02 Agosto 2007
LOS ARREGLOS. La reparación de la bocacalle ubicada en Maipú y Marcos Paz durará hasta fin de mes. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
El estacionamiento en doble fila y en lugares prohibidos, sobre todo en la City bancaria; los embotellamientos en horarios pico; los bocinazos y los gritos forman parte de la postal cotidiana del microcentro, a raíz de los cortes y desvíos causados por los arreglos de las calles. Hasta los inspectores de Tránsito admiten que el caos vehicular les causa dolores de cabeza y los peatones ni siquiera pueden cruzar de una vereda a otra sin correr riesgos.
Las calles Córdoba, Crisóstomo Alvarez y Santiago del Estero son las más problemáticas. La congestión se agravó ayer a causa de una protesta realizada por empleados de un sanatorio, que cortaron la calle Rivadavia, cerca de la esquina con Santiago, informó el comisario Héctor Cheín. La manifestación comenzó a las 10.30 y demoró unos 20 minutos. Según detallaron, los empleados de la sanidad reclamaban el pago del medio aguinaldo.
Marcha atrás
El desorden es tan grande en el microcentro que la Municipalidad tuvo que dar marcha atrás al plan de repavimentar la bocacalle de avenida Avellaneda y San Juan, que iba a comenzar ayer. La obra quedó suspendida hasta fin de mes, informó el director de Obras Públicas, Herminio Veglia. El funcionario señaló que hasta que no se habiliten las otras bocacalles que todavía se encuentran en la etapa de repavimentación - Balcarce y Santa Fe, Balcarce y Marcos Paz ; Maipú y Marcos Paz, Sarmiento y balcarce- no se iniciarán otras obras. "Además, estamos todavía con el turismo de invierno, y un nuevo corte profundizaría los problemas en el centro", dijo.
Según el inspector Ariel Juárez, el grave problema es que nadie respeta las normas ni las indicaciones. "Todos los días recibimos insultos de gente que no quiere esperar en la fila ni dos minutos y nos echa la culpa por las demoras. Los peatones cruzan en cualquier parte y ni siquiera miran el semáforo", detalló. A los 350 agentes de tránsito que había hasta el año pasado, se agregaron otros 50 inspectores que trabajan exclusivamente en el microcentro. El director de Tránsito, Miguel Angel Molins, comentó que los inspectores van rotando de acuerdo con las necesidades, porque hay calles que se tornan en un pandemóniun en horas pico.
En las paradas de taxis, la gente continúa esperando hasta media hora para abordar un auto, ya que la mayoría de los choferes no quiere ingresar al centro.
El corte en Maipú y Marcos Paz, por los arreglos que se están realizando en esa bocacalle, durará hasta fin de mes. La zona está casi paralizada y ha producido serios inconvenientes, especialmente porque los transportes escolares que recogen niños en colegios de ese sector y las ambulancias que ingresan a un sanatorio, deben hacerlo a contramano. Los inconvenientes se suman también para los comerciantes. Gustavo Gramajo, dueño de un drugstore, opinó: "no pueden abrir varias obras al mismo tiempo. Hay que terminar una y recién hacer otra, porque todo esto es un caos".
Las calles Córdoba, Crisóstomo Alvarez y Santiago del Estero son las más problemáticas. La congestión se agravó ayer a causa de una protesta realizada por empleados de un sanatorio, que cortaron la calle Rivadavia, cerca de la esquina con Santiago, informó el comisario Héctor Cheín. La manifestación comenzó a las 10.30 y demoró unos 20 minutos. Según detallaron, los empleados de la sanidad reclamaban el pago del medio aguinaldo.
Marcha atrás
El desorden es tan grande en el microcentro que la Municipalidad tuvo que dar marcha atrás al plan de repavimentar la bocacalle de avenida Avellaneda y San Juan, que iba a comenzar ayer. La obra quedó suspendida hasta fin de mes, informó el director de Obras Públicas, Herminio Veglia. El funcionario señaló que hasta que no se habiliten las otras bocacalles que todavía se encuentran en la etapa de repavimentación - Balcarce y Santa Fe, Balcarce y Marcos Paz ; Maipú y Marcos Paz, Sarmiento y balcarce- no se iniciarán otras obras. "Además, estamos todavía con el turismo de invierno, y un nuevo corte profundizaría los problemas en el centro", dijo.
Según el inspector Ariel Juárez, el grave problema es que nadie respeta las normas ni las indicaciones. "Todos los días recibimos insultos de gente que no quiere esperar en la fila ni dos minutos y nos echa la culpa por las demoras. Los peatones cruzan en cualquier parte y ni siquiera miran el semáforo", detalló. A los 350 agentes de tránsito que había hasta el año pasado, se agregaron otros 50 inspectores que trabajan exclusivamente en el microcentro. El director de Tránsito, Miguel Angel Molins, comentó que los inspectores van rotando de acuerdo con las necesidades, porque hay calles que se tornan en un pandemóniun en horas pico.
En las paradas de taxis, la gente continúa esperando hasta media hora para abordar un auto, ya que la mayoría de los choferes no quiere ingresar al centro.
El corte en Maipú y Marcos Paz, por los arreglos que se están realizando en esa bocacalle, durará hasta fin de mes. La zona está casi paralizada y ha producido serios inconvenientes, especialmente porque los transportes escolares que recogen niños en colegios de ese sector y las ambulancias que ingresan a un sanatorio, deben hacerlo a contramano. Los inconvenientes se suman también para los comerciantes. Gustavo Gramajo, dueño de un drugstore, opinó: "no pueden abrir varias obras al mismo tiempo. Hay que terminar una y recién hacer otra, porque todo esto es un caos".