09 Octubre 2007
Los cubanos exaltaron la memoria del Che
Conmemoración en Santa Clara, donde descansan los restos del líder guerrillero argentino. Fidel estuvo ausente, pero se difundieron sus reflexiones con motivo del aniversario. La ceremonia fue presidida por Raúl Castro. Asistieron la viuda del Che y los cuatro hijos de la pareja.
LA INMORTALIDAD. El gigantesco monumento en Santa Clara, donde se encuentran los restos del guerrillero. REUTERS
SANTA CLARA.- Cuba conmemoró ayer el 40º aniversario de la muerte del argentino Ernesto “Che” Guevara, en un acto en el que fue exaltada la labor del líder guerrillero y en el que el gran ausente fue el convaleciente Fidel Castro. El 8 de octubre de 1967, mientras intentaba extender hacia otros países de América latina la revolución, el Che fue capturado por el ejército boliviano en el poblado de La Higuera, en Vallegrande, y ejecutado al día siguiente por uno de los uniformados.
Unos 10.000 trabajadores y estudiantes le rindieron tributo en la ciudad de Santa Clara, unos 270 kilómetros al este de La Habana, donde en enero de 1959 Guevara libró su más exitoso combate, 72 horas antes del derrocamiento del dictador cubano Fulgencio Batista. “Hago un alto en la lucha diaria para inclinar mi frente, con respeto y gratitud, ante el combatiente excepcional”, escribió Fidel en sus reflexiones publicadas por el periódico estatal Granma, que fueron leídas durante el acto. Esta es la primera vez en cuatro décadas que el presidente isleño está ausente en el homenaje que dedica Cuba cada año al guerrillero. Castro cedió el poder hace más de 14 meses a su hermano Raúl, mientras se repone de varias operaciones intestinales. Raúl presidió la ceremonia celebrada ante una gigantesca estatua del líder, a la que asistieron la familia de Guevara y miembros de la cúpula militar y del gobierno. Al llegar a la plaza, Raúl Castro saludó sin pronunciar palabra a la viuda de Guevara, Aleida March (71 años), presente en Santa Clara con los cuatro hijos que tuvo con el Che. “Hoy, que América latina comienza a despertar, se hacen realidad los sueños de todos ellos juntos”, dijo Aleida Guevara (47), la hija mayor del Che. En el discurso central, el ministro de Informática y Comunicaciones, Ramiro Valdés, declaró que la figura del Che es fuente de inspiración que abona el enfrentamiento ideológico de más de cuatro décadas contra los últimos 12 gobiernos del archienemigo Estados Unidos.
El “benjamín”
Por su parte, Ernesto, el hijo menor del Che, encabezó un singular homenaje en su Harley-Davidson. Escoltado por 37 motociclistas, guardó un minuto de silencio frente al monumento donde está la tumba de su padre. Después aceleró a toda velocidad su moto color rojo vino modelo 45 de 1937. El atronador ruido del motor quebró la solemnidad del acto. Vestidos de negro como una secta, con grandes cadenas al cuello, los “harlistas” conducen uno de los símbolos del archienemigo país vecino. Pero los motoristas cubanos, amantes de las motos como lo fue el Che, son verdaderos coleccionistas. Ernesto era apenas un bebé cuando el Che partió a Bolivia, en noviembre de 1965, para encabezar un movimiento guerrillero que concluyó 11 meses después en fracaso con su ejecución.
Hace diez años, Fidel Castro presidió en Santa Clara la inhumación de los restos del Che, traídos a Cuba en julio de 1997 tras ser hallados en una fosa común en Vallegrande, sureste de Bolivia.
También hace 10 años que el Partido Comunista (PCC) no celebra el congreso en que debería trazar la política quinquenal económica y social del país, y su realización parece improbable mientras Fidel continúe convaleciente. El V Congreso del PCC se realizó del 8 al 10 de octubre de 1997, en conmemoración de los 30 años de la muerte del Che. Ayer no hubo referencia alguna a este encuentro trascendental para el avance institucional de la isla. La Constitución reconoce al PCC como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, y el estatuto del partido dispone que los congresos se realicen regularmente cada cinco años y que en dichos encuentros se aprueben programas estratégicos para el desarrollo integral del país. (Reuter-AFP-NA-Télam)
Unos 10.000 trabajadores y estudiantes le rindieron tributo en la ciudad de Santa Clara, unos 270 kilómetros al este de La Habana, donde en enero de 1959 Guevara libró su más exitoso combate, 72 horas antes del derrocamiento del dictador cubano Fulgencio Batista. “Hago un alto en la lucha diaria para inclinar mi frente, con respeto y gratitud, ante el combatiente excepcional”, escribió Fidel en sus reflexiones publicadas por el periódico estatal Granma, que fueron leídas durante el acto. Esta es la primera vez en cuatro décadas que el presidente isleño está ausente en el homenaje que dedica Cuba cada año al guerrillero. Castro cedió el poder hace más de 14 meses a su hermano Raúl, mientras se repone de varias operaciones intestinales. Raúl presidió la ceremonia celebrada ante una gigantesca estatua del líder, a la que asistieron la familia de Guevara y miembros de la cúpula militar y del gobierno. Al llegar a la plaza, Raúl Castro saludó sin pronunciar palabra a la viuda de Guevara, Aleida March (71 años), presente en Santa Clara con los cuatro hijos que tuvo con el Che. “Hoy, que América latina comienza a despertar, se hacen realidad los sueños de todos ellos juntos”, dijo Aleida Guevara (47), la hija mayor del Che. En el discurso central, el ministro de Informática y Comunicaciones, Ramiro Valdés, declaró que la figura del Che es fuente de inspiración que abona el enfrentamiento ideológico de más de cuatro décadas contra los últimos 12 gobiernos del archienemigo Estados Unidos.
El “benjamín”
Por su parte, Ernesto, el hijo menor del Che, encabezó un singular homenaje en su Harley-Davidson. Escoltado por 37 motociclistas, guardó un minuto de silencio frente al monumento donde está la tumba de su padre. Después aceleró a toda velocidad su moto color rojo vino modelo 45 de 1937. El atronador ruido del motor quebró la solemnidad del acto. Vestidos de negro como una secta, con grandes cadenas al cuello, los “harlistas” conducen uno de los símbolos del archienemigo país vecino. Pero los motoristas cubanos, amantes de las motos como lo fue el Che, son verdaderos coleccionistas. Ernesto era apenas un bebé cuando el Che partió a Bolivia, en noviembre de 1965, para encabezar un movimiento guerrillero que concluyó 11 meses después en fracaso con su ejecución.
Hace diez años, Fidel Castro presidió en Santa Clara la inhumación de los restos del Che, traídos a Cuba en julio de 1997 tras ser hallados en una fosa común en Vallegrande, sureste de Bolivia.
También hace 10 años que el Partido Comunista (PCC) no celebra el congreso en que debería trazar la política quinquenal económica y social del país, y su realización parece improbable mientras Fidel continúe convaleciente. El V Congreso del PCC se realizó del 8 al 10 de octubre de 1997, en conmemoración de los 30 años de la muerte del Che. Ayer no hubo referencia alguna a este encuentro trascendental para el avance institucional de la isla. La Constitución reconoce al PCC como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, y el estatuto del partido dispone que los congresos se realicen regularmente cada cinco años y que en dichos encuentros se aprueben programas estratégicos para el desarrollo integral del país. (Reuter-AFP-NA-Télam)
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