La provincia se ha vuelto una plaza poco atractiva

El revuelo que causa en el mundo del cine la proximidad de una ceremonia de entrega de los premios Oscar se mantiene en los días previos a la realización de la 79a edición. Los pálpitos, las apuestas y, por sobre todas las cosas, los fuertes intereses comerciales que se mueven alrededor de la llamada “noche más glamorosa del año” ya han comenzado a perfilar a las películas, a los directores y a los intérpretes favoritos para levantar la estatuilla dorada el domingo 25.
Para los argentinos, la situación se parece a la de la última entrega: Gustavo Santaolalla está nuevamente postulado -el año pasado se alzó con el galardón- y la película seleccionada para representar a nuestra cinematografía (“Derecho de familia”, de Daniel Burman) no entró en la lista de las candidatas a Mejor Película Extranjera. Y los tucumanos, en particular, tendremos menos elementos de juicio, ya que muchos de los filmes en danza no se vieron en nuestra provincia. Claro que, con el fenómeno de internet de por medio, no son pocos los que ya se adelantaron y vieron copias “pirata” de las películas en competencia.
Aunque todo parece indicar que este año la Academia se inclinará por un “peso pesado” (Martin Scorsese o Clint Eastwood), nunca deben descartarse las sorpresas. Si “Pequeña Miss Sunshine” rompe los pronósticos, seguramente volverá a exhibirse en Tucumán, ya que -como ocurrió con “Vidas cruzadas” (Crash) el año pasado- pasó casi desapercibida cuando se estrenó. En realidad, se trata de un problema de mercado; Tucumán dejó hace años de ser una plaza interesante para los circuitos de distribución, y esto hace que muchas películas se estrenen tardíamente. O que nunca se proyecten.