Hojarasca

No se sabe cuáles ni cuántos son los productos cuyos precios -supuestamente- bajarán un 5%; ni cuándo empezará a aplicarse esa rebaja, ni hasta cuándo tendrá vigencia, ni si alcanzará a todo el país o sólo a la Capital Federal y a la provincia de Buenos Aires, donde se concentra la atención del Gobierno, porque allí vota el 47% del electorado.
Los tucumanos ya conocen de anuncios: fueron a buscar el kilo de papa a $ 1,45, pero lo encontraron a $ 3. También quisieron comprar el kilo de pan francés en $ 2,50, pero lo consiguieron a $ 4. Lo mismo ocurrió cuando fueron a los bancos a averiguar los beneficios de los créditos hipotecarios para inquilinos, pero se dieron con que tenían que ganar el triple para cumplir el sueño de la casa propia. Todos inventos del gobierno de Kirchner, como el del kilo de tomate en $ 3,99, según el Indec. Otro bleuf.
Con este enésimo acuerdo de precios el Gobierno busca instalar la idea de que algo se hace para que los precios no suban. Pero ni sus funcionarios saben explicar cómo lo harán. Lo cierto es que supieron dar una orden a los empresarios: "los precios tienen que bajar, y esto debe durar hasta el 31 de octubre", fue la instrucción que recibió más de un comerciante fuerte tucumano desde la Rosada. Así, tras el 28 de octubre, el problema ya no será del gobierno de Kirchner ni del de Cristina, sino de los consumidores.