07 Febrero 2007
EN RED.Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, revolucionó la cultura del siglo XX. No podía faltar en internet.
"¿Lo vemos en el próximo e-mail?" Chiste fácil para referirse a la aparición de un fenómeno nuevo dentro de la psicología: las terapias por internet. La red ya está presente en las múltiples actividades: leer el diario, divertirse, comprar, buscar pareja o trabajo; ¿por qué no para hacer psicoterapia?
"La cuestión acerca de si una terapia virtual es posible ha quedado en cierto sentido zanjada por la prepotencia de los hechos: ya existen psicoterapeutas en diversas latitudes que ofrecen sus servicios on line, si bien no se han conocido los resultados de tales experiencias", escribe el licenciado Roberto Sánchez, que trabaja desde la Universidad Nacional de Mar del Plata con estos temas y que sostiene que se puede extrapolar las terapias al ámbito de internet sin ningún problema.
Fenómeno novedoso, la e-terapia no pone a todo los profesionales en un acuerdo. "Existen numerosos planteos, y entre ellos la regulación, pero el más importante es la forma en que se establece el vínculo", dice la licenciada Graciela Cueto, que incluye en su página terapia on-line, "pero sólo cuando hay o hubo una relación personal de contacto". Luego aclara que hoy no tiene pacientes de ese tipo.
En la ciberterapia aparecen muchos temas por dilucidar todavía. ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas? ¿Es posible realizarla eficazmente? Según Sánchez, "no existen elementos teóricos o técnicos que lo impidan".
"Contrariamente a lo que se piensa, en internet pueden establecerse vínculos interpersonales muy satisfactorios", asegura.
"El anonimato puede ser una ventaja, sobre todo en pacientes que se mueven en campos muy pequeños -agrega Cueto-. Imaginemos un pueblo muy chico y con un ambiente social muy conservador: es probable que algunos temas se le hagan difíciles de tratar. Conozco un caso en un pueblo muy chico en el que el profesional le contó a todo el mundo que un joven era portador de HIV".
Límites del mundo virtual
La licenciada Sonia Cesio asegura que es el medio ideal "para quienes tienen dificultades en el acceso al tratamiento presencial, ya sea por que viven en un lugar apartado, o por que padecen inhibiciones o fobias severas, o tienen alguna minusvalía física que les impide desplazarse; o para quienes padecen conflictos afectivos como depresión, insomnio o aislamiento". Pero, aclara que no en todos los casos esta forma de terapia está indicada.
Los planteos de quienes se oponen giran en torno a la necesidad de reglamentaciones y leyes que regulen el ejercicio de esta práctica; la privacidad y confidencialidad de los datos del paciente; la información que debe estar disponible con respecto al costo, la duración y modalidad de las sesiones; el cuidado del acceso a este servicio de menores; las acciones que deben realizarse para proteger al paciente en situaciones de crisis; la advertencia de problemas técnicos que puedan surgir, así como también la mención de aquellos problemas o trastornos que se consideran inapropiados para realizar psicoterapia a través de Internet.
Según Cesio, es importante regular la metodología de trabajo, que puede variar desde un intercambio de e-mails por semana hasta tres como máximo.
La equivalencia de tiempos entre una sesión normal y una on-line, aclara, comprende el e-mail que se recibe de cada persona que consulta, más la elaboración que el profesional realiza con ese material.
Cueto cree que estos materiales pueden alcanzar si se trata de terapia psicoanalítica, que trabaja sólo con las palabras, pero que para otras vertientes es irreemplazable la proximidad física, porque el significado de la comunicación no verbal (miradas, tono de voz, gestos, posturas) es importante en el vínculo que se establece entre paciente y terapeuta.
El hecho de escribir favorece la reflexividad, lo que es esencial para cualquier proceso psicoterapéutico, ya que tiene una elaboración más meditada de los contenidos. En ese sentido, el e-mail es positivo.
"La escritura es uno de los elementos que se toma muy en cuenta dentro del dispositivo terapéutico", afirma la psicóloga Sonia Cesio. "A través del relato escrito sobre vivencias y sentimientos conflictivos, armamos una relación terapeuta-paciente de carácter profesional y afectivo", añade.
No obstante, no hay reglamentación en torno de los usos de internet para estos fines. En los Estados Unidos, la American Psychological Association convino que en ausencia de estándares específicos, los psicólogos deberían tomar pasos razonables para asegurar la competencia en la provisión de servicios y la protección de pacientes, clientes, estudiantes, investigadores participantes y otros de cualquier daño, y seguir manteniendo los estándares que regulan la provisión de los servicios tradicionales.
