03 Noviembre 2002
LOS ANGELES.- La revista "People" tuvo buenas razones para elegir a Justin Timberlake como "el soltero más codiciado del mundo" hace unos meses. El integrante de "N?Sync", viajó a Londres días atrás para promocionar su primer CD como solista, pero el viaje, según asegura la prensa inglesa, tuvo mucho más de placer que de trabajo. Justin terminó sus días en Londres jugando "Truth or Dare" con Christina Aguilera, la archirival de la ex novia del cantante, Britney Spears, en su suite del muy chic Hotel Sanderson.
Pero eso fue solo el final de una agitada noche. Horas antes, Justin bailó seductoramente con la modelo Lucy Mans en el club "Chinawhite", y luego cayó rendido frente a los encantos de Tara Palmer Tompkinson, la modelo mas ocupada, admirada y envidiada de Londres, una "chica fashion" que no ha tenido problemas en revelar las profundidades de sus escotes y sus tácticas de seducción frente a una larga lista de solteros, incluyendo el Príncipe William.
Tara conoció a Justin en el set del programa de televisión "Top of the Tops", y aunque el no tenia idea de quien era esta atractiva mujer, aceptó el teléfono que ella le entregó escrito en un papel. "Llámame", le dijo Tara. Y Justin llamó. La pareja se reunió en una fiesta que Justin y su compañero de banda, Lance Bass, organizaron en el "Mayfair Club", pero el cantante se mostró mucho más interesando en la estrella del Pop Britanico Ms. Dynamite, que en Tara.
Fue entonces cuando hizo su triunfal entrada Christina Aguilera. Vestida (o desvestida, como acostumbra por estos días), con una minifalda casi inexistente y un top de dimensiones parecidas al de un pañuelo. Como inocentes criaturas que son, Christina y Justin iniciaron una competencia para ver quien ordenaba la botella de champagne más cara. Justin pidió un Moet&Chandon de más de 2.000 dólares. Christina resultó derrotada con su Cristal de apenas 1.200 dólares. La diversión duró poco, porque en ese mismo instante el DJ del club decidió estremecer los parlantes con una versión de "Boys", el último single de Britney Spears. Christina abandonó el lugar poco después, a la una y media de la madrugada. Justin no salió de la discoteca hasta las cuatro de la madrugada. Sin embargo, ambos se reunieron más tarde en el "Sanderson", donde tenían reservado el octavo piso completo del hotel. Ahí, a puertas cerradas, continuaron su juego. No se sabe qué pasó después, pero la prensa inglesa especula que la relación entre Justin y Christina dará mucho de qué hablar en los próximos meses. De hecho, ambas estrellas del pop están pensando en grabar juntos una balada compuesta por la misma Christina y, dicen, que filmarán un videoclip erótico. (Especial)
Pero eso fue solo el final de una agitada noche. Horas antes, Justin bailó seductoramente con la modelo Lucy Mans en el club "Chinawhite", y luego cayó rendido frente a los encantos de Tara Palmer Tompkinson, la modelo mas ocupada, admirada y envidiada de Londres, una "chica fashion" que no ha tenido problemas en revelar las profundidades de sus escotes y sus tácticas de seducción frente a una larga lista de solteros, incluyendo el Príncipe William.
Tara conoció a Justin en el set del programa de televisión "Top of the Tops", y aunque el no tenia idea de quien era esta atractiva mujer, aceptó el teléfono que ella le entregó escrito en un papel. "Llámame", le dijo Tara. Y Justin llamó. La pareja se reunió en una fiesta que Justin y su compañero de banda, Lance Bass, organizaron en el "Mayfair Club", pero el cantante se mostró mucho más interesando en la estrella del Pop Britanico Ms. Dynamite, que en Tara.
Fue entonces cuando hizo su triunfal entrada Christina Aguilera. Vestida (o desvestida, como acostumbra por estos días), con una minifalda casi inexistente y un top de dimensiones parecidas al de un pañuelo. Como inocentes criaturas que son, Christina y Justin iniciaron una competencia para ver quien ordenaba la botella de champagne más cara. Justin pidió un Moet&Chandon de más de 2.000 dólares. Christina resultó derrotada con su Cristal de apenas 1.200 dólares. La diversión duró poco, porque en ese mismo instante el DJ del club decidió estremecer los parlantes con una versión de "Boys", el último single de Britney Spears. Christina abandonó el lugar poco después, a la una y media de la madrugada. Justin no salió de la discoteca hasta las cuatro de la madrugada. Sin embargo, ambos se reunieron más tarde en el "Sanderson", donde tenían reservado el octavo piso completo del hotel. Ahí, a puertas cerradas, continuaron su juego. No se sabe qué pasó después, pero la prensa inglesa especula que la relación entre Justin y Christina dará mucho de qué hablar en los próximos meses. De hecho, ambas estrellas del pop están pensando en grabar juntos una balada compuesta por la misma Christina y, dicen, que filmarán un videoclip erótico. (Especial)