04 Noviembre 2007
KIT BASICO. Jabones, fluidos y lociones son los más solicitados. LA GACETA / JOSE NUNO
Los pasillos son estrechos y los estantes rebasan de mercadería. Entre las velas, las lociones y los fluidos, varios supersticiosos se hacen una fiesta.
El comercio -una mezcla de santería con fábrica de sahumerios y amuletos- ofrece todos los accesorios básicos para aquellos pendientes de los gatos negros y los martes 13.
Damián Gallo, uno de los empleados del negocio ubicado en la primera cuadra de la calle Ayacucho, actúa como guía del tour místico.
“Lo que más sale son las velas y los sahumerios -explica el hombre, como si atendiera una confitería- Aunque también hay varios interesados por los fluidos y los colgantes del feng shui”.
Velas pasión
Gallo entra al pasillo más concurrido. En ambos costados, inmensas cantidades de sebo de diversos colores adquieren distintas formas. “Esta es la vela pasión. Se trata de dos cuerpos desnudos y entrelazados y viene en diferentes tonos: blanco, para afirmar el compromiso; rojo, para que un amor se haga más intenso, y negro, para que el amado vuelva a los pies de la persona. Los clientes las llevan por pedido de algún ‘mago’, que hará el trabajo correspondiente”, precisa.
Otra vela muy solicitada es una con forma del signo $ que, encendida, se supone que llamará a los billetes. Con igual propósito se pueden comprar la canastita o la vasija de la abundancia (esta última sirve también para tener suerte en el juego).
Los fluidos, las lociones y los jabones tienen distintos modos de aplicación, pero similares objetivos, los cuales están especificados en sus envases. “Hay para cortar la envidia, atraer dinero y clientes, purificar la casa, luchar contra el estrés, tener más atractivo sexual y el llamado ‘conmigo nadie puede’, que da una energía especial al usuario”, indica Gallo.
Las razones
El empleado explica que quienes más frecuentan el negocio son mujeres.
“Si vienen hombres es porque fueron enviados por ellas -acota-. Siempre nos comentan las razones de su visita, para que las asesoremos. La mayoría confiesa querer conquistar un amor imposible o desear que su amado regrese. Otras se quejan de que sus parejas las maltratan o tienen una mala relación con sus hijos. Muchas vienen convencidas de que alguien las está envidiando o haciendo un mal de ojo. Algunas se asustan porque encontraron cosas raras en su casa y quieren prevenirse”, señala.
El comercio -una mezcla de santería con fábrica de sahumerios y amuletos- ofrece todos los accesorios básicos para aquellos pendientes de los gatos negros y los martes 13.
Damián Gallo, uno de los empleados del negocio ubicado en la primera cuadra de la calle Ayacucho, actúa como guía del tour místico.
“Lo que más sale son las velas y los sahumerios -explica el hombre, como si atendiera una confitería- Aunque también hay varios interesados por los fluidos y los colgantes del feng shui”.
Velas pasión
Gallo entra al pasillo más concurrido. En ambos costados, inmensas cantidades de sebo de diversos colores adquieren distintas formas. “Esta es la vela pasión. Se trata de dos cuerpos desnudos y entrelazados y viene en diferentes tonos: blanco, para afirmar el compromiso; rojo, para que un amor se haga más intenso, y negro, para que el amado vuelva a los pies de la persona. Los clientes las llevan por pedido de algún ‘mago’, que hará el trabajo correspondiente”, precisa.
Otra vela muy solicitada es una con forma del signo $ que, encendida, se supone que llamará a los billetes. Con igual propósito se pueden comprar la canastita o la vasija de la abundancia (esta última sirve también para tener suerte en el juego).
Los fluidos, las lociones y los jabones tienen distintos modos de aplicación, pero similares objetivos, los cuales están especificados en sus envases. “Hay para cortar la envidia, atraer dinero y clientes, purificar la casa, luchar contra el estrés, tener más atractivo sexual y el llamado ‘conmigo nadie puede’, que da una energía especial al usuario”, indica Gallo.
Las razones
El empleado explica que quienes más frecuentan el negocio son mujeres.
“Si vienen hombres es porque fueron enviados por ellas -acota-. Siempre nos comentan las razones de su visita, para que las asesoremos. La mayoría confiesa querer conquistar un amor imposible o desear que su amado regrese. Otras se quejan de que sus parejas las maltratan o tienen una mala relación con sus hijos. Muchas vienen convencidas de que alguien las está envidiando o haciendo un mal de ojo. Algunas se asustan porque encontraron cosas raras en su casa y quieren prevenirse”, señala.