El barrio más afectado fue La Florida, que quedó totalmente aislado: el desborde de una acequia impide la entrada al lugar y perjudicó a más de 300 familias.
“Nos hemos llenado de agua. Es la tercera vez que pasa esto en menos de un mes -comentó Rita Mamonte, que vive con sus siete hijos justo en la entrada al barrio-. Tenemos mucho miedo cada vez que llueve”. La misma suerte corrieron los vecinos del barrio 17 de Julio. Marta Menghi, una de las personas afectadas, comentó que el agua alcanzó el metro de altura en su casa. “Vivo con mi mamá, que es discapacitada; tuvimos que salir de la casa porque se llenó de agua”, relató. También sufrieron las consecuencias de la tormenta los vecinos de los barrios Centro, Silvano Corbalán, San Carlos, Usina, 3 de Marzo. Entre los problemas, se destacan los generados en el área de la salud. Mario Martínez, director del CAPS, comunicó que hubo muchos casos de diarrea, problemas en la piel e infecciones en las vías respiratorias a raíz del contacto con el agua de las inundaciones. “Si bien todavía no hay epidemias, la situación es bastante crítica, porque las consecuencias sanitarias se ven después. Estamos tratando de prevenir enfermedades”, afirmó.
Falta de obras
Según los vecinos afectados, las inundaciones se deben a la falta de obras públicas. Por eso decidieron cortar la ruta 9, en reclamo de que se limpien los desagües y se profundicen los canales y las acequias, que no dan abasto en épocas de intensas lluvias como las que se registraron este mes. “Desde 2002 tenemos este problema. Las acequias desbordan; los canales están tapados y nadie los limpia, y además, recibimos toda el agua del río Seco”, comentó José Ruiz, uno de los vecinos que estuvieron varias horas protestando en la ruