El clientelismo bajo la mirada política y judicial

El clientelismo bajo la mirada política y judicial

En un foro nacional se analizó cómo afrontar las mañas que siempre aparecen cuando se acercan los distintos procesos electorales.

GRANDES MOVILIZACIONES. El político siente que no puede evitar algunos mecanismos. El juez pide ayuda para poder ejercer mejor el control de la lay. LA GACETA/JORGE OLMOS SGROSSO GRANDES MOVILIZACIONES. El político siente que no puede evitar algunos mecanismos. El juez pide ayuda para poder ejercer mejor el control de la lay. LA GACETA/JORGE OLMOS SGROSSO
22 Julio 2007
CAPITAL FEDERAL (Por Fabio Ladetto, enviado especial).- La calificación del clientelismo dividió las aguas entre políticos y magistrados en la Jornada de Capacitación Electoral para Periodistas, realizada la semana pasada en la Capital Federal.
El apoderado del Partido Justicialista, Jorge Landau, consideró que no puede medirse cuánto influyen estos hechos en el votante a la hora de emitir el sufragio. El vocal de la Cámara Electoral Nacional, Santiago Corcuera, sostuvo que el hecho debe ser denunciado e investigado por la Justicia, aunque aclaró que no se actúa de oficio.
¿Cómo se controla el clientelismo y las prebendas electorales? La pregunta llevaba implícita la experiencia tucumana que además conocía Landau por haber sido interventor del PJ hasta la interna que consagró a Beatriz Rojkés de Alperovich como su nueva presidenta.
La pregunta abrió la discusión incluso de los casi 100 trabajadores de prensa que asistieron a la actividad organizada por el Ministerio del Interior, la Universidad de Palermo y el Foro de Periodismo Argentino, y en la que se relevaron distintos aspectos de los próximos comicios nacionales.

Difuso
El justicialista intentó distinguir entre la intermediación del puntero para conseguir algo del Gobierno para satisfacer las necesidades sociales y el cambio de favores por un voto. "Es muy difícil poder determinar el límite, cuando se tiene un Estado ineficiente, que no le da a la gente lo que debería darle. ¿Cómo se hace para determinar cuándo uno ayuda en un barrio desinteresadamente y cuándo lo hace para luego recordar a quien ayudó que debe votarlo? ¿Cómo se lo castiga?", preguntó.
Landau calificó a la situación como una desviación viciosa de la política, que él repudia, pero remarcó que no se puede comprobar cuánto incide el reparto de beneficios (como ser los bolsones con alimentos) en el comportamiento electoral individual en el cuarto oscuro.
Corcuera refutó de raíz ese razonamiento. "Disiento totalmente, porque tampoco podemos medir nunca cómo influye la publicidad en el votante. Pero queda claro que lo que se busca es capturar el voto; la eficiencia de los métodos sólo la conoce el elector. También es evidente que ante un Estado débil, hay más facilidad para incidir en un resultado", puntualizó.

Aporte ciudadano
El magistrado reclamó una actitud de control y denuncia por parte de la ciudadanía, para facilitar la actuación de la Justicia, que podrá incluir los gastos realizados con ese fin dentro de las rendiciones de cuentas de la campaña electoral. "A partir de que haya planteos, podremos cuantificar lo erogado y determinar su origen. No siempre sale del Estado; a veces son terceros que aportan, pero entra en el cálculo proselitista", planteó.

Elección a la mexicana
El camarista recordó que en México se cierran los padrones de beneficiarios de planes estatales seis meses antes de una elección, pero que ni siquiera ese mecanismo es considerado eficiente.
El último turno de la mesa panel fue para el director Nacional Electoral del Ministerio del Interior, Alejandro Tullio, quien fue contundente en su afirmación sobre la polémica: "hay ciertos actos que caen bajo un tipo penal específico, que es el peculado, consistente en el uso de los fondos públicos con objetivos particulares". Así, dejó abierta la puerta para que las prácticas clientelares sean alcanzadas por figuras del Código Penal, aparte de poder ser analizadas en el marco de las leyes electorales.

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