Una luz de esperanza para los otros rehenes

Una luz de esperanza para los otros rehenes

Los familiares de las dos mujeres que estaban presas de las FARC estallaron en júbilo cuando supieron que ya habían sido rescatadas. Consuelo González se encontró con su nieta, a quien no conocía. La madre de Clara Rojas anhela recuperar a Emmanuel.

HACIA LA LIBERTAD. La TV tomó las primeras imágenes de las rehenes, subiendo al helicóptero. Ya en Caracas, Clara se reencontró con su madre y Consuelo conoció a su nieta. Luego, participaron de un desfile, junto a Chávez. FOTOS REUTERS-AFP-TELAM HACIA LA LIBERTAD. La TV tomó las primeras imágenes de las rehenes, subiendo al helicóptero. Ya en Caracas, Clara se reencontró con su madre y Consuelo conoció a su nieta. Luego, participaron de un desfile, junto a Chávez. FOTOS REUTERS-AFP-TELAM
11 Enero 2008
CARACAS.- Las familias de Clara Rojas y de Consuelo González estallaron en júbilo cuando supieron del rescate de las dos mujeres, que estuvieron secuestradas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante casi seis años. Uno de los testimonios más emotivos fue el de Clara González, la madre de Rojas, que esperaba la liberación en Caracas, donde está desde finales de diciembre. “Es el milagro más grande que Dios me ha podido hacer”, afirmó González, de 76 años, en medio del llanto.
Su hijo, Iván Rojas, musitó entre sollozos: “Es una excelente noticia, lo que estábamos esperando desde hacía tanto tiempo”.
La madre de Rojas añadió que su mayor anhelo ahora es ir con Clara a buscar a Emmanuel, su nieto nacido en cautiverio, fruto de una relación con un guerrillero. Rojas, secuestrada el 23 de febrero de 2002 junto con la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt, dio a luz a Emmanuel a mediados de 2004.
La familia de la ex congresista González, retenida el 10 de septiembre de 2001, también expresó su alegría. “Las esperamos aquí para abrazarlas y cuidarlas como se merecen”, señaló Patricia Perdomo, hija de la política, que también estaba en Caracas con una hermana y su bebé, a quien la ex diputada aún no conocía. Perdomo agradeció el “compromiso” de las FARC y el de los gobiernos de Colombia y Venezuela, y prometió seguir apoyando los esfuerzos por la liberación de los demás rehenes. “No podemos desfallecer, vamos a seguir trabajando con mucho optimismo para traerlos de vuelta a todos”, declaró.

Pruebas de vida
La liberación de Rojas y González fue celebrada por parientes de los rehenes que siguen en poder de las FARC, quienes confiaron en nuevas entregas. “Esperamos que siga el proceso y que haya nuevas liberaciones, la comunidad internacional debe seguir presionando para que esto se solucione”, dijo Yolanda Pulecio, madre de Betancourt. El esposo de la ex candidata, Juan Carlos Lecompte, pidió que Bogotá reactive la mediación de Chávez para el canje.
Las FARC entregaron ayer pruebas de vida de ocho secuestrados al ministro del Interior de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín, según reveló Clara Rojas a la cadena Caracol. “Eramos un grupo de 10, a los otros les autorizaron (que envíen) pruebas de supervivencia y los comandantes guerrilleros se las entregaron al vocero del presidente Chávez”, para que este a su vez se contacte con las familias de los secuestrados, señaló Rojas. Las evidencias pertenecen a los ex congresistas Luis Eduardo Gechem, Gloria Polanco y Orlando Beltrán, al ex gobernador de Meta, Alan Jara, y a cuatro militares y policías.
De Betancourt no sabe nada desde hace tres años, confesó Rojas. “Confío en que Ingrid recupere su ánimo y su deseo de vivir”, añadió. Dijo además que está muy angustiada por el estado depresivo que mostró Betancourt en las pruebas conocidas a fines de noviembre. “¡Ingrid, ánimo, espero verte aquí pronto!”, expresó Rojas con buen tono. “Ella nos está oyendo”, confió. (AFP y Reuter)

El drama del niño que nació cautivo

BOGOTA.- Emmanuel tiene entre tres y cuatro años y se ha convertido en un símbolo. Nacido en cautiverio e hijo de la rehén Clara Rojas, el niño no estaba en la selva, con su madre, sino en una institución para chicos sin hogar, a donde fue entregado cuando tenía menos de un año. Al parecer, presenta signos de la tortura sufrida durante el cautiverio, entre ellos un retraso en el desarrollo psicomotriz. (Especial)

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