13 Enero 2008
DIALOGO AUSENTE. Guzman aseveró que desde el Gobierno siempre hay voluntad de diálogo, y responsabilizó a los sectores movilizados de no buscarlo. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
"Jamás pasó por la idea del gobernador José Alperovich desprenderse del patrimonio provincial. Por el contrario, es consciente de que hay sitios históricos, arquitectónicos y culturales sobre los que hay que estudiar qué sentido tiene conservarlos como están ahora o si se pueden reemplazar por otro tipo de proyectos para defender la memoria. Hay formas para respetarlos que no son necesariamente mantenerlos como están hoy, cuando ya ni siquiera tiene sentido que el Estado invierta en ellos porque el nivel de deterioro es tan grande que es más caro conservarlos que hacer algo nuevo", afirmó el presidente del Ente Tucumán Cultura, Mauricio Guzman.
En una entrevista con LA GACETA, el funcionario reclamó a los sectores movilizados en contra de la ley que desafecta inmuebles centenarios que se sinceren en sus planteos. "No se debe tener una actitud fundamentalista. Veamos qué necesita Tucumán hoy, porque el progreso no siempre implica tener que conservar los edificios en su totalidad. Nadie quiere avasallar nada", aseveró.
- ¿Por qué se llegó a esta situación crítica?
- Porque no hubo una política de inversión por parte del Estado durante muchísimos años. Los edificios pueden haber sido obras de grandes ingenieros o arquitectos, pero se vinieron abajo y hay que superarlo. Los mismos que hoy reclaman preservar los edificios callaron antes y no dijeron nada.
- ¿Cómo evalúa las marchas en la plaza Independencia?
- Todo el mundo tiene derecho a opinar y a exteriorizar sus ideas; es importante que la ciudadanía se exprese, porque tiene el derecho de hacerlo y de disentir. No me gustaría que nadie me dijera que tengo que pensar así o asá. Estamos en un sistema democrático, nadie las prohíbe y bienvenidas sean, aunque uno sabe que en las movilizaciones hay gente que responde a intereses políticos, aunque no haya banderas desplegadas. Hay personas que quieren subir el voltaje político del tema y mandar otros mensajes.
- La directora de Patrimonio Cultural, Jorgelina García Azcárate, debió renunciar por haber estado en las movilizaciones.
- Los funcionarios políticos somos parte de un equipo de Gobierno que conduce Alperovich, con quien se puede hablar. El que no comparta las líneas trazadas, debe irse, y así lo acordamos. Debe haber una unidad de criterio y saber leer el proyecto que tiene el gobernador más allá de la coyuntura.
- ¿También se alejará la directora de Letras y Pensamiento Crítico, María Blanca Nuri, otra participante de las marchas?
- Ella presentó su renuncia, que se hará efectiva desde marzo, cuando terminen sus vacaciones. La motivaron también las disidencias con el tratamiento del patrimonio estatal. La dimisión está consensuada porque hablamos como personas serias y civilizadas.
- ¿Cómo afectan estas dimisiones al funcionamiento del Ente Tucumán Cultura?
- Son las turbulencias propias de una gestión. Hemos pasado por muchos problemas y los fuimos superando, y hemos demostrado con nuestros aciertos y desaciertos que hemos mejorado bastante.
- ¿Puede darse el diálogo con los sectores que reclaman la protección del patrimonio?
- Si falta un espacio para el encuentro es porque los propios impulsores de la movilización no lo buscaron. A mí me llegaron sólo dos notas de ese sector. Siempre es importante un ámbito de diálogo. En el Gobierno existe esa voluntad, aunque hay quienes tratan de evitarlo e insisten en medidas de choque que no llevarán a mucho.
- ¿Se está pensando en desafectar otros edificios?
- Lo desconozco. Esta medida fue tomada desde la Legislatura, y no fue consultada la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural, que presido. No tenemos injerencia en una decisión legal, ni debemos emitir dictamen obligatorio y vinculante en un tratamiento parlamentario, porque sería interferir en la política legislativa. Somos autoridad de aplicación cuando se está por dañar el patrimonio, no para intervenir en la etapa de redacción de una norma.
