03 Abril 2007
RELEVAMIENTO. Kritz realizó el estudio entre 138 firmas de todo el país.
En el mes que pasó se instaló definitivamente la ronda de negociaciones salariales. "Los acuerdos que se alcancen son importantes tanto desde el punto de vista social, como micro y macroeconómico", señala un informe de SEL Consultores. Para conocer el estado de situación, SEL efectuó una encuesta entre 138 compañías líderes de distintas ramas, con personal dentro de convenio. "Los datos muestran, en efecto, una revisión al alza de las demandas salariales. Entre las empresas con negociación en marcha o prevista, el aumento promedio que piden, o se estima que pedirán los sindicatos, es de 20,7%", especifica el estudio.
Según los técnicos de SEL, liderados por el especialista Ernesto Kritz, el alza de las demandas salariales se explica en parte por la competencia gremial, apoyada en la señal del Gobierno de que no habrá pisos ni techos par la negociación.
"Un dato consistente con este escenario de demandas en alza y mayor autonomía sindical, es que hay una escasa dispersión intersectorial. Esto sugiere que el benchmarking (ver "Una técnica?") tiene un mayor peso que las diferencias de productividad, o de capacidad de absorción de los sectores. Hay otras dos razones que explican el aumento de las demandas: una es la creciente pérdida de credibilidad del IPC (Indice de Precios al Consumidor) como indicador para el seguimiento del salario real; la otra es la incredulidad -no siempre explicitada- sobre las metas de inflación", afirma el informe de la consultora privada.
Agrega que para la definición de sus demandas, los sindicatos asumen que, tanto la inflación pasada como la esperada, está varios puntos por sobre de la que informan los comunicados del Indec y las proyecciones del Ministerio de Economía y del Banco Central.
"Esta percepción, probablemente, ha aumentado en los meses recientes. El otro dato que marca una diferencia con la situación de diciembre, esta vez desde el lado de las empresas, es que ha aumentado la proporción de aquellas que reconocen que el aumento de los salarios se trasladará parcial o totalmente a sus precios de venta. En diciembre, apenas 19% opinaba en ese sentido; ahora, la proporción es de 42%. Esto tiene que ver, por un lado, con la expectativa empresarial de que los salarios crecerán más de lo que creían en diciembre; por el otro, con una posible percepción de que finalmente se aceptará algunos puntos más de inflación o que los controles de precios perderán eficacia", concluye el informe.
Según los técnicos de SEL, liderados por el especialista Ernesto Kritz, el alza de las demandas salariales se explica en parte por la competencia gremial, apoyada en la señal del Gobierno de que no habrá pisos ni techos par la negociación.
"Un dato consistente con este escenario de demandas en alza y mayor autonomía sindical, es que hay una escasa dispersión intersectorial. Esto sugiere que el benchmarking (ver "Una técnica?") tiene un mayor peso que las diferencias de productividad, o de capacidad de absorción de los sectores. Hay otras dos razones que explican el aumento de las demandas: una es la creciente pérdida de credibilidad del IPC (Indice de Precios al Consumidor) como indicador para el seguimiento del salario real; la otra es la incredulidad -no siempre explicitada- sobre las metas de inflación", afirma el informe de la consultora privada.
Agrega que para la definición de sus demandas, los sindicatos asumen que, tanto la inflación pasada como la esperada, está varios puntos por sobre de la que informan los comunicados del Indec y las proyecciones del Ministerio de Economía y del Banco Central.
"Esta percepción, probablemente, ha aumentado en los meses recientes. El otro dato que marca una diferencia con la situación de diciembre, esta vez desde el lado de las empresas, es que ha aumentado la proporción de aquellas que reconocen que el aumento de los salarios se trasladará parcial o totalmente a sus precios de venta. En diciembre, apenas 19% opinaba en ese sentido; ahora, la proporción es de 42%. Esto tiene que ver, por un lado, con la expectativa empresarial de que los salarios crecerán más de lo que creían en diciembre; por el otro, con una posible percepción de que finalmente se aceptará algunos puntos más de inflación o que los controles de precios perderán eficacia", concluye el informe.
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