10 Marzo 2007
ACORDE. La ornamentación del palco iba en consonancia con las duras palabras que Chávez propinó a Bush; de fondo, las Madres de Plaza de Mayo. NA
Buenos Aires.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, calificó al mandatario estadounidense, George W. Bush, de cadáver político, durante un multitudinario acto en el estadio de Ferrocarril Oeste, al que asistieron unas 20.000 personas. "Andan diciendo por ahí que planificamos esto para sabotear la gira del caballerito del norte. No nos hace falta, porque ese visitante, que a esta hora debe estar al otro lado del río, es un cadáver político", declamó Chávez.
Desde el escenario de Ferro, en el barrio porteño de Caballito, el mandatario venezolano alentó al público a realizar una silbatina gigantesca contra Bush, y la respuesta llegó inmediatamente. "Gringo go home", gritó Chávez.
Asimismo, Chávez ironizó, respecto de la visita de Bush a Uruguay: "no queremos lesionar la soberanía del Uruguay, porque reconocemos la soberanía de nuestros hermanos para invitar al caballerito del norte"; pero insistió: "estamos en presencia de un cadáver político, que ya ni siquiera huele a azufre".
"Este acto está organizado para decirle no al jefe imperial que visita tierras heroicas", subrayó Chávez, a la vez que cuestionó a Bush por comparar a Simón Bolívar con "Jorge" Washington (sic). "El dijo que todos éramos hijos de Washington y Bolívar, es decir que él sería hijo de Bolívar, pero él es hijo de ...", y no completó la frase. Al subir al escenario, lo primero que hizo Chávez fue abrazar a Hebe de Bonafini, la titular de Madres de Plaza de Mayo, y sus primeras palabras fueron de agradecimiento para la organización. "Gracias al presidente Kirchner por invitarme, por permitir este acto", afirmó. La frase no fue inocente porque en el público, por partes iguales, había kirchneristas y opositores.
Sin dejar de lado las vivas a Fidel Castro, Chávez recorrió rápidamente las actividades de la jornada y rescató la importancia de los acuerdos firmados por la mañana con el Gobierno nacional.
Por la mañana, Chávez ofreció una entrevista a Canal 7 y luego se reunió con Kirchner en la residencia de Olivos, donde suscribió acuerdos. Al mediodía, después de una reunión de cuatro horas con Kirchner, Chávez decidió suspender sus visitas a Carlos Casares, cuyo objetivo era decorar el acuerdo agropecuario, y a la planta de Sancor, en el norte del conurbano bonaerense.
En el acto, Chávez destacó el acuerdo entre Enarsa y Pdvsa, y subrayó que ese convenio fue posible porque Venezuela recuperó sus recursos naturales en la faja petrolífera de la zona del Orinoco.
Operativo de seguridad
El escenario, desde el que Chávez fustigó a Bush, fue montado sobre la tribuna que da a Avellaneda. La decisión de cómo instalar la enorme tarima fue tomada por la Casa Militar de Venezuela, debido a que esa ubicación disminuye la posibilidad de atentados. De todas formas, ninguna prevención pareció suficiente, y Chávez llegó rodeado por un imponente operativo de seguridad, de ocho autos, y acompañado por su hija y por su nieta.
El escenario fue adornado con dibujos de banderas argentinas y venezolanas que reproducían las leyendas: "Por la unidad latinoamericana", "Bienvenido Chávez, no a Bush" y "No al FMI". (NA)
Desde el escenario de Ferro, en el barrio porteño de Caballito, el mandatario venezolano alentó al público a realizar una silbatina gigantesca contra Bush, y la respuesta llegó inmediatamente. "Gringo go home", gritó Chávez.
Asimismo, Chávez ironizó, respecto de la visita de Bush a Uruguay: "no queremos lesionar la soberanía del Uruguay, porque reconocemos la soberanía de nuestros hermanos para invitar al caballerito del norte"; pero insistió: "estamos en presencia de un cadáver político, que ya ni siquiera huele a azufre".
"Este acto está organizado para decirle no al jefe imperial que visita tierras heroicas", subrayó Chávez, a la vez que cuestionó a Bush por comparar a Simón Bolívar con "Jorge" Washington (sic). "El dijo que todos éramos hijos de Washington y Bolívar, es decir que él sería hijo de Bolívar, pero él es hijo de ...", y no completó la frase. Al subir al escenario, lo primero que hizo Chávez fue abrazar a Hebe de Bonafini, la titular de Madres de Plaza de Mayo, y sus primeras palabras fueron de agradecimiento para la organización. "Gracias al presidente Kirchner por invitarme, por permitir este acto", afirmó. La frase no fue inocente porque en el público, por partes iguales, había kirchneristas y opositores.
Sin dejar de lado las vivas a Fidel Castro, Chávez recorrió rápidamente las actividades de la jornada y rescató la importancia de los acuerdos firmados por la mañana con el Gobierno nacional.
Por la mañana, Chávez ofreció una entrevista a Canal 7 y luego se reunió con Kirchner en la residencia de Olivos, donde suscribió acuerdos. Al mediodía, después de una reunión de cuatro horas con Kirchner, Chávez decidió suspender sus visitas a Carlos Casares, cuyo objetivo era decorar el acuerdo agropecuario, y a la planta de Sancor, en el norte del conurbano bonaerense.
En el acto, Chávez destacó el acuerdo entre Enarsa y Pdvsa, y subrayó que ese convenio fue posible porque Venezuela recuperó sus recursos naturales en la faja petrolífera de la zona del Orinoco.
Operativo de seguridad
El escenario, desde el que Chávez fustigó a Bush, fue montado sobre la tribuna que da a Avellaneda. La decisión de cómo instalar la enorme tarima fue tomada por la Casa Militar de Venezuela, debido a que esa ubicación disminuye la posibilidad de atentados. De todas formas, ninguna prevención pareció suficiente, y Chávez llegó rodeado por un imponente operativo de seguridad, de ocho autos, y acompañado por su hija y por su nieta.
El escenario fue adornado con dibujos de banderas argentinas y venezolanas que reproducían las leyendas: "Por la unidad latinoamericana", "Bienvenido Chávez, no a Bush" y "No al FMI". (NA)
Lo más popular