10 Junio 2007
EL INDIVIDUALISMO atomiza las relaciones y las acciones entre vecinos.
"Los tiempos cambian y por ende también cambia todo. A los vecinos les pasa lo mismo que a las escuelas rurales. Antes esos establecimientos eran el centro de reunión, de convocatoria y de decisión de la comunidad que abarcaban. Pero en la actualidad perdieron esa importancia", expresó un tanto melancólica la pedagoga Cecilia Lagares.
La especialista también explicó que hasta hace unos años atrás los centros vecinales se encontraban próximos a los clubes de barrio o en su interior. Pero la urbanización les fue quitando de a poco ese rol. "Salvo en los barrios distantes del casco céntrico los centros vecinales adquirieron mayor trascendencia", remarcó sobre el particular.
Otra realidad
"Otro argumento que le hizo perder trascendencia a la figura del vecino es el cada vez más acentuado individualismo que caracteriza a la sociedad. No por una cuestión puramente egoísta sino por una realidad socio económica. Hoy por hoy son muy pocos los hogares donde sólo trabaja uno de los cónyuges. La gente está más metida en sus cosas. Mejor dicho más preocupada por los problemas del sistema familiar y no miran más allá de ellos", destacó Lagares.
Un extraño
En las grandes urbes el vecino es un extraño. Por lo general en ciudades como Buenos Aires hay personas que no saben quienes viven a la par de su casa, de su departamento o en el mismo piso o edificio. "Eso le lleva a perder el ejercicio de la solidaridad. En cambio, en lugares donde el barrio sigue vigente como punto de encuentro el vecino no solo es parte de la comunidad también como elemento motivador y motorizador de esa sociedad. "El vecino es importante en los barrios nuevos. Porque las demandas de crecimiento seguridad y progreso para el lugar son comunes a todos y como necesitan conformar una fuerza unida para movilizarlos la solidaridad es una prueba elocuente de ese ejercicio ", indicó Cecilia,
La convivencia de vecinos en edificios de departamentos es más conflictiva que en los barrios. Poco a Poco Tucumán al igual que Córdoba y Buenos Aires va aproximándose a un ritmo de ciudad vertiginoso durante el día, aunque por la noche sigue conservando la fisonomía de pueblo tranquilo.Es decir cada vez la gente se siente más sola entre la multitud.
La especialista también explicó que hasta hace unos años atrás los centros vecinales se encontraban próximos a los clubes de barrio o en su interior. Pero la urbanización les fue quitando de a poco ese rol. "Salvo en los barrios distantes del casco céntrico los centros vecinales adquirieron mayor trascendencia", remarcó sobre el particular.
Otra realidad
"Otro argumento que le hizo perder trascendencia a la figura del vecino es el cada vez más acentuado individualismo que caracteriza a la sociedad. No por una cuestión puramente egoísta sino por una realidad socio económica. Hoy por hoy son muy pocos los hogares donde sólo trabaja uno de los cónyuges. La gente está más metida en sus cosas. Mejor dicho más preocupada por los problemas del sistema familiar y no miran más allá de ellos", destacó Lagares.
Un extraño
En las grandes urbes el vecino es un extraño. Por lo general en ciudades como Buenos Aires hay personas que no saben quienes viven a la par de su casa, de su departamento o en el mismo piso o edificio. "Eso le lleva a perder el ejercicio de la solidaridad. En cambio, en lugares donde el barrio sigue vigente como punto de encuentro el vecino no solo es parte de la comunidad también como elemento motivador y motorizador de esa sociedad. "El vecino es importante en los barrios nuevos. Porque las demandas de crecimiento seguridad y progreso para el lugar son comunes a todos y como necesitan conformar una fuerza unida para movilizarlos la solidaridad es una prueba elocuente de ese ejercicio ", indicó Cecilia,
La convivencia de vecinos en edificios de departamentos es más conflictiva que en los barrios. Poco a Poco Tucumán al igual que Córdoba y Buenos Aires va aproximándose a un ritmo de ciudad vertiginoso durante el día, aunque por la noche sigue conservando la fisonomía de pueblo tranquilo.Es decir cada vez la gente se siente más sola entre la multitud.