27 Agosto 2007
María Wernicke siempre tiene una la lapicera en la mano. "A toda hora dibujo; cuando tengo ganas, cuando estoy aburrida", aseguró la ilustradora de libros infantiles. El viernes presentó su nueva obra, "Uno y Otro", en El Ateneo. En este trabajo -al que define como "libro álbum"- no sólo realizó los dibujos, sino que también adoptó el papel de narradora. "Cualquier libro en la mano de un pibe es una puerta para desarrollar la imaginación. Pero creo que este libro, en el que no trabajé con los estereotipos, es una puerta aún más grande porque la importancia no está puesta sólo en la forma, sino en los colores y en la narración. Es un todo que transmite sensaciones", explicó.
Wernicke, que estudió Bellas Artes, tiene 58 años y es hija de los escritores Enrique Wernicke y Rosa Dror Alacid. La artista, que vive en Buenos Aires, tiene dos hijos, de 17 y 22 años. Es autora de las ilustraciones de una gran cantidad de libros infantiles, como "Candelaria y los monstruos", de Griselda Gálmez; "La señora Zapiola", de Sandra Filippi, y "El ruiseñor", de Hans Christian Andersen, entre otros títulos.
- ¿Quiénes son Uno y Otro?
- Todos somos uno y otro en algún momento de la vida. Jugué planteando la duda de quien es quien. Yo no tengo la respuesta.
- O sea que esa duda no se resuelve en el libro.
- Me gustó jugar con la falta de verdad, con que no hay una verdad única, con que todos tenemos una verdad para contar y que está bueno escuchar todas. En este libro trabajé con la idea de la diferencia y con la necesidad de aceptar las diferencias. Por eso creo que este libro no es sólo para chicos sino también para los grandes.
- ¿En el título del libro también se resume el nuevo rol que toma usted al ser autora e ilustradora del libro?
- Puedo comparar esta experiencia con el hecho de vivir en pareja y vivir solo. En algunos casos es bárbaro compartir el trabajo. Pero en otros, es bueno tener un espacio para pensarlo y hacerlo solo. Hacer las dos cosas al mismo tiempo es un camino muy rico, pero difícil, porque uno no tiene con quién discutir; sólo se tiene a uno mismo.
- ¿Cuál es la importancia de la imagen en un libro infantil?
- El libro álbum es un muy buen acercamiento para el chico a la lectura. Porque lo primero que ve un chico es la imagen, cuando todavía no sabe leer. Además, la imagen narra su propia historia, es una forma de contar. En Uno y Otro no se sabe si los personajes son personas o animales. Esto da mucho más vuelo en la cabeza de un pibe.
- Usted acentúa la importancia del color, pero la mayor parte de Uno y Otro está en blanco y negro.
- El mundo de Uno es blanco y el de Otro es negro. Y está el mundo que aparece después, que es contado por Nadie, que es de colores y ahí está el secreto. Hay colores que transmiten calma; otros que son inquietantes. La ilustración en este tipo de libros es muy importante, porque forma parte del lenguaje. Y todo lo que aparece en la página es usado para contar la historia.
- ¿Cree que el acceso a los libros y a la información es democrático en todos los sectores sociales argentinos?
- Hay que pensar que los libros no son sólo para aquellos que tienen una familia normal y para aquellos a los que no les hace falta nada. Porque los libros son, en definitiva, una puerta a la imaginación, una invitación a volar, lo que es una forma sana de crecer.
Wernicke, que estudió Bellas Artes, tiene 58 años y es hija de los escritores Enrique Wernicke y Rosa Dror Alacid. La artista, que vive en Buenos Aires, tiene dos hijos, de 17 y 22 años. Es autora de las ilustraciones de una gran cantidad de libros infantiles, como "Candelaria y los monstruos", de Griselda Gálmez; "La señora Zapiola", de Sandra Filippi, y "El ruiseñor", de Hans Christian Andersen, entre otros títulos.
- ¿Quiénes son Uno y Otro?
- Todos somos uno y otro en algún momento de la vida. Jugué planteando la duda de quien es quien. Yo no tengo la respuesta.
- O sea que esa duda no se resuelve en el libro.
- Me gustó jugar con la falta de verdad, con que no hay una verdad única, con que todos tenemos una verdad para contar y que está bueno escuchar todas. En este libro trabajé con la idea de la diferencia y con la necesidad de aceptar las diferencias. Por eso creo que este libro no es sólo para chicos sino también para los grandes.
- ¿En el título del libro también se resume el nuevo rol que toma usted al ser autora e ilustradora del libro?
- Puedo comparar esta experiencia con el hecho de vivir en pareja y vivir solo. En algunos casos es bárbaro compartir el trabajo. Pero en otros, es bueno tener un espacio para pensarlo y hacerlo solo. Hacer las dos cosas al mismo tiempo es un camino muy rico, pero difícil, porque uno no tiene con quién discutir; sólo se tiene a uno mismo.
- ¿Cuál es la importancia de la imagen en un libro infantil?
- El libro álbum es un muy buen acercamiento para el chico a la lectura. Porque lo primero que ve un chico es la imagen, cuando todavía no sabe leer. Además, la imagen narra su propia historia, es una forma de contar. En Uno y Otro no se sabe si los personajes son personas o animales. Esto da mucho más vuelo en la cabeza de un pibe.
- Usted acentúa la importancia del color, pero la mayor parte de Uno y Otro está en blanco y negro.
- El mundo de Uno es blanco y el de Otro es negro. Y está el mundo que aparece después, que es contado por Nadie, que es de colores y ahí está el secreto. Hay colores que transmiten calma; otros que son inquietantes. La ilustración en este tipo de libros es muy importante, porque forma parte del lenguaje. Y todo lo que aparece en la página es usado para contar la historia.
- ¿Cree que el acceso a los libros y a la información es democrático en todos los sectores sociales argentinos?
- Hay que pensar que los libros no son sólo para aquellos que tienen una familia normal y para aquellos a los que no les hace falta nada. Porque los libros son, en definitiva, una puerta a la imaginación, una invitación a volar, lo que es una forma sana de crecer.
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