La cantera de talentos no se agota

Los caminos para llegar a Primera son otros, pero la cuna es la misma. Los futbolistas tucumanos emigran apenas dejan el primario y despacio y en silencio empiezan a codearse en lo más alto. Como muestra basta el día en que se definió la Sexta división: Boca-Banfield. De un lado, Juan Martín Imbert; del otro, Maximiliano López y Gianluca Ortiz Toledo. Son tres nombres que pronto pueden salir a la luz. Acción.
"Fue un buen año. Dirigidos por Sergio Saturno, salimos campeones.
Ganamos la final 2 a 0. Juego con la 10, pero soy delantero. Marqué nueve goles. No hay presión por llevar ese número", explica Imbert, ex clase 90 del CEF 18, que había empezado su temporada en la Liga con La Florida.
Como muestra del año de Imbert, un nombre: "ingresé 10' con Vélez. Luego fui titular con San Lorenzo. Con Tiro Federal marqué dos goles y Adrián Rocco me habló para ser mi representante. Es el mismo de Carlos Tevez".
En el sur bonaerense, no sólo Lanús marca un ejemplo a seguir. Banfield quedó ahí del título, pero no del reconocimiento. El "taladro" unió sus pasados como rivales. López, de 17 años, oriundo de El Colmenar, comenzó con la "Mocha Adela" y continuó en Atlético.
Ortiz, misma edad, de Alderetes, empezó en el Ateneo, pasó por Argentinos del Norte y siguió en San Martín. "Estuvimos en la Sexta división y realizamos la mejor campaña de inferiores en la historia del club desde que está en Primera, aunque no pudimos ganar en la final contra Boca", destacó Gianluca. "Sumamos 66 puntos, tuvimos la valla menos vencida y fuimos el equipo más goleador" agregó Maxi, uno de los artilleros con 12 tantos e integrante de los planteles de la selección argentina Sub 15 y Sub 17. "Tuve la suerte de ser convocado por Tojo. Fueron 10 partidos con la celeste y blanca y anoté tres goles con la camiseta nacional", apuntó.
En medio de tanta euforia hay lugar en la vida de estos chicos para la melancolía por los afectos que les soltaron la mano. "Uno extraña los gritos de los padres los domingos en la cancha", reveló López. "Mi ?vieja? me seguía a todos lados", suspira Ortiz. Ellos, como Imbert y todos los que se fueron en busca de un sueño, hoy volvieron para cerrar un año y brindar por un gran 2008. Salud.

Así se vive
"De lunes a viernes tenemos que levantarnos a las 7.30. Desayunamos y nos vamos al entrenamiento. Volvemos al mediodía para almorzar y dormir una siesta y volvemos a practicar a la tarde. Cuando Boca juega de local, voy a verlo; si no, juego a la Play Station", contó Imbert.