¿Y por casa cómo andamos?

¿Y por casa cómo andamos?

Punto de vista. Por Osvaldo Aiziczon - Psicoanalista.

27 Enero 2008
Los profesionales también tienen miedo. Miedos profesionales. Es decir, aquellos, responsables de aliviar, de hacer comprensibles y manejables los miedos de sus pacientes, también sufren temores. Deseos de responder con eficacia a las expectativas de sus pacientes y miedo a no lograrlo. Por aquello de socios en el éxito y fugitivo en los fracasos, el profesional busca y tiene responsabilidades no siempre precisas en su alcance real.
Toda acción y sus efectos son interpretables. Y lo que es límite en unos, será apenas comienzo para otros. Los temores profesionales han tratado de ser disminuidos por el uso -consciente o no- de la idealización que la mayoría de los pacientes suelen experimentar por su tratante. Que el paciente a veces crea que su psicólogo es Dios, resultará muy diferente si el psicólogo  lo cree.
En ese caso el miedo a fracasar habrá sido reemplazado por lo infalible, ya que es poco frecuente que Dios se equivoque. En realidad, lo que causa problemas no es lo que se ignora, sino lo que se cree una certeza y realmente no lo es.
Dentro de los miedos profesionales, alianzas y competencias forman un delicado entramado - veces no tan delicado- que presentan al prestigio como el capital más preciado y por lo tanto, mejor sistema antimiedo que se pueda poseer. El prestigio es un producto cultural -que las compañías de seguros no cubren- y que depende tanto de su poseedor como de la credibilidad de otros.  De ahí su precariedad.
Por eso, para aquél que cree en eso de “hazte la fama y échate a dormir” será mejor que duerma con la fama, ya que el olvido es la forma más segura de perder. A menudo, los miedos ligados a errores, lejos de favorecer la autocrítica correctiva, tienden a la negación, un sistema líder de consumo mundial. En todo tratamiento se trata, no se asegura. Y para no fabricar miedos, como profesionales, debiéramos  saberlo.
Desde un saludable egoísmo inteligente,  dar los mejores servicios a los pacientes permite sentirnos todavía mejor que ellos.


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