- El proyecto fue presentado por el vicegobernador Juan Manzur. ¿Se discutió en el gabinete?
- No lo sé. Estimo que sí, por la cercanía entre el gobernador y el vice, pero no nos consultaron sobre este tema en particular. Pero insisto en que, en ningún momento, pensaron en dañar la memoria o la sensibilidad de los tucumanos. La voluntad es de mejorar y modernizar la provincia y generar fuentes de trabajo. No tenemos demasiados recursos y, por ello, debemos salir a buscar alternativas. Seguramente se harán las consultas pertinentes con los expertos y se respetará la decisión judicial que se emita en la causa sobre los inmuebles.
- ¿El Ente participa en la redacción de los pliegos para la venta de los edificios?
- Hemos hecho llegar nuestras propuestas, sin esperar a que nos consulten. Lo conversé con el gobernador y se comprometió a respetar los espacios rescatables.
- ¿Uno de ellos es la fachada de la Dirección General de Rentas?
- Es lo único que tiene valor y es rescatable. Quienes lo recorren saben que su interior no está en condiciones, que tiene problemas de estructura. En Córdoba, la ex escuela Olmos y el Buen Pastor fueron reciclados y son paseos comerciales y culturales bellísimos, de gran atractivo turístico. Sólo se mantuvieron los frentes. Este tipo de decisiones hacen a la mejora en la calidad de vida de los vecinos.
- A partir de la experiencia en el ex Mercado de Abasto, ¿hay algo que se pueda preservar en la Secretaría de Educación?
- No se puede descartar nada, pero está muy deteriorada. Es cierto que tiene una historia, pero ¿qué queda de ella? ¿Qué tiene hoy del Hospital de Niños de hace un siglo? Nada nos asocia a ese pasado, perdió su identidad. Son edificios conectados por especie de galerías, fríos en invierno y calientes en verano. En el ex Abasto se pudo llegar a un acuerdo, para evitar que sigan proliferando los ratones y la suciedad, y edificar algo nuevo. Otra de las ideas es levantar un museo y un monumento a la memoria, donde se registren los terribles hechos ocurridos en la dictadura militar, los genocidios nazis y armenios y todos los delitos de lesa humanidad cometidos, y reivindicar el lema "no olvidar y no perdonar" de los luchadores judíos que protagonizaron el levantamiento del guetto de Varsovia.
- ¿El Gobierno equivocó su política de comunicación?
- No creo, el gobernador sabe lo que hace y él determina el momento de tomar cada medida.
En una entrevista con LA GACETA, el funcionario reclamó a los sectores movilizados en contra de la ley que desafecta inmuebles centenarios que se sinceren en sus planteos. "No se debe tener una actitud fundamentalista. Veamos qué necesita Tucumán hoy, porque el progreso no siempre implica tener que conservar los edificios en su totalidad. Nadie quiere avasallar nada", aseveró.
- ¿Por qué se llegó a esta situación crítica?
- Porque no hubo una política de inversión por parte del Estado durante muchísimos años. Los edificios pueden haber sido obras de grandes ingenieros o arquitectos, pero se vinieron abajo y hay que superarlo. Los mismos que hoy reclaman preservar los edificios callaron antes y no dijeron nada.
- ¿Cómo evalúa las marchas en la plaza Independencia?
- Todo el mundo tiene derecho a opinar y a exteriorizar sus ideas; es importante que la ciudadanía se exprese, porque tiene el derecho de hacerlo y de disentir. No me gustaría que nadie me dijera que tengo que pensar así o asá. Estamos en un sistema democrático, nadie las prohíbe y bienvenidas sean, aunque uno sabe que en las movilizaciones hay gente que responde a intereses políticos, aunque no haya banderas desplegadas. Hay personas que quieren subir el voltaje político del tema y mandar otros mensajes.
- La directora de Patrimonio Cultural, Jorgelina García Azcárate, debió renunciar por haber estado en las movilizaciones.
- Los funcionarios políticos somos parte de un equipo de Gobierno que conduce Alperovich, con quien se puede hablar. El que no comparta las líneas trazadas, debe irse, y así lo acordamos. Debe haber una unidad de criterio y saber leer el proyecto que tiene el gobernador más allá de la coyuntura.
