09 Febrero 2007
DISFRAZADO. El “Chapulín Colorado” criticó el aumento.
Calor, insultos, empujones, pancartas, expresiones xenófobas, un payaso y un Chapulín Colorado. La audiencia pública tuvo todo, menos orden y coherencia. Pero logró finalizar. Y ese, justamente, era el objetivo del Gobierno y de EDET. Es que la asamblea era un trámite obligatorio -no decisorio- para que la suba tarifaria del 7% y el nuevo contrato de concesión queden firmes. Ahora, lo único que falta es que la Legislatura los apruebe.
La audiencia empezó a las 9 -con un desafiante despliegue policial- y terminó a las 16.50. Pero podría haberse extendido hasta hoy a las 16.30, si se tiene en cuenta que hubo 127 inscriptos, que tenían 15 minutos de exposición cada uno. Finalmente, hablaron 21 de ellos.
Así, la estrategia del Gobierno resultó exitosa, porque apostó al desgaste. En cambio, fueron derrotados los usuarios y los asesores políticos que hicieron todo lo posible para que la asamblea cayera, de modo que se trabe el avance del incremento. Pero los que realmente perdieron fueron los que habían ido al Orestes Caviglia con el verdadero fin de opinar; entre ellos, Horacio Zerdán, que se fue indignado por la bochornosa asamblea.
Desde el inicio hubo problemas. El dirigente Edmundo Romano se quejó porque el Gobierno dispuso que las exposiciones sean por orden alfabético, y pidió que se respete el orden de inscripción. Entonces empezó el alboroto que se mantendría toda la mañana.
El coordinador de la renegociación, Ignacio Colombres, los técnicos de la UTN y de la UNT, el gerente general de EDET, Esteban Hund, y el representante de la Asociación de Distribuidoras, Claudio Bulacio, hablaron a duras penas. Nadie los escuchó. Y pese a los insistentes pedidos para que se suspenda la audiencia, su presidente, Antonio Estofán (fiscal de Estado), nunca dio marcha atrás.
El funcionario soportó todo tipo de improperios al igual que Hund; en especial, por parte del usuario Hugo Flores. También fue insultado el interventor del Epret, Augusto Contreras, que no emitió ni una palabra durante toda la audiencia.
Durante la exposición de Hund hubo tensión. Gran parte del público le dio la espalda y el dirigente radical Ariel García se forcejeó con policías. Hubo gritos e insultos, pero, no enfrentamientos. “¡Por favor, tranquilidad!”, reclamaba Estofán. “Somos 360.000 usuarios, pero eligieron un recinto con 160 butacas y, encima, nos apagaron los ventiladores. Esto es una mentira”, se quejó una mujer. Luego, el defensor del Pueblo, Jorge García Mena, solicitó que se suspenda la audiencia, porque, según dijo, no estaban dadas las condiciones continuar. Estofán rechazó el pedido.
Al mediodía ingresó el usuario Tito Montaño, vestido de Chapulín Colorado, quejándose de que no lo habían dejado ingresar. Después de él, subió al estrado para exponer Rubén Darío Mansilla, quien, tras calificar a la audiencia de circo, se sacó el suéter para exhibir una colorida vestimenta y ponerse una nariz roja. “Soy el payaso Estafón”, dijo, para establecer un anagrama con el apellido del fiscal de Estado. Luego se subió a una de las mesas, se bajó los pantalones y fue retirado por la custodia policial.
Después le tocó el turno al dirigente Carlos Petersen, quien repudió el renegociado contrato -como antes lo había hecho Romano- y se retiró descamisado del escenario. Durante la tarde, la audiencia fue menos ruidosa. Expusieron el dirigente José Páez, los usuarios Diana Israilen, Hugo Flores, Marta Vargas y Héctor Terán, el abogado Rodolfo Burgos (trabaja con el legislador Alejandro Sangenis), el dirigente Raúl Giménez Lascano, el gerente operativo de Transnoa, Oscar Mealla, el abogado de Adelco, Raúl Moreno (ex edil radical), el ex funcionario Alberto Darnay (se presentó como usuario), el titular del Sindicato de Luz y Fuerza, Rubén Luna, y el defensor del usuario del Epret, Ricardo Santoro. El ombudsman -que inicialmente había decidido no exponer- fue el último de los oradores.
Por desconocimiento -dada la complejidad del contrato y del aumento- o por motivos políticos la audiencia resultó un triste show, que cayó en un debate sin sentido.
“El incremento tarifario es bastante simple; llevamos cinco años con las tarifas congeladas. Los conductores de energía, que son materiales con una alta incidencia en el servicio, por ejemplo, han subido un 700%”. Este fue uno de los justificativos de la suba de las tarifas que esgrimió el gerente general de EDET, Esteban Hund Villagra.
