿Con qué objetivo fundó Bernardo Houssay el Conicet?
- El Conicet se crea en la década del 50, al mismo tiempo en que se crean los grandes institutos de ciencia y tecnología en el país y en todo el mundo como consecuencia de la importancia que habían tenido los desarrollos científicos en la Segunda Guerra Mundial. Houssay fundó el Conicet con la convicción de que para hacer ciencia hay que tener dedicación exclusiva; y en ese momento el país no tenía los puestos necesarios para hacerlo. Yo creo que lo más importante de la creación del Consejo es haber definido a la investigación científica como una profesión y demostrar que de la investigación también se puede vivir.
- ¿Cuál es el objetivo principal del Consejo, 50 años después?
- La preocupación principal es velar por el desarrollo equilibrado de todas las disciplinas científicas. Sin duda, se deben priorizar las ramas de la ciencia que el Estado Nacional, a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología, toma como líneas prioritarias. El Ministerio está haciendo hincapié en las biotecnologías, las nanotecnologías y el desarrollo de software.
- ¿Hay buena relación con el sector empresario?
- En los últimos cuatro años, el Conicet firmó convenios de transferencia con 500 empresas nacionales e internacionales y la mayoría de ellos están en pleno desarrollo. Hay investigadores argentinos que realizan investigaciones en el extranjero, pero se procura dejar la prioridad de la patente dentro del sistema argentino.
-¿Cuáles son las disciplinas que aún falta desarrollar?
- Hay disciplinas que deberían tener desarrollos próximos. Una de ellas son las nanotecnologías. Lo que hay que hacer en el país es nuclear a los grupos que están desarrollando investigaciones en esta materia, lo que ya se está realizando a través del Conicet, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica y en algunas universidades nacionales.
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