17 Febrero 2008
“SE NECESITA UN CADAVER”. La pieza plantea una problemática actual. LA GACETA
“Este año promete ser uno de esos particularmente ‘movidos’ y no me refiero sólo a lo estrictamente teatral. El panorama político, la lucha por el patrimonio arquitectónico de la provincia, la irracional suba de los impuestos y la caprichosa veda horaria, deberían ser inspiradores de un teatro resistente en nuestra provincia”, señaló el dramaturgo y director Guillermo Montilla Santillán.
Y recuerda que con la obra “Se necesita un cadáver”, el año pasado se quiso aportar un granito de arena a la problemática de los actuales desaparecidos en la provincia (“todavía no hay noticias de Beatriz y pronto quedará en el olvido”, según dijo). Desde este posicionamiento, Montilla Santillán escribió “Popesku debe morir”, una parábola que habla sobre las consecuencias de los abusos del poder y que se estrenará en mayo, en El Círculo. “Es una forma de resistencia a lo que está sucediendo en la provincia”, insistió.
“Partimos de la premisa de un texto escrito previamente, un texto que nos emociona y nos representa y al mismo tiempo nos desafía. Luego los ensayos comienzan con un fuerte entrenamiento que lo articula todo: el cuerpo, la voz, las emociones y claro, la palabra, pero dejando al actor todas las libertades para su creación, y al mismo tiempo generándole un espacio de contención donde poder explorar”. El actor es un deportista del teatro y es con la intensidad y fuerza con que entrena un deportista, como se hace cada ensayo”, reflexionó.
Y recuerda que con la obra “Se necesita un cadáver”, el año pasado se quiso aportar un granito de arena a la problemática de los actuales desaparecidos en la provincia (“todavía no hay noticias de Beatriz y pronto quedará en el olvido”, según dijo). Desde este posicionamiento, Montilla Santillán escribió “Popesku debe morir”, una parábola que habla sobre las consecuencias de los abusos del poder y que se estrenará en mayo, en El Círculo. “Es una forma de resistencia a lo que está sucediendo en la provincia”, insistió.
“Partimos de la premisa de un texto escrito previamente, un texto que nos emociona y nos representa y al mismo tiempo nos desafía. Luego los ensayos comienzan con un fuerte entrenamiento que lo articula todo: el cuerpo, la voz, las emociones y claro, la palabra, pero dejando al actor todas las libertades para su creación, y al mismo tiempo generándole un espacio de contención donde poder explorar”. El actor es un deportista del teatro y es con la intensidad y fuerza con que entrena un deportista, como se hace cada ensayo”, reflexionó.