24 Marzo 2008
EN BUENOS AIRES. Monseñor Jorge Bergoglio atacó el individualismo. DYN
BUENOS AIRES.- Obispos de diferentes diócesis del país expresaron su preocupación por la falta de diálogo y por los desencuentros de los argentinos, a la vez que advirtieron sobre espejismos económicos que impiden ver las injusticias, sobre todo el ensanchamiento de la brecha social. En sus mensajes pascuales, también lamentaron que la cultura prescinda de Dios y de los valores morales.
"Nos hemos acostumbrado a vivir en la cultura del desencuentro, en la que nuestras pasiones, nuestras desorientaciones, enemistades y conflictos nos enfrentan, nos deshermanan y nos aíslan, nos cristalizan en ese individualismo estéril que se nos propone como camino de vida todos los días", manifestó el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio.
"La propuesta cultural del paganismo actual en el mundo y en la ciudad, nos quiere solos, quietos, al final de un camino de ilusión que se transforma en sepulcro, muertos en nuestra frustración y egoísmo estériles", alertó Bergoglio al citar el ejemplo evangélico de las mujeres en soledad delante del sepulcro.
Monseñor Andrés Stanovnik, obispo de Corrientes, advirtió que una sociedad que no cultiva los valores que dan sentido trascendente a la vida de los ciudadanos "termina cayendo casi siempre en una desconfianza de todos contra todos; así se achican los horizontes y los grandes temas se reducen a pequeños intereses, en los que se gastan los mejores esfuerzos". Monseñor José María Arancedo, de Santa Fe, señaló que no se trata sólo de cambiar estructuras injustas, sino también el corazón del hombre para que cree estructuras justas. "Podemos crecer en el espejismo de algunas variables económicas, pero estas terminarán degradando la misma condición humana", dijo.
Varios obispos patagónicos consideran que el actual modelo social no garantiza un crecimiento sustentable, porque la preocupación por los pobres es una deuda aún pendiente. Advirtieron que la distribución equitativa de las riquezas todavía no es una realidad, y que la brecha entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco crece día a día.
Monseñor José María Arancibia, de Mendoza, dijo que la vida se convierte en una buena noticia "cuando comprende el trabajo, el honesto uso de los bienes materiales en justa y equitativa distribución y el cuidado del medio ambiente". (DyN)
"Nos hemos acostumbrado a vivir en la cultura del desencuentro, en la que nuestras pasiones, nuestras desorientaciones, enemistades y conflictos nos enfrentan, nos deshermanan y nos aíslan, nos cristalizan en ese individualismo estéril que se nos propone como camino de vida todos los días", manifestó el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio.
"La propuesta cultural del paganismo actual en el mundo y en la ciudad, nos quiere solos, quietos, al final de un camino de ilusión que se transforma en sepulcro, muertos en nuestra frustración y egoísmo estériles", alertó Bergoglio al citar el ejemplo evangélico de las mujeres en soledad delante del sepulcro.
Monseñor Andrés Stanovnik, obispo de Corrientes, advirtió que una sociedad que no cultiva los valores que dan sentido trascendente a la vida de los ciudadanos "termina cayendo casi siempre en una desconfianza de todos contra todos; así se achican los horizontes y los grandes temas se reducen a pequeños intereses, en los que se gastan los mejores esfuerzos". Monseñor José María Arancedo, de Santa Fe, señaló que no se trata sólo de cambiar estructuras injustas, sino también el corazón del hombre para que cree estructuras justas. "Podemos crecer en el espejismo de algunas variables económicas, pero estas terminarán degradando la misma condición humana", dijo.
Varios obispos patagónicos consideran que el actual modelo social no garantiza un crecimiento sustentable, porque la preocupación por los pobres es una deuda aún pendiente. Advirtieron que la distribución equitativa de las riquezas todavía no es una realidad, y que la brecha entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco crece día a día.
Monseñor José María Arancibia, de Mendoza, dijo que la vida se convierte en una buena noticia "cuando comprende el trabajo, el honesto uso de los bienes materiales en justa y equitativa distribución y el cuidado del medio ambiente". (DyN)
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