11 Noviembre 2007
El espacio novelesco es una clínica para el tratamiento de obesos. La historia, muy sencilla, se reduce a lo que pasa en esa clínica.Los personajes están polarizados -opresores y oprimidos- pero en definitiva no son individuos, son síntesis: los gordos- los de la clínica. Subyacente, la bulimia. Los segundos trasmiten la impresión de seres vacíos, computarizados. El clima que va generando el desarrollo novelesco es atroz. Pareciera no haber nada humano en ese espacio, salvo los pacientes, a los que -según se desprende de la acción- se quiere convertir en marionetas y se somete a vejámenes increíbles.Pero en el fondo de la historia hay otra cosa; la vertical que la atraviesa es el deseo desaforado de comer (de devorar) que vive y domina en los pacientes, a pesar de las iniquidades que padecen para vencerlo, y en cuyo subsuelo pueden leerse otros mensajes. Una novela muy bien pensada, donde la psicología de ese personaje plural que es el gordo, va fluyendo de los detalles -como al descuido, siempre minuciosa- y no de la armazón que sostiene la trama.© LA GACETA