Al sueño de Tucumán lo invadió la frustración

Al sueño de Tucumán lo invadió la frustración

Mar del Plata ganó la subsede y los planes quedaron en la nada.

EL MONUMENTAL DE HORCO MOLLE. Así iba a quedar el estadio mundialista. El proyecto era de alto nivel. ARCHIVO LA GACETA
04 Febrero 2008
La televisión era en blanco y negro. El azul de Francia y el rojo de Hungría se hubieran confundido en las pantallas. Por eso, ambos fueron a jugar con las camisetas suplentes, que eran... blancas. La solución llegó cuando Kimberley de Mar del Plata les prestó a los franceses su camiseta verde y blanca, a rayas. Los dueños de la anécdota podían haber sido Atlético o San Martín. Pero no. El protagonismo que Tucumán había pretendido para albergar el Mundial 78 quedó a la deriva.
Un Mundial en Argentina despertó el interés en muchas ciudades. Y Tucumán se proclamó como la capital del NOA, aunque Salta fue la primera que se interesó en llenarse del dinero que dejan los miles de turistas que convoca el certamen. Se creó un comité, presidido por Ernesto Aulet, hombre de grandes ideas. Pero Aulet era un empresario, conocedor de capacidades hoteleras y de toda la infraestructura que necesitaba la ciudad para que la FIFA levantara el pulgar desde Suiza. ¿Y el estadio? Los dirigentes "decanos" y "santos" de la época querían que el Monumental y La Ciudadela, respectivamente, fueran remodelados. Cuando les dijeron que no eran propicios para sentar a 70.000 personas, surgió el proyecto de La Olla.
El pie del cerro, en Horco Molle, fue el lugar elegido. "A escasos 10 kilómetros del centro", decían. A todo esto, los guiños oficiales empezaron a llegar en marzo del 72. "La AFA apoya a Tucumán como subsede del Mundial de 1978", dijo Francisco Manrique, ministro de Bienestar Social de la Nación, en una reunión con el gobernador, Oscar Sarrulle.
Un grupo de arquitectos planeó todo basado en el Bus Memorial Stadium, de Saint Louis, Estados Unidos. Se trataba de un complejo con varios edificios, semicerrado, inspirado en el paisaje de los cerros, con 10.000 lugares de estacionamiento, restoranes y salas para los periodistas del mundo. La obra iba a construirse en seis años. Y llegó otro guiño. "Tucumán ha sido propuesta a la FIFA como subsede", proclamó, en abril del 72, Raúl D?Onofrio, el interventor de AFA. Pero apenas se removió el suelo y luego hubo motocross. ¿Qué pasó? En mayo del 74, el gobierno de Isabel Perón eligió a "La Feliz", aduciendo que estaba mejor preparada que nuestra ciudad. La historia no oficial saca a la luz a la guerrilla, activa desde principios de los 70. La única voz oficial llegó desde Salta. Carlos Posse, director de Deportes, en su momento dijo: "se lo puedo señalar concretamente, porque se me autorizó a que lo señalara. Yo escuché esta observación de una alta autoridad de la AFA: ?¿qué quiere, que lo hagamos en Tucumán para que nos degüellen a todos??"

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