Por otra parte, el presidente de EDET, consideró que la audiencia tuvo dos momentos: uno que, según su criterio, fue negativo y en el que se perdió mucho tiempo; y el otro, que “fue más provechoso y se pudo escuchar mejor a los exponentes de la audiencia”. Hund Villagra, además, dijo que las denuncias realizadas por los usuarios fueron improcedentes. “La idea es siempre dar respuesta a todas las inquietudes que tengan nuestros clientes, que estén más informados de la renegociación; pero también hay temas técnicos complejos que no son fáciles de entregárselos a toda la gente”, agregó Hund.
Durante su exposición, el gerente general de EDET, dio algunas razones del aumento a los usuarios, a quienes escuchó atentamente. “Esperamos que por el bien de la provincia podamos avanzar rápido y hacer las inversiones que se necesitan con urgencia. La provincia ha crecido y requiere inversiones. Hay que revisar algunos términos y llegar a una solución”, concluyó Hund Villagra.
DESPUES DE BAJARSE los pantalones, el payaso “Estafón” (Rubén Mansilla) le inquirió a Estofán por qué la Policía lo había retirado:
Estofán: “tenés todo el derecho a pensar de mí, y de cualquiera”.
Mansilla: “quiero que me permitan expresarme como yo lo hago”.
Estofán: “yo te permito que lo hagás, pero no que te desnudés”.
Mansilla: “es que nosotros nos sentimos así; que nos están estafando”.
Estofán: “para eso es la audiencia; para que nos reunamos y analicemos qué es lo que nos pueda faltar”.
“NO TUVE TIEMPO de inscribirme. Pero esta audiencia es ilegal. Lo único que hace es avalar el aumento, que ya se acordó. No se puede hacer para 150 personas. El pueblo tucumano tiene miedo y se cohíbe”, dijo el usuario Pedro Pérez.
“ESTA AUDIENCIA pública es ilegal. Hace poco que llegué de Buenos Aires, de una consulta médica, y desconocía que había que inscribirse para participar. Tiene que hacerse en un lugar donde todo el mundo participe, que se lo transmita por radio y TV para que se conozca qué es lo que sucede. Además, el trato es intolerable e irrespetuoso”, dijo la usuaria Matilde de Pacheco.
“VENIMOS A EXIGIR el cambio de categoría, de la G a la de residenciales”, dijo la usuaria Marta Vargas, que se quejó porque en el nuevo contrato se sigue considerando a los consorcios como usuarios generales.
“EL DOCTOR Estofán está convalidando la ilegalidad de esta audiencia pública y del gobierno de Alperovich”, aseveró el abogado Rodolfo Tercero Burgos, que patrocinó a un grupo de usuarios que presentaron un recurso de amparo pidiendo la suspensión de la asamblea.
“¿PORQUE no permitieron a los usuarios y a los consumidores que participemos del proceso de renegociación?”, se quejó el presidente de la Federación de ONG, José García. “¿Cómo puede uno expresarse libremente con semejante operativo policial?”, afirmó el dirigente de usuarios, Carlos Petersen.
La audiencia empezó a las 9 -con un desafiante despliegue policial- y terminó a las 16.50. Pero podría haberse extendido hasta hoy a las 16.30, si se tiene en cuenta que hubo 127 inscriptos, que tenían 15 minutos de exposición cada uno. Finalmente, hablaron 21 de ellos.
Así, la estrategia del Gobierno resultó exitosa, porque apostó al desgaste. En cambio, fueron derrotados los usuarios y los asesores políticos que hicieron todo lo posible para que la asamblea cayera, de modo que se trabe el avance del incremento. Pero los que realmente perdieron fueron los que habían ido al Orestes Caviglia con el verdadero fin de opinar; entre ellos, Horacio Zerdán, que se fue indignado por la bochornosa asamblea.
Desde el inicio hubo problemas. El dirigente Edmundo Romano se quejó porque el Gobierno dispuso que las exposiciones sean por orden alfabético, y pidió que se respete el orden de inscripción. Entonces empezó el alboroto que se mantendría toda la mañana.
El coordinador de la renegociación, Ignacio Colombres, los técnicos de la UTN y de la UNT, el gerente general de EDET, Esteban Hund, y el representante de la Asociación de Distribuidoras, Claudio Bulacio, hablaron a duras penas. Nadie los escuchó. Y pese a los insistentes pedidos para que se suspenda la audiencia, su presidente, Antonio Estofán (fiscal de Estado), nunca dio marcha atrás.
El funcionario soportó todo tipo de improperios al igual que Hund; en especial, por parte del usuario Hugo Flores. También fue insultado el interventor del Epret, Augusto Contreras, que no emitió ni una palabra durante toda la audiencia.
Durante la exposición de Hund hubo tensión. Gran parte del público le dio la espalda y el dirigente radical Ariel García se forcejeó con policías. Hubo gritos e insultos, pero, no enfrentamientos. “¡Por favor, tranquilidad!”, reclamaba Estofán. “Somos 360.000 usuarios, pero eligieron un recinto con 160 butacas y, encima, nos apagaron los ventiladores. Esto es una mentira”, se quejó una mujer. Luego, el defensor del Pueblo, Jorge García Mena, solicitó que se suspenda la audiencia, porque, según dijo, no estaban dadas las condiciones continuar. Estofán rechazó el pedido.
