Una urbanista defiende los bienes de valor cultural

Una urbanista defiende los bienes de valor cultural

A juicio de una experta en patrimonio, se debería designar maravillas a regiones como la Quebrada de Humahuaca. Otra académica vota por el Taj Mahal.

IMPONENTE. La Quebrada de Humahuaca es patrimonio de la Humanidad. LA GACETA IMPONENTE. La Quebrada de Humahuaca es patrimonio de la Humanidad. LA GACETA
01 Julio 2007
La Quebrada de Humahuaca, el paisaje cultural más cercano a nuestra provincia, fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 2003. Este tipo de bienes, donde confluyen la naturaleza y la presencia del hombre, son las verdaderas maravillas de nuestro mundo, según sostiene la urbanista Olga Paterlini de Koch.
"En un momento en que es necesario proteger los recursos naturales, como el agua y el suelo, me parece importante buscar ejemplos en esa línea", argumentó.
Con respecto a las obras del hombre, Paterlini mencionó como su favorita al ejército de terracota del emperador chino Qin Shi Huang. Fue descubierto durante una excavación realizada en 1974 y consiste en 7.000 figuras de guerreros y caballos de terracota a tamaño real, que fueron enterrados con el emperador en 210-209 aC.
Sin embargo, insistió en que la gran crisis de la Humanidad está en relación con su hábitat natural.
"Se han hecho avances en el sentido de convertir a lo natural en un bien de interés cultural, pero hasta ahora las siete maravillas del mundo apuntaron a obras culturales. Materializaciones del hombre -señaló-. Pareciera que ahora se avanza sobre la misma idea, pero en realidad, la Unesco prefiere declarar Patrimonio de la Humanidad a paisajes culturales donde hay una gran fortaleza de lo natural como contenedor de lo que instaló el hombre a través de la historia".
La docente e investigadora dijo que el área cañera de Tucumán podría ser considerada un paisaje cultural, porque se ha desarrollado en función de la cultura del azúcar. Sin embargo, al ser tan heterogénea, ha perdido mucha autenticidad.
"Me parece que cuando el hombre trasciende lo individual y produce lo colectivo a través de una obra significativa, resulta tremendamente valioso -agregó Paterlini-. Cuando un pequeño asentamiento o una ciudad adquieren valores significativos desde el punto de vista del patrimonio urbano arquitectónico, refleja también una valoración de orden social y cultural".
La arquitecta sostiene que ese tipo de manifestaciones está respaldada por un consenso social, lo cual resulta culturalmente más relevante que la decisión individual de un solo autor.
En el caso de la Quebrada de Humahuaca, se trata de la ocupación de un territorio de casi 300 kilómetros de longitud, con ocho pueblos. Cada uno tiene su propia identidad y han llegado a tener una notable armonía con el paisaje natural.
"Hay algunas cosas que son referentes indiscutibles de la Humanidad y que lindan con el misterio -admitió Paterlini-. Por ejemplo, los gigantes de la isla de Pascua son algo sobrecogedor, extraordinario. Pero si se habla de patrimonio natural, hay que destacar a las islas Galápagos, con sus tortugas gigantes". La urbanista considera que se debe valorar aquellos casos en que hubo una muy buena producción cultural junto con un gran respeto por el ambiente natural, y donde la sociedad logró cohesionar criterios en favor de su patrimonio.
Otra viajera calificada, como es la decana de Filosofía y Letras -Elena Rojas Mayer-, comentó que de todas las candidatas a nuevas maravillas votaría por el palacio Taj Mahal, de la India.
"Es un edificio blanco que da sensación de transparencia y que estimula la espiritualidad. Quienes lo visitan, no importa qué religión profesen, cuando están adentro sienten la necesidad de orar -afirmó la lingüista-. Es tan diáfana la belleza de este lugar, que infunde una gran paz y ganas de estar contemporizando con todo el mundo".
Además del esplendor del palacio, la docente destacó el contexto histórico de su construcción y del valor simbólico que posee este edificio. "Es como un templo de toda la Humanidad", dijo.
Rojas Mayer recordó que el primer libro que le regalaron sus padres cuando tenía ocho años era sobre las maravillas del mundo. "Quedé fascinada y me propuse conocer todas esas cosas cuando fuera grande".
La decana está de acuerdo con que se designen como maravillas a obras del hombre y no de la naturaleza.