Nocaut

River tocó fondo en su excursión a tierras colombianas. Allí perdió 3 a 1 con Caracas FC, resultado que lo dejó afuera de la Copa Libertadores cuando todavía resta una fecha para que concluya la primera fase. Es un fracaso rotundo del equipo de Daniel Passarella, que se reforzó con millonarias contrataciones y en la cancha va de mal en peor. Los venezolanos, con muy poco, lograron un éxito histórico.

La peor de las pesadillas
Por Ariel Ibáñez, Redacción LA GACETA.

River fue protagonista estelar de una película de terror que tuvo un final impactante, escalofriante. No pudo terminar peor. Quedó eliminado de la Copa Libertadores una fecha antes de que se complete la fase clasificatoria, en una zona que era absolutamente accesible. ¿Alquien se hubiese imaginado, al arrancar la competencia, que el “millonario” no iba a ser capaz de ganarle a Liga Universitaria de Quito, ni en Ecuador ni en el Monumental, o que iba a perder dos veces, en menos de un mes, con el modesto Caracas FC? Nadie. Ni el más pesismista de sus hinchas ni el más fanático de sus detractores. Pero sucedió. Con el agregado de que el conjunto venezolano dio ayer un enorme hándicap al tener que jugar de local en Colombia, porque su estadio está siendo arreglado para la Copa América, y porque la Conmebol le suspendió, 24 horas antes del partido, a cuatro de sus principales figuras. Aún así, vapuleó a un adversario que fue una sombra en el campo de juego. Passarella volvió a fracasar rotundamente en una competencia internacional y el futuro del equipo es incierto. Por todo lo que pierde económicamente con esta temprana eliminación y por la crisis interna que seguramente vendrá en lo inmediato. River se despidió de la Copa. Allí vivió la peor de las pesadillas.