03 Febrero 2007
HERMANAS. Mabel fue la única que sobrevivió. Mariela y Josefina perdieron la vida en el accidente.
Ayer al mediodía, Tafí Viejo se vio conmovida por una escena estremecedora. Entre el dolor y el llanto, fueron velados y despedidos los restos de cuatro integrantes de una familia que fallecieron el miércoles en un trágico accidente en Santa Fe.
José Andrés Gargiulo, de 51 años, viajaba en un Honda Fit junto con su esposa, Marcela Alicia Barrera, de 41, y a sus hijas Ana Josefina (7), Ana Mariela (14) y Ana Mabel (19). Volvían de sus vacaciones en Mar del Plata por la ruta 34 y en la localidad santafesina de San Martín de las Escobas, impactaron frontalmente con un camión.
El matrimonio y sus dos hijas menores fallecieron en el acto. Ana Mabel fue la única sobreviviente. La joven fue trasladada el jueves a la tarde a Tucumán en un avión sanitario, y está internada en un sanatorio, donde es tratada de la fractura de cadera que sufrió.
"Anita ya sabe todo; con sus 19 años, es muy capaz e inteligente. Estamos seguros de que va a encontrar la fuerza para seguir adelante", señaló, entre lágrimas, Héctor Rodolfo Gargiulo, hermano de José Andrés.
Según las versiones que pudo recoger LA GACETA, la joven sobreviviente recibió apoyo psicológico antes de ser trasladada en el avión sanitario de la provincia.
Según trascendió, en el vuelo, una profesional tucumana realizó una tarea muy específica para contener a la joven.
Ayer a la mañana llegaron los cuerpos y desde las 6.30 fueron velados en una sala de calle Congreso al 800, en Tafí Viejo. "Toda mi familia está sumida en un dolor profundo", dijo Héctor Rodolfo.
"Mi madre vino esta mañana y no soportó la tristeza. Se fue a los pocos minutos", contó el hombre. "También vino la madre de Marcela, mi cuñada. La tuvieron que sacar en camilla", relató, mientras vecinos y amigos se acercaban para darle las condolencias.
"Mi familia era muy querida. Los Gargiulo nacimos acá y todos nos conocen desde hace mucho tiempo. Mi padre era ferroviario y también dueño del Cine Metro de Tafí Viejo", contó el hombre.
A las 11.30 el silencio fue perturbado por el llanto y los gritos desgarradores de cientos de personas que se encontraban en el lugar. Cuatro carrozas partieron hacia el cementerio San Antonio de Padua, donde, en una misma fosa, descansan los restos de las víctimas.
José Andrés Gargiulo, de 51 años, viajaba en un Honda Fit junto con su esposa, Marcela Alicia Barrera, de 41, y a sus hijas Ana Josefina (7), Ana Mariela (14) y Ana Mabel (19). Volvían de sus vacaciones en Mar del Plata por la ruta 34 y en la localidad santafesina de San Martín de las Escobas, impactaron frontalmente con un camión.
El matrimonio y sus dos hijas menores fallecieron en el acto. Ana Mabel fue la única sobreviviente. La joven fue trasladada el jueves a la tarde a Tucumán en un avión sanitario, y está internada en un sanatorio, donde es tratada de la fractura de cadera que sufrió.
"Anita ya sabe todo; con sus 19 años, es muy capaz e inteligente. Estamos seguros de que va a encontrar la fuerza para seguir adelante", señaló, entre lágrimas, Héctor Rodolfo Gargiulo, hermano de José Andrés.
Según las versiones que pudo recoger LA GACETA, la joven sobreviviente recibió apoyo psicológico antes de ser trasladada en el avión sanitario de la provincia.
Según trascendió, en el vuelo, una profesional tucumana realizó una tarea muy específica para contener a la joven.
Ayer a la mañana llegaron los cuerpos y desde las 6.30 fueron velados en una sala de calle Congreso al 800, en Tafí Viejo. "Toda mi familia está sumida en un dolor profundo", dijo Héctor Rodolfo.
"Mi madre vino esta mañana y no soportó la tristeza. Se fue a los pocos minutos", contó el hombre. "También vino la madre de Marcela, mi cuñada. La tuvieron que sacar en camilla", relató, mientras vecinos y amigos se acercaban para darle las condolencias.
"Mi familia era muy querida. Los Gargiulo nacimos acá y todos nos conocen desde hace mucho tiempo. Mi padre era ferroviario y también dueño del Cine Metro de Tafí Viejo", contó el hombre.
A las 11.30 el silencio fue perturbado por el llanto y los gritos desgarradores de cientos de personas que se encontraban en el lugar. Cuatro carrozas partieron hacia el cementerio San Antonio de Padua, donde, en una misma fosa, descansan los restos de las víctimas.