Un lúcido dispositivo escénico funciona en la obra

Un lúcido dispositivo escénico funciona en la obra

Un análisis de Jorge Figueroa, Redacción LA GACETA.

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30 Abril 2007
Por Jorge Figueroa, Redacción LA GACETA.

Cuando el espectador ve "Papel papel" identifica inmediatamente lo que se le está contando: la obra, ciertamente, es un retrato social de la provincia, vista desde los ojos de dos cartoneros, Dengue y Roña, quienes trabajan para un puntero neronista a cambio de bolsones, y de un trabajo que nunca llega. Hasta los nombres propios tienen tal similitud con los reales, que nada puede sorprender a los espectadores, algunos de los cuales dejaron escapar risitas cómplices durante la función del estreno. La tentación, entonces, era muy grande y el riesgo mucho mayor, para hacer que esta obra terminara convirtiéndose nada más que en un discurso político. Pero si el texto de Pablo Gigena que inauguró el Elenco Estable únicamente se redujera a esa fotografía de la realidad, no tendría otros atributos. En las artes escénicas, el valor de las propuestas no está tanto en lo que se dice sino en cómo se lo hace; si no, no estaríamos hablando de teatro. En ese sentido, más allá de señalar el destacado desempeño de los actores (en particular de Marcos Acevedo, Ricardo Podazza y Héctor Marcaida), la puesta en escena de Pablo Gigena y Noé Andrade estructura un dispositivo escénico que entretiene y que dinamiza el drama. Este dispositivo concibe al escenario como no fijo, y al decorado, en movimiento constante, como una estructura que se modifica según las necesidades de las acciones. Este concepto de dispositivo escénico -actualmente muy utilizado internacionalmente- es uno de los grandes aportes de la puesta en escena de "Papel papel". Otro tanto debe señalarse del vestuario, la realización audiovisual, la banda sonora y la iluminación.

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