Al mediodía ingresó el usuario Tito Montaño, vestido de Chapulín Colorado, quejándose de que no lo habían dejado ingresar. Después de él, subió al estrado para exponer Rubén Darío Mansilla, quien, tras calificar a la audiencia de circo, se sacó el suéter para exhibir una colorida vestimenta y ponerse una nariz roja. “Soy el payaso Estafón”, dijo, para establecer un anagrama con el apellido del fiscal de Estado. Luego se subió a una de las mesas, se bajó los pantalones y fue retirado por la custodia policial.
Después le tocó el turno al dirigente Carlos Petersen, quien repudió el renegociado contrato -como antes lo había hecho Romano- y se retiró descamisado del escenario. Durante la tarde, la audiencia fue menos ruidosa. Expusieron el dirigente José Páez, los usuarios Diana Israilen, Hugo Flores, Marta Vargas y Héctor Terán, el abogado Rodolfo Burgos (trabaja con el legislador Alejandro Sangenis), el dirigente Raúl Giménez Lascano, el gerente operativo de Transnoa, Oscar Mealla, el abogado de Adelco, Raúl Moreno (ex edil radical), el ex funcionario Alberto Darnay (se presentó como usuario), el titular del Sindicato de Luz y Fuerza, Rubén Luna, y el defensor del usuario del Epret, Ricardo Santoro. El ombudsman -que inicialmente había decidido no exponer- fue el último de los oradores.
Por desconocimiento -dada la complejidad del contrato y del aumento- o por motivos políticos la audiencia resultó un triste show, que cayó en un debate sin sentido.
Hund admitió que hay que revisar aspectos
“El incremento tarifario es bastante simple; llevamos cinco años con las tarifas congeladas. Los conductores de energía, que son materiales con una alta incidencia en el servicio, por ejemplo, han subido un 700%”. Este fue uno de los justificativos de la suba de las tarifas que esgrimió el gerente general de EDET, Esteban Hund Villagra.
Por otra parte, el presidente de EDET, consideró que la audiencia tuvo dos momentos: uno que, según su criterio, fue negativo y en el que se perdió mucho tiempo; y el otro, que “fue más provechoso y se pudo escuchar mejor a los exponentes de la audiencia”. Hund Villagra, además, dijo que las denuncias realizadas por los usuarios fueron improcedentes. “La idea es siempre dar respuesta a todas las inquietudes que tengan nuestros clientes, que estén más informados de la renegociación; pero también hay temas técnicos complejos que no son fáciles de entregárselos a toda la gente”, agregó Hund.
Durante su exposición, el gerente general de EDET, dio algunas razones del aumento a los usuarios, a quienes escuchó atentamente. “Esperamos que por el bien de la provincia podamos avanzar rápido y hacer las inversiones que se necesitan con urgencia. La provincia ha crecido y requiere inversiones. Hay que revisar algunos términos y llegar a una solución”, concluyó Hund Villagra.
Dentro y fuera del teatro
DESPUES DE BAJARSE los pantalones, el payaso “Estafón” (Rubén Mansilla) le inquirió a Estofán por qué la Policía lo había retirado:
Estofán: “tenés todo el derecho a pensar de mí, y de cualquiera”.
Mansilla: “quiero que me permitan expresarme como yo lo hago”.
Estofán: “yo te permito que lo hagás, pero no que te desnudés”.
Mansilla: “es que nosotros nos sentimos así; que nos están estafando”.
Estofán: “para eso es la audiencia; para que nos reunamos y analicemos qué es lo que nos pueda faltar”.
“NO TUVE TIEMPO de inscribirme. Pero esta audiencia es ilegal. Lo único que hace es avalar el aumento, que ya se acordó. No se puede hacer para 150 personas. El pueblo tucumano tiene miedo y se cohíbe”, dijo el usuario Pedro Pérez.
“ESTA AUDIENCIA pública es ilegal. Hace poco que llegué de Buenos Aires, de una consulta médica, y desconocía que había que inscribirse para participar. Tiene que hacerse en un lugar donde todo el mundo participe, que se lo transmita por radio y TV para que se conozca qué es lo que sucede. Además, el trato es intolerable e irrespetuoso”, dijo la usuaria Matilde de Pacheco.
“VENIMOS A EXIGIR el cambio de categoría, de la G a la de residenciales”, dijo la usuaria Marta Vargas, que se quejó porque en el nuevo contrato se sigue considerando a los consorcios como usuarios generales.
“EL DOCTOR Estofán está convalidando la ilegalidad de esta audiencia pública y del gobierno de Alperovich”, aseveró el abogado Rodolfo Tercero Burgos, que patrocinó a un grupo de usuarios que presentaron un recurso de amparo pidiendo la suspensión de la asamblea.
“¿PORQUE no permitieron a los usuarios y a los consumidores que participemos del proceso de renegociación?”, se quejó el presidente de la Federación de ONG, José García. “¿Cómo puede uno expresarse libremente con semejante operativo policial?”, afirmó el dirigente de usuarios, Carlos Petersen.
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