10 Diciembre 2007
ESPERA ANGUSTIOSA. Familiares de los heridos aguardan frente a la terapia intensiva del Instituto del Quemado. TELAM
CORDOBA.- Las cuatro personas internadas por las explosiones registradas el miércoles en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), que provocó dos muertos, permanecían ayer en estado crítico, según informó Dardo Moriondo, médico de terapia intensiva en el Instituto del Quemado.
El clínico precisó que los heridos se encuentran sedados y asistidos con respiración artificial y que no es posible hacer pronósticos. “Hay que evaluar momento a momento”, aclaró. Los heridos son Carlos Ravera, de 64 años; Miguel Mattea , de 58; Damián Cardarelli, de 43; y Gladys Baralle de Simone, de 52. Ravera es quien presenta el cuadro más complicado, en tanto que Baralle es la que está en mejores condiciones.
El sábado murió la investigadora Lilian Giacomeli, y el jueves había fallecido el estudiante Juan Andrés Politano.
Las explosiones ocurrieron en una planta piloto de la Facultad de Ingeniería, en un laboratorio donde los investigadores, en su mayoría ingenieros químicos, experimentan con preparados para elaborar biodiesel.
Las pericias preliminares indicaron que en el laboratorio había entre 12 y 15 recipientes de hexano, uno de los cuales se habría caído al ser levantado con una grúa, por lo que el fluido se expandió. Al ser altamente volátil e inflamable, se produjo una explosión en cadena.
El incidente fue el segundo en los últimos dos años. En noviembre de 2005 una explosión en un horno incinerador de la Facultad de Agronomía y Veterinaria causó heridas leves a tres personas.
La ruta del hexano
La Justicia Federal logró determinar la ruta que realizó la peligrosa sustancia hexano, por lo que ahora deberá establecer si hubo negligencia por parte de los investigadores en el manejo del tambor que provocó la pérdida y posterior explosión en la Universidad de Río Cuarto.
Según informaron fuentes de la pesquisa, ya se sabe quién compró el hexano, qué empresa lo proveyó, cómo llegó a Río Cuarto y desde cuándo estaba instalado en la planta piloto.
En el Rectorado no hay información oficial sobre el solvente ni sobre la investigación porque el trabajo con la empresa que lo había contratado no estaba oficializado. Sin embargo, la Justicia consiguió documentación que revela tanto la procedencia del combustible como el contenido de la investigación que estaban desarrollando los científicos dirigidos por el ingeniero Miguel Mattea. (DyN-NA)
El clínico precisó que los heridos se encuentran sedados y asistidos con respiración artificial y que no es posible hacer pronósticos. “Hay que evaluar momento a momento”, aclaró. Los heridos son Carlos Ravera, de 64 años; Miguel Mattea , de 58; Damián Cardarelli, de 43; y Gladys Baralle de Simone, de 52. Ravera es quien presenta el cuadro más complicado, en tanto que Baralle es la que está en mejores condiciones.
El sábado murió la investigadora Lilian Giacomeli, y el jueves había fallecido el estudiante Juan Andrés Politano.
Las explosiones ocurrieron en una planta piloto de la Facultad de Ingeniería, en un laboratorio donde los investigadores, en su mayoría ingenieros químicos, experimentan con preparados para elaborar biodiesel.
Las pericias preliminares indicaron que en el laboratorio había entre 12 y 15 recipientes de hexano, uno de los cuales se habría caído al ser levantado con una grúa, por lo que el fluido se expandió. Al ser altamente volátil e inflamable, se produjo una explosión en cadena.
El incidente fue el segundo en los últimos dos años. En noviembre de 2005 una explosión en un horno incinerador de la Facultad de Agronomía y Veterinaria causó heridas leves a tres personas.
La ruta del hexano
La Justicia Federal logró determinar la ruta que realizó la peligrosa sustancia hexano, por lo que ahora deberá establecer si hubo negligencia por parte de los investigadores en el manejo del tambor que provocó la pérdida y posterior explosión en la Universidad de Río Cuarto.
Según informaron fuentes de la pesquisa, ya se sabe quién compró el hexano, qué empresa lo proveyó, cómo llegó a Río Cuarto y desde cuándo estaba instalado en la planta piloto.
En el Rectorado no hay información oficial sobre el solvente ni sobre la investigación porque el trabajo con la empresa que lo había contratado no estaba oficializado. Sin embargo, la Justicia consiguió documentación que revela tanto la procedencia del combustible como el contenido de la investigación que estaban desarrollando los científicos dirigidos por el ingeniero Miguel Mattea. (DyN-NA)
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