- ¿También se alejará la directora de Letras y Pensamiento Crítico, María Blanca Nuri, otra participante de las marchas?
- Ella presentó su renuncia, que se hará efectiva desde marzo, cuando terminen sus vacaciones. La motivaron también las disidencias con el tratamiento del patrimonio estatal. La dimisión está consensuada porque hablamos como personas serias y civilizadas.
- ¿Cómo afectan estas dimisiones al funcionamiento del Ente Tucumán Cultura?
- Son las turbulencias propias de una gestión. Hemos pasado por muchos problemas y los fuimos superando, y hemos demostrado con nuestros aciertos y desaciertos que hemos mejorado bastante.
- ¿Puede darse el diálogo con los sectores que reclaman la protección del patrimonio?
- Si falta un espacio para el encuentro es porque los propios impulsores de la movilización no lo buscaron. A mí me llegaron sólo dos notas de ese sector. Siempre es importante un ámbito de diálogo. En el Gobierno existe esa voluntad, aunque hay quienes tratan de evitarlo e insisten en medidas de choque que no llevarán a mucho.
- ¿Se está pensando en desafectar otros edificios?
- Lo desconozco. Esta medida fue tomada desde la Legislatura, y no fue consultada la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural, que presido. No tenemos injerencia en una decisión legal, ni debemos emitir dictamen obligatorio y vinculante en un tratamiento parlamentario, porque sería interferir en la política legislativa. Somos autoridad de aplicación cuando se está por dañar el patrimonio, no para intervenir en la etapa de redacción de una norma.
- El proyecto fue presentado por el vicegobernador Juan Manzur. ¿Se discutió en el gabinete?
- No lo sé. Estimo que sí, por la cercanía entre el gobernador y el vice, pero no nos consultaron sobre este tema en particular. Pero insisto en que, en ningún momento, pensaron en dañar la memoria o la sensibilidad de los tucumanos. La voluntad es de mejorar y modernizar la provincia y generar fuentes de trabajo. No tenemos demasiados recursos y, por ello, debemos salir a buscar alternativas. Seguramente se harán las consultas pertinentes con los expertos y se respetará la decisión judicial que se emita en la causa sobre los inmuebles.
- ¿El Ente participa en la redacción de los pliegos para la venta de los edificios?
- Hemos hecho llegar nuestras propuestas, sin esperar a que nos consulten. Lo conversé con el gobernador y se comprometió a respetar los espacios rescatables.
- ¿Uno de ellos es la fachada de la Dirección General de Rentas?
- Es lo único que tiene valor y es rescatable. Quienes lo recorren saben que su interior no está en condiciones, que tiene problemas de estructura. En Córdoba, la ex escuela Olmos y el Buen Pastor fueron reciclados y son paseos comerciales y culturales bellísimos, de gran atractivo turístico. Sólo se mantuvieron los frentes. Este tipo de decisiones hacen a la mejora en la calidad de vida de los vecinos.
- A partir de la experiencia en el ex Mercado de Abasto, ¿hay algo que se pueda preservar en la Secretaría de Educación?
- No se puede descartar nada, pero está muy deteriorada. Es cierto que tiene una historia, pero ¿qué queda de ella? ¿Qué tiene hoy del Hospital de Niños de hace un siglo? Nada nos asocia a ese pasado, perdió su identidad. Son edificios conectados por especie de galerías, fríos en invierno y calientes en verano. En el ex Abasto se pudo llegar a un acuerdo, para evitar que sigan proliferando los ratones y la suciedad, y edificar algo nuevo. Otra de las ideas es levantar un museo y un monumento a la memoria, donde se registren los terribles hechos ocurridos en la dictadura militar, los genocidios nazis y armenios y todos los delitos de lesa humanidad cometidos, y reivindicar el lema "no olvidar y no perdonar" de los luchadores judíos que protagonizaron el levantamiento del guetto de Varsovia.
- ¿El Gobierno equivocó su política de comunicación?
- No creo, el gobernador sabe lo que hace y él determina el momento de tomar cada medida.
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