14 Abril 2007
POR LA PAZ. Familiares de víctimas de la violencia protestan de este modo en una zona de Copacabana. REUTERS
RIO DE JANEIRO.- El ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, fustigó el posible envío de tropas de las Fuerzas Armadas para colaborar en la lucha contra la violencia en las calles de Río de Janeiro. “Entiendo el grito de desesperación del gobernador Sergio Cabral, pero la lucha contra el delito no es una tarea de las Fuerzas Armadas”, dijo Cardoso, que gobernó entre 1995 y 2002, cuando lo sucedió Luiz Inácio Lula da Silva.
El jueves, Lula respondió a un pedido de Cabral anunciando que los militares colaborarán con Río de Janeiro, pero no definió cómo. El lunes se sabrá si esa ayuda será posible, y en qué marco, cuando se reúnan Cabral con los jefes de las tres armas y los ministros de Justicia, Tarso Genro, y de Defensa, Waldir Pires. En medio de este clima de incertidumbre, y en una ola de violencia que ya causó al menos 600 muertos en lo que va del año, países como Francia recomendaron a sus ciudadanos que tomen las máximas precauciones mientras visitan la ciudad.
Según Cardoso, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la prioridad es encarar la lucha contra la corrupción policial y mejorar el servicio de Inteligencia para enfrentar el complejo escenario de la violencia en Río de Janeiro. “Las fuerzas militares podrían ayudar en tareas de inteligencia, pero no podrían ocupar las calles”, dijo. Según expertos, las Fuerzas Armadas pueden intervenir en caso de una incapacidad del gobierno para contener la violencia, pero eso requeriría necesariamente de una intervención federal.
Líder capturado
Mientras, en San Pablo, otra gran urbe también castigada por el crimen organizado, la policía capturó al líder de Primer Comando de la Capital (PCC), la temible organización criminal involucrada en cientos de asesinatos. El arresto de Marcelo da Mata, de 31 años, prófugo de la justicia, se produjo a raíz de una denuncia anónima sobre una reunión de miembros del PCC en un club. Después del arresto, la Policía reforzó los dispositivos de seguridad.
“Agencia” de asesinatos
En tanto, la policía federal desarticuló una organización formada por agentes de seguridad, pistoleros y comerciantes dedicada a asesinar por encargo en el violento estado de Pernambuco, en el noreste del país. La banda cometía un promedio de tres a cuatro homicidios por semana, o unos 200 por año, y cobraba por cada “servicio” hasta U$S 2.500.
Según una fuente policial, era una “agencia” que atendía una variada demanda de empresarios, usureros y personas contrariadas en general. El grupo de exterminio actuaba hace por los menos cinco años, y se cree que es responsable de más de 1.000 asesinatos, según la fuente.
En el operativo, que duró varios días, participaron unos 200 policías federales de seis Estados. (Télam-AFP-NA)
El jueves, Lula respondió a un pedido de Cabral anunciando que los militares colaborarán con Río de Janeiro, pero no definió cómo. El lunes se sabrá si esa ayuda será posible, y en qué marco, cuando se reúnan Cabral con los jefes de las tres armas y los ministros de Justicia, Tarso Genro, y de Defensa, Waldir Pires. En medio de este clima de incertidumbre, y en una ola de violencia que ya causó al menos 600 muertos en lo que va del año, países como Francia recomendaron a sus ciudadanos que tomen las máximas precauciones mientras visitan la ciudad.
Según Cardoso, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la prioridad es encarar la lucha contra la corrupción policial y mejorar el servicio de Inteligencia para enfrentar el complejo escenario de la violencia en Río de Janeiro. “Las fuerzas militares podrían ayudar en tareas de inteligencia, pero no podrían ocupar las calles”, dijo. Según expertos, las Fuerzas Armadas pueden intervenir en caso de una incapacidad del gobierno para contener la violencia, pero eso requeriría necesariamente de una intervención federal.
Líder capturado
Mientras, en San Pablo, otra gran urbe también castigada por el crimen organizado, la policía capturó al líder de Primer Comando de la Capital (PCC), la temible organización criminal involucrada en cientos de asesinatos. El arresto de Marcelo da Mata, de 31 años, prófugo de la justicia, se produjo a raíz de una denuncia anónima sobre una reunión de miembros del PCC en un club. Después del arresto, la Policía reforzó los dispositivos de seguridad.
“Agencia” de asesinatos
En tanto, la policía federal desarticuló una organización formada por agentes de seguridad, pistoleros y comerciantes dedicada a asesinar por encargo en el violento estado de Pernambuco, en el noreste del país. La banda cometía un promedio de tres a cuatro homicidios por semana, o unos 200 por año, y cobraba por cada “servicio” hasta U$S 2.500.
Según una fuente policial, era una “agencia” que atendía una variada demanda de empresarios, usureros y personas contrariadas en general. El grupo de exterminio actuaba hace por los menos cinco años, y se cree que es responsable de más de 1.000 asesinatos, según la fuente.
En el operativo, que duró varios días, participaron unos 200 policías federales de seis Estados. (Télam-AFP-NA)
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