El del Oeste es el cementerio más antiguo de la ciudad. Fue inaugurado en 1872, y allí descansan los restos de muchas de las personalidades que hicieron la historia política, económica y cultural de la provincia. Los primeros tiempos del cementerio coincidieron con los años dorados de la industria azucarera que permitían holgura económica, y tanto las familias tradicionales como las de algunos inmigrantes prósperos podían costear la construcción de los majestuosos sepulcros de la necrópolis.
Las construcciones constituyen un muestrario de estilos arquitectónicos: algunas son italianizantes, otras de inspiración grecorromana o de corte francés. En las fachadas y en los altares deslumbra el mármol de Carrara, y las puertas son piezas únicas de hierro forjado. En el interior, los mausoleos más importantes tienen vitrales con imágenes religiosas, y exhiben candelabros y floreros tallados en bronce.
Entre las esculturas que ornamentan muchas de las tumbas, figuran obras de los grandes maestros Francisco Cafferata y José Fioravanti. Los restos de una veintena de gobernadores se encuentran en el Cementerio del Oeste; la mayoría de sus tumbas están ubicadas sobre la avenida principal del camposanto. El recorrido organizado para los turistas pasa por los sepulcros de José María Silva -quien donó los terrenos para levantar el camposanto-, Wenceslao Posse, Anselmo Rojo (que también gobernó Salta), Tiburcio Padilla, Celestino Gelsi y Miguel Campero. La visita concluye ante el imponente mausoleo de Lucas Córdoba. "Mucha gente cree que aquí está la cruz mayor, y pretenden encender velas en el Día de los Difuntos, así que tenemos que andar cuidando para que no lo hagan", comentó Joaquín Suárez, uno de los empleados más antiguos y conocedor de las historias del cementerio.También se encuentran allí los restos de Lola Mora (trasladados desde la Casa de la Cultura provincial), los del célebre aviador Benjamín Matienzo y los de Emidio Salvigni, que fue soldado en las guerras napoleónicas y luego edecán de Manuel Belgrano en la Batalla de Tucumán. También se destacan los mausoleos de las familias Hileret y Rodrigue, Yriarte, Cotella.
Asimismo, se encuentran los panteones de las diversas colectividades que se asentaron en la provincia.
Historias que se cuentan
Un ataúd de bronce es uno de los objetos más llamativos del Cementerio. Está en el mausoleo de la familia De Innocentis. Según algunas versiones, el féretro estaba destinado a Eva Perón, pero por razones inciertas, fue a parar a otras manos.
Sobre la tumba de Ignacio Colombres -que murió a los 28 años- siempre hay flores. Los cuidadores del cementerio dicen que no se sabe quién las deposita, pero se cree que pueden ser estudiantes que le hacen promesas para tener éxito en sus exámenes.El mausoleo de Segundo Filippi es una muestra de la más bella y ostentosa arquitectura de la época. En la capilla sólo cabe un cajón, pero en el sótano hay lugar para unos 50 ataúdes.
El mausoleo de la familia Yriarte se convirtió en lugar de peregrinación. Cuando los descendientes desocuparon la tumba, dejaron una imagen de la Virgen Morena, que comenzó a ser visitada por los fieles. Estos impidieron luego que las autoridades cerraran el mausoleo.
Las historias de fantasmas y de aparecidos no pueden estar ausentes en un cementerio. Comentan que si se observa con atención las puertas de algunos mausoleos, puede observarse el reflejo en el vidrio de una mujer vestida de blanco. Por supuesto, esto nunca fue comprobado.
Entre otras curiosidades, los cuidadores destacan la de una familia que solía presentarse en la tumba de su pequeño hijo para celebrarle el cumpleaños. Ponían una mesa con comida y bebida, permanecían un rato y luego se iban.
Cementerio de los ricos suelen llamarle al del Oeste, porque sólo las personas de holgada posición económica podían costear los mausoleos, hechos con mármol de carrara y hierro forjado, como los que se encuentran allí. En contraposición, el del Norte es denominado cementerio de los pobres. Lo cierto es que el del Oeste es rico en historia y en personalidades mientras que el del Norte los es en mitos y leyendas.
El mítico Bazán Frías no fue enterrado en el Cementerio del Oeste, pero la historia no puede ser pasada por alto, ya que murió contra uno de sus muros. El recorrido elaborado por la Dirección de Cultura de la Municipalidad lleva hasta el muro sobre calle Mendoza donde mataron al delincuente. Frías fue abatido a tiros por la Policía, en 1924, cuando intentaba saltar el paredón para refugiarse en el cementerio.
3.000 tumbas
1854 es el año en que se dispuso crear un nuevo cementerio.
1859es el año en que se le dio el nombre de Cementerio del Oeste.
1872 es el año en que se inauguró.
2006 es el año en que fue declarado bien del Patrimonio Cultural de Tucumán.
3.000son las tumbas distribuidas en sepulturas, mausoleos, panteones, sotanitos y capillas.
56.000metros cuadrados tiene el predio.