04 Abril 2008
“Este hecho es inaceptable desde todo punto de vista, menos la valoración de la vida que viene en camino, a la que hay que respetar”, expresó el presbítero Marcelo Barrionuevo, licenciado en Teología y especialista en Bioética, al referirse al caso del transexual que, con apariencia de hombre, lleva adelante un embarazo. “Ese niño va a nacer en una casa donde tendrá unos padres que son dos mujeres, una de las cuales quiere ser varón y, además, que quien cumplirá el papel de padre es quien ha sido la madre que lo llevó en su vientre. Mayor paradoja contra la naturaleza, imposible”, expresó el sacerdote.
El padre Barrionuevo agregó que la modernidad y la biotecnología generan esta clase de paradojas y se permite la opción por situaciones antinaturales. “Tenemos una mujer que renuncia a su condición femenina, y por lo tanto, a ser madre. Ya convertida, socialmente, en varón, apela a lo propio y natural, que es ser portadora de vida, es decir quiere ser mujer”, reflexionó.
“La vida humana que viene no es fruto del amor entre los esposos sino que es un producto tecnológico de la fecundación artificial”, apuntó el sacerdote.
El padre Barrionuevo agregó que la modernidad y la biotecnología generan esta clase de paradojas y se permite la opción por situaciones antinaturales. “Tenemos una mujer que renuncia a su condición femenina, y por lo tanto, a ser madre. Ya convertida, socialmente, en varón, apela a lo propio y natural, que es ser portadora de vida, es decir quiere ser mujer”, reflexionó.
“La vida humana que viene no es fruto del amor entre los esposos sino que es un producto tecnológico de la fecundación artificial”, apuntó el sacerdote.
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