02 Enero 2008
Bogotá.- En un hecho inusual en cuatro décadas de conflicto armado interno en Colombia, ahora una prueba de ADN podría mostrar si el gobierno o la guerrilla de las FARC dicen la verdad en el marco del complejo proceso para la liberación de tres rehenes en manos de esa organización armada.
El 2008 comienza en el país con una total incertidumbre acerca de la suerte que puedan correr las políticas Clara Rojas y Consuelo González, así como el hijo de la primera, Emmanuel. Las FARC anunciaron en noviembre que entregarían los secuestrados al presidente venezolano, Hugo Chávez, que armó un comité encargado de recibirlos. Pero tras cinco días de una paciente espera de las coordenadas para ir por ellos, el proceso entró el último día de 2007 en una etapa de suspenso: las FARC dijeron a Chávez que no podían cumplir por ahora su promesa porque lo impiden operaciones militares. El gobierno de Bogotá no se quedó callado y aventuró una hipótesis que sorprendió a todos. Según Uribe, las FARC no entregaron a los rehenes porque al hijo de Rojas no lo tienen. La hipótesis del gobierno plantea que ahora las FARC están tratando de recuperar al niño para entregarlo a Chávez.
Uribe pidió que la madre de Clara Rojas permita que se le tome una muestra para determinar el ADN, que en el caso del pequeño ya fue obtenida. Según el gobierno, un niño que en 2005 ingresó a un hospital de la selva con un brazo atrofiado por una fractura mal curada -además de otras enfermedades- es Emmanuel.
La historia del niño comenzó a conocerse en 2005, cuando el periodista Jorge Botero reveló en un libro que Rojas, secuestrada en febrero de 2002 junto con Ingrid Betancourt, había tenido un hijo en una relación consentida con un guerrillero raso. Ahora se trata de establecer si Emmanuel es el niño registrado como Juan Gómez Tapiero, de cuya identificación dependería en buena parte algo que para el gobierno y las FARC son un tesoro preciado: la veracidad de lo que dicen.
El 2008 comienza en el país con una total incertidumbre acerca de la suerte que puedan correr las políticas Clara Rojas y Consuelo González, así como el hijo de la primera, Emmanuel. Las FARC anunciaron en noviembre que entregarían los secuestrados al presidente venezolano, Hugo Chávez, que armó un comité encargado de recibirlos. Pero tras cinco días de una paciente espera de las coordenadas para ir por ellos, el proceso entró el último día de 2007 en una etapa de suspenso: las FARC dijeron a Chávez que no podían cumplir por ahora su promesa porque lo impiden operaciones militares. El gobierno de Bogotá no se quedó callado y aventuró una hipótesis que sorprendió a todos. Según Uribe, las FARC no entregaron a los rehenes porque al hijo de Rojas no lo tienen. La hipótesis del gobierno plantea que ahora las FARC están tratando de recuperar al niño para entregarlo a Chávez.
Uribe pidió que la madre de Clara Rojas permita que se le tome una muestra para determinar el ADN, que en el caso del pequeño ya fue obtenida. Según el gobierno, un niño que en 2005 ingresó a un hospital de la selva con un brazo atrofiado por una fractura mal curada -además de otras enfermedades- es Emmanuel.
La historia del niño comenzó a conocerse en 2005, cuando el periodista Jorge Botero reveló en un libro que Rojas, secuestrada en febrero de 2002 junto con Ingrid Betancourt, había tenido un hijo en una relación consentida con un guerrillero raso. Ahora se trata de establecer si Emmanuel es el niño registrado como Juan Gómez Tapiero, de cuya identificación dependería en buena parte algo que para el gobierno y las FARC son un tesoro preciado: la veracidad de lo que dicen.
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