"Que exista en la página alguna forma de contacto con un profesional real puede ser un buen sistema", dice la licenciada Graciela Cueto. Cesio opina en el mismo sentido: "me interesa legitimar el trabajo profesional, por lo tanto en el portal se encuentran todas las referencias laborales y académicas que fui acumulando a lo largo de muchos años de experiencia clínica".
"La cuestión acerca de si una terapia virtual es posible ha quedado en cierto sentido zanjada por la prepotencia de los hechos: ya existen psicoterapeutas en diversas latitudes que ofrecen sus servicios on line, si bien no se han conocido los resultados de tales experiencias", escribe el licenciado Roberto Sánchez, que trabaja desde la Universidad Nacional de Mar del Plata con estos temas y que sostiene que se puede extrapolar las terapias al ámbito de internet sin ningún problema.
Fenómeno novedoso, la e-terapia no pone a todo los profesionales en un acuerdo. "Existen numerosos planteos, y entre ellos la regulación, pero el más importante es la forma en que se establece el vínculo", dice la licenciada Graciela Cueto, que incluye en su página terapia on-line, "pero sólo cuando hay o hubo una relación personal de contacto". Luego aclara que hoy no tiene pacientes de ese tipo.
En la ciberterapia aparecen muchos temas por dilucidar todavía. ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas? ¿Es posible realizarla eficazmente? Según Sánchez, "no existen elementos teóricos o técnicos que lo impidan".
"Contrariamente a lo que se piensa, en internet pueden establecerse vínculos interpersonales muy satisfactorios", asegura.
"El anonimato puede ser una ventaja, sobre todo en pacientes que se mueven en campos muy pequeños -agrega Cueto-. Imaginemos un pueblo muy chico y con un ambiente social muy conservador: es probable que algunos temas se le hagan difíciles de tratar. Conozco un caso en un pueblo muy chico en el que el profesional le contó a todo el mundo que un joven era portador de HIV".
Límites del mundo virtual
La licenciada Sonia Cesio asegura que es el medio ideal "para quienes tienen dificultades en el acceso al tratamiento presencial, ya sea por que viven en un lugar apartado, o por que padecen inhibiciones o fobias severas, o tienen alguna minusvalía física que les impide desplazarse; o para quienes padecen conflictos afectivos como depresión, insomnio o aislamiento". Pero, aclara que no en todos los casos esta forma de terapia está indicada.
Los planteos de quienes se oponen giran en torno a la necesidad de reglamentaciones y leyes que regulen el ejercicio de esta práctica; la privacidad y confidencialidad de los datos del paciente; la información que debe estar disponible con respecto al costo, la duración y modalidad de las sesiones; el cuidado del acceso a este servicio de menores; las acciones que deben realizarse para proteger al paciente en situaciones de crisis; la advertencia de problemas técnicos que puedan surgir, así como también la mención de aquellos problemas o trastornos que se consideran inapropiados para realizar psicoterapia a través de Internet.
Según Cesio, es importante regular la metodología de trabajo, que puede variar desde un intercambio de e-mails por semana hasta tres como máximo.
La equivalencia de tiempos entre una sesión normal y una on-line, aclara, comprende el e-mail que se recibe de cada persona que consulta, más la elaboración que el profesional realiza con ese material.
Cueto cree que estos materiales pueden alcanzar si se trata de terapia psicoanalítica, que trabaja sólo con las palabras, pero que para otras vertientes es irreemplazable la proximidad física, porque el significado de la comunicación no verbal (miradas, tono de voz, gestos, posturas) es importante en el vínculo que se establece entre paciente y terapeuta.
La modalidad aún no está reglamentada
El hecho de escribir favorece la reflexividad, lo que es esencial para cualquier proceso psicoterapéutico, ya que tiene una elaboración más meditada de los contenidos. En ese sentido, el e-mail es positivo.
"La escritura es uno de los elementos que se toma muy en cuenta dentro del dispositivo terapéutico", afirma la psicóloga Sonia Cesio. "A través del relato escrito sobre vivencias y sentimientos conflictivos, armamos una relación terapeuta-paciente de carácter profesional y afectivo", añade.
No obstante, no hay reglamentación en torno de los usos de internet para estos fines. En los Estados Unidos, la American Psychological Association convino que en ausencia de estándares específicos, los psicólogos deberían tomar pasos razonables para asegurar la competencia en la provisión de servicios y la protección de pacientes, clientes, estudiantes, investigadores participantes y otros de cualquier daño, y seguir manteniendo los estándares que regulan la provisión de los servicios tradicionales.
"Que exista en la página alguna forma de contacto con un profesional real puede ser un buen sistema", dice la licenciada Graciela Cueto. Cesio opina en el mismo sentido: "me interesa legitimar el trabajo profesional, por lo tanto en el portal se encuentran todas las referencias laborales y académicas que fui acumulando a lo largo de muchos años de experiencia clínica".
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