12 Agosto 2007
¿QUE HAY DETRAS DE LAS CANCIONES? El riguroso trabajo es un aporte a la construcción de la historia de un movimiento que cumple 40 años.
El rock argentino es más que bandas, solistas, productores, discos y público, aunque cada uno de ellos esconde algo que siempre puede sorprender. Eso encontró la periodista Maitena Aboitiz cuando se puso a escarbar en lo que dicen las canciones.
Transitó los vericuetos de este movimiento cultural que en el país cumplió 40 años. Lo hizo a través de 120 letras de canciones y, a partir de lo que dice cada una, y de las explicaciones que recibió de sus autores, hilvanó recuerdos, anécdotas y análisis.
La rigurosidad periodística y la pasión sólo pueden llevarse bien cuando hay equilibrio. A Aboitiz le gusta el rock argentino, y durante cuatro años trabajó en una selección (subjetiva) de músicos, bandas y canciones. Pasó todo por un tamiz profesional que le da la suficiente seriedad al libro como para convertirse en una pieza necesaria para intentar profundizar el entendimiento del rock.
Entrevistó a 50 solistas o integrantes de bandas de todos los tiempos. Pero no publicó reportajes, sino las impresiones que cada uno le dejó, a partir de las ideas con las que ella llegó a esos encuentros, que relata brevemente con fluidez y minuciosidad.
Los músicos le fueron contando sus secretos y explicándole sus métodos de composición. Hablaron de sus canciones más populares y sentidas, de su relación con otros autores y varios secretos más. Así, ella trazó una serie de glosarios (bonus track, los llama), en los que los protagonistas de esta historia dan detalles y develan misterios que, sin embargo, no llegan a romper la magia de la libre interpretación que el público puede hacer. Ese es uno de los aciertos de Aboitiz.
Con un diseño dinámico, a modo de revista, se adjuntan párrafos de los temas y garabatos de puño y letra de los rockeros.
Aboitiz sabe de qué habla. Su cara es conocida porque conduce los ciclos “Intimo e interactivo” y “Videoteca”, por la señal de cable “MuchMusic”, y fue conductora y productora de varios programas de radios especializadas.
El trabajo parte de una serie de preguntas que ella, como cualquier persona que disfruta de la música y trata de entenderla, se hace a diario.
Su inquietud, dice en la introducción, fue siempre saber qué había detrás de las canciones que tarareaba y cómo el contenido logra engarzar con la melodía. Cuenta que buscó respuestas en libros y revistas, hasta que se dio cuenta de que la única forma de encontrar lo que necesitaba era haciéndolo ella misma. Y salió, grabador en mano, a conversar con los músicos. Objetivos aparentemente cortos y simples, de los que logró sacar emocionantes recuerdos y explicaciones.
Si esta Antología del rock argentino adolece de algo, es de espíritu crítico y contextualización histórica. Tal vez no haya sido lo que la periodista buscaba, y sólo quiso responder a preguntas comunes. Aunque esto no le resta valor testimonial ni didáctico, el trabajo no avanza lo suficiente. Es sólo un pequeño aporte para la construcción de una historia que todavía no termina de ser escrita.
Juega a favor de Aboitiz que es justa en la selección de los autores entrevistados. Los veteranos consagrados conviven con otros que quedaron en el recuerdo. También están las nuevas camadas, sin importar el estilo musical o la posición estética a la que se adhieren.
Esta antología es un acercamiento al intento de muchos por entender el funcionamiento de la maquinaria, cada día más grande y poderosa (comercialmente), del rock. Se trata de saber qué hay en el alma de cada autor cuando se sienta frente a una hoja de papel.
De todos modos, ella misma parece dudar de que pueda alcanzarse ese entendimiento. El libro termina con una frase escrita a mano por Pappo, que dice, simplemente: “nunca lo sabrán”. © LA GACETA
Transitó los vericuetos de este movimiento cultural que en el país cumplió 40 años. Lo hizo a través de 120 letras de canciones y, a partir de lo que dice cada una, y de las explicaciones que recibió de sus autores, hilvanó recuerdos, anécdotas y análisis.
La rigurosidad periodística y la pasión sólo pueden llevarse bien cuando hay equilibrio. A Aboitiz le gusta el rock argentino, y durante cuatro años trabajó en una selección (subjetiva) de músicos, bandas y canciones. Pasó todo por un tamiz profesional que le da la suficiente seriedad al libro como para convertirse en una pieza necesaria para intentar profundizar el entendimiento del rock.
Entrevistó a 50 solistas o integrantes de bandas de todos los tiempos. Pero no publicó reportajes, sino las impresiones que cada uno le dejó, a partir de las ideas con las que ella llegó a esos encuentros, que relata brevemente con fluidez y minuciosidad.
Los músicos le fueron contando sus secretos y explicándole sus métodos de composición. Hablaron de sus canciones más populares y sentidas, de su relación con otros autores y varios secretos más. Así, ella trazó una serie de glosarios (bonus track, los llama), en los que los protagonistas de esta historia dan detalles y develan misterios que, sin embargo, no llegan a romper la magia de la libre interpretación que el público puede hacer. Ese es uno de los aciertos de Aboitiz.
Con un diseño dinámico, a modo de revista, se adjuntan párrafos de los temas y garabatos de puño y letra de los rockeros.
Aboitiz sabe de qué habla. Su cara es conocida porque conduce los ciclos “Intimo e interactivo” y “Videoteca”, por la señal de cable “MuchMusic”, y fue conductora y productora de varios programas de radios especializadas.
El trabajo parte de una serie de preguntas que ella, como cualquier persona que disfruta de la música y trata de entenderla, se hace a diario.
Su inquietud, dice en la introducción, fue siempre saber qué había detrás de las canciones que tarareaba y cómo el contenido logra engarzar con la melodía. Cuenta que buscó respuestas en libros y revistas, hasta que se dio cuenta de que la única forma de encontrar lo que necesitaba era haciéndolo ella misma. Y salió, grabador en mano, a conversar con los músicos. Objetivos aparentemente cortos y simples, de los que logró sacar emocionantes recuerdos y explicaciones.
Si esta Antología del rock argentino adolece de algo, es de espíritu crítico y contextualización histórica. Tal vez no haya sido lo que la periodista buscaba, y sólo quiso responder a preguntas comunes. Aunque esto no le resta valor testimonial ni didáctico, el trabajo no avanza lo suficiente. Es sólo un pequeño aporte para la construcción de una historia que todavía no termina de ser escrita.
Juega a favor de Aboitiz que es justa en la selección de los autores entrevistados. Los veteranos consagrados conviven con otros que quedaron en el recuerdo. También están las nuevas camadas, sin importar el estilo musical o la posición estética a la que se adhieren.
Esta antología es un acercamiento al intento de muchos por entender el funcionamiento de la maquinaria, cada día más grande y poderosa (comercialmente), del rock. Se trata de saber qué hay en el alma de cada autor cuando se sienta frente a una hoja de papel.
De todos modos, ella misma parece dudar de que pueda alcanzarse ese entendimiento. El libro termina con una frase escrita a mano por Pappo, que dice, simplemente: “nunca lo sabrán”. © LA GACETA
Facundo Pereyra
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