08 Marzo 2008
Susana Trimarco recibió el 7 de marzo del 2007, en Washington, el premio Mujeres de Coraje, entregado por primera vez por el Departamento de Estado norteamericano, en el Día Internacional de la Mujer.
En la distinción se destacó que Trimarco llegó a disfrazarse de prostituta en decenas de burdeles y de prostíbulos de la Argentina para hallar pistas que permitan dar con su hija.
En diálogo con Noticias Argentinas, Susana recuerda lo "difícil" que fue encontrar ecos de su desconsuelo en la Policía, en la Justicia y en la sociedad, y se preocupa por afirmar que su hija era "prolija con su vida".
"Nos avisaba todo, nunca anduvo en nada raro. Vivía en su casa, con su marido y con su hija (Micaela, que entonces tenía tres años)", comenta, para hacer saber que "ninguna chica está ajena" a los peligros de la noche ni a la posibilidad de ser secuestrada por una banda delictiva.
En "Vidas Robadas", la nueva novela de Telefé, la Policía le dice a Silveyra que la desaparición de su hija (Juliana) no responde a un secuestro, sino al abandono de hogar, precisamente el mismo argumento que solía usar la Policía de Tucumán, según recuerda Trimarco.
"(El 4 de abril) fuimos a buscarla a mi hija a la Maternidad, porque ella se nos había avisado que iba a hacerse unos estudios. Pasamos a los consultorios, que estaban cerrados. Después volvimos por todos los caminos alternativos hasta llegar a mi casa. No la hallamos. Comenzó nuestro calvario, nuestra deseperación", recuerda Susana.
Y concluye tajante: "Los policías no nos querían tomar la denuncia. Hoy siguen pasando esas cosas en la Argentina". (NA)
En la distinción se destacó que Trimarco llegó a disfrazarse de prostituta en decenas de burdeles y de prostíbulos de la Argentina para hallar pistas que permitan dar con su hija.
En diálogo con Noticias Argentinas, Susana recuerda lo "difícil" que fue encontrar ecos de su desconsuelo en la Policía, en la Justicia y en la sociedad, y se preocupa por afirmar que su hija era "prolija con su vida".
"Nos avisaba todo, nunca anduvo en nada raro. Vivía en su casa, con su marido y con su hija (Micaela, que entonces tenía tres años)", comenta, para hacer saber que "ninguna chica está ajena" a los peligros de la noche ni a la posibilidad de ser secuestrada por una banda delictiva.
En "Vidas Robadas", la nueva novela de Telefé, la Policía le dice a Silveyra que la desaparición de su hija (Juliana) no responde a un secuestro, sino al abandono de hogar, precisamente el mismo argumento que solía usar la Policía de Tucumán, según recuerda Trimarco.
"(El 4 de abril) fuimos a buscarla a mi hija a la Maternidad, porque ella se nos había avisado que iba a hacerse unos estudios. Pasamos a los consultorios, que estaban cerrados. Después volvimos por todos los caminos alternativos hasta llegar a mi casa. No la hallamos. Comenzó nuestro calvario, nuestra deseperación", recuerda Susana.
Y concluye tajante: "Los policías no nos querían tomar la denuncia. Hoy siguen pasando esas cosas en la Argentina". (NA)
NOTICIAS RELACIONADAS