Un terremoto político sacudió el liderazgo de Chávez

Un terremoto político sacudió el liderazgo de Chávez

Los opositores al presidente venezolano se pelean por el crédito del triunfo del "No" a la ambiciosa reforma socialista de la Constitución. Fue patente el desinterés por el proyecto en barrios populares chavistas. Dicen que fue una batalla ciudadana contra un plan estatista. Según los jóvenes, llegó el relevo generacional.

EN LA CALLE. En la madrugada de ayer, los estudiantes festejaron la victoria sobre Chávez hasta el cansancio. REUTERS EN LA CALLE. En la madrugada de ayer, los estudiantes festejaron la victoria sobre Chávez hasta el cansancio. REUTERS
04 Diciembre 2007
CARACAS.- El rechazo al referendo impulsado por Hugo Chávez, que le negó un cheque en blanco a su ambiciosa reforma socialista, desató un sismo político que conmocionó a Venezuela y plantea un desafío al liderazgo que el mandatario busca en el continente.
Con un poco más del 50% de votos, los venezolanos rechazaron el domingo un proyecto que le habría permitido al presidente Chávez acumular nuevos poderes en sus manos y, sobre todo, la reelección continua cada siete años, con la amenaza de llegar hasta 2030.
En Venezuela se gestó una disidencia que atravesó en forma vertical toda la sociedad, desde la cúpula hasta las bases chavistas, explicó Ismael García, el diputado que encabezó en el Congreso la disidencia del partido socialdemócrata Podemos, que en 2006 había entregado más del 10% de sus votos a Chávez para su reelección.
En un año exacto, Chávez vio derrumbarse su votación de los 7,2  millones de sufragios con los que fue reelecto en 2006 a los casi 4,3 millones de sufragios que logró el domingo su proyecto de reforma.
La oposición incrementó en 300.000 votos su caudal electoral, de 4,2 a 4,5 millones, justo la minúscula diferencia de 1,4% que permitió frenar la cadena de triunfos electorales chavistas en nueve años.

La lucha de los estudiantes
El desinterés en el proyecto de reforma fue patente en los barrios populares chavistas, según observaron los periodistas, y el propio mandatario argumentó ayer a la madrugada que el 44% de abstención afectó más al oficialismo que sus adversarios. Pero la erosión provino de todos los campos: desde los académicos, como el alemán Heinz Dieterich, creador del concepto de socialismo bolivariano del siglo XXI, que cuestionó la reelección; o de los militares como el ex ministro de Defensa, Raúl Baduel, que llamó a votar en contra de la propuesta.
Leopoldo López, el joven alcalde del municipio de clase media de Chacao, afirma que la reforma para establecer un Estado socialista fue la batalla de la ciudadanía contra un proyecto estatista que desplegó todo el poder del Estado y la riqueza petrolera al servicio de un proyecto político.
En cuanto a la oposición, el dramático resultado es una lección para los sectores que no creían en la que salida en Venezuela era la vía electoral y democrática.  “El pueblo quiere la reconciliación nacional”, dijo el dirigente estudiantil Ricardo Sánchez. “Está en manos de Chávez si se sigue con la confrontación” dijo. Agregó que con el movimiento estudiantil que encabezó el rechazo a la reforma llegó el relevo generacional. “Asumiremos nuestro papel de darle un nuevo rostro al liderazgo nacional”, acotó.
Los estudiantes, alineados contra el “Sí”, se adjudican gran parte de la victoria. Hasta los últimos días, varios grupos radicales llamaban a la abstención. Por eso, el líder estudiantil, Freddy Guevara, llamó a la unidad, tras celebrar el triunfo.
El temperamento combativo de Chávez se exacerbó en su discurso de cierre de campaña. Amenazó con nacionalizar a las firmas españolas si se agravaba su diatriba con el rey de España, o cortar los suministros de petróleo a EEUU si se desataba la violencia tras el referendo.
“Su furia verbal es una táctica militar: la provocación constante”, afirmó Alberto Barrera, autor de la biografía no autorizada “Chávez sin uniforme”. “Sea su espíritu mesiánico o su populismo fervoroso, nadie puede negar su carisma”, dijo.
Chávez transformó el referendo en una opción entre el apoyo a su liderazgo y el voto por el gobierno de EEUU, precedido de una gira que lo llevó a pedir a la OPEP el uso del petróleo como arma geopolítica, y también a defender el programa nuclear del iraní Mahmud Ahmadinejad. “Su proyecto de convertirse en heredero radical en la escena mundial sufrió un revés crucial”, opinó Edmundo González Urrutia, ex diplomático que sirvió a Chávez.
El silencio de Cuba reflejó la dimensión del golpe a su principal aliado; EEUU lo calificó de buen augurio y la oposición en Bolivia lo celebró como un triunfo propio. (AFP)

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