22 Enero 2008
BUENOS AIRES.- Un empleado de una carnicería y la encargada de una panadería y su novio se convirtieron en testigos clave del crimen de Rosana Galliano, la modelo que fue baleada en el country porteño "El Remanso", ya que declararon que vieron escapar corriendo a un hombre de ese barrio a la hora del asesinato.
"Se trata de un joven de unos 30 años con cabello corto y morocho que venía corriendo por la calle Patria, cruzó el alambrado por una abertura en uno de los postes y continuó corriendo por la ruta 8", comentó Claudia Zakhem, una de las abogadas de José Arce, marido de la víctima y sospechoso del caso.
La casa de Galliano está ubicada en la calle Caramba entre Zamba y Patria, una de las posibles vías de escape que habría utilizado el asesino tras balear a la víctima.
Según la abogada, el hombre vestía ropas de color claro, aunque aclaró que los testigos no dijeron que estuviese armado. "No podemos asegurar que sea el asesino, pero lo vieron a la hora del crimen. Es una posibilidad que debe ser investigada a fondo", comentó.
"Para los dos lados"
Zakhem y el otro abogado de Arce, Ramiro Rúa, presentaron ayer un escrito ante el fiscal de Campana a cargo de la investigación, Marcelo Pernici, para que acepten al hombre y a sus dos hijos como particulares damnificados.
Según el diario porteño "La Nación", Arce regresó ayer al country para buscar ropa y peluches para los pequeños, de 3 y 6 años. Mientras estaba ahí, el hombre habló de las relaciones sentimentales que mantenía su ex mujer, de quien se había separado hace seis meses. "Quizás andaba con mujeres, con alguna que patea para los dos lados", expresó.
Arce fue acusado directamente por la familia Galliano de ser el homicida de la joven, ya que desde hacía más de un año mantenían una relación conflictiva y estaban tramitando un divorcio controvertido.
El crimen de Galliano ocurrió el miércoles, cerca de las 22, cuando la víctima se hallaba cenando junto con su hermana Mónica. Recibió un llamado a su celular y, como no tenía buena señal, salió al parque a hablar.
Allí la sorprendió el homicida, quien le disparó cuatro balazos, dos en la espalda, uno en el hombro y el restante en el antebrazo, lo que le provocó la muerte en el acto.
El ex marido de la víctima admitió haberla llamado la noche del crimen, aunque dijo que lo hizo desde el hospital de Pilar para contarle cómo estaba uno de sus hijos, al que había llevado porque tenía fiebre. (Télam-Especial)
"Se trata de un joven de unos 30 años con cabello corto y morocho que venía corriendo por la calle Patria, cruzó el alambrado por una abertura en uno de los postes y continuó corriendo por la ruta 8", comentó Claudia Zakhem, una de las abogadas de José Arce, marido de la víctima y sospechoso del caso.
La casa de Galliano está ubicada en la calle Caramba entre Zamba y Patria, una de las posibles vías de escape que habría utilizado el asesino tras balear a la víctima.
Según la abogada, el hombre vestía ropas de color claro, aunque aclaró que los testigos no dijeron que estuviese armado. "No podemos asegurar que sea el asesino, pero lo vieron a la hora del crimen. Es una posibilidad que debe ser investigada a fondo", comentó.
"Para los dos lados"
Zakhem y el otro abogado de Arce, Ramiro Rúa, presentaron ayer un escrito ante el fiscal de Campana a cargo de la investigación, Marcelo Pernici, para que acepten al hombre y a sus dos hijos como particulares damnificados.
Según el diario porteño "La Nación", Arce regresó ayer al country para buscar ropa y peluches para los pequeños, de 3 y 6 años. Mientras estaba ahí, el hombre habló de las relaciones sentimentales que mantenía su ex mujer, de quien se había separado hace seis meses. "Quizás andaba con mujeres, con alguna que patea para los dos lados", expresó.
Arce fue acusado directamente por la familia Galliano de ser el homicida de la joven, ya que desde hacía más de un año mantenían una relación conflictiva y estaban tramitando un divorcio controvertido.
El crimen de Galliano ocurrió el miércoles, cerca de las 22, cuando la víctima se hallaba cenando junto con su hermana Mónica. Recibió un llamado a su celular y, como no tenía buena señal, salió al parque a hablar.
Allí la sorprendió el homicida, quien le disparó cuatro balazos, dos en la espalda, uno en el hombro y el restante en el antebrazo, lo que le provocó la muerte en el acto.
El ex marido de la víctima admitió haberla llamado la noche del crimen, aunque dijo que lo hizo desde el hospital de Pilar para contarle cómo estaba uno de sus hijos, al que había llevado porque tenía fiebre. (Télam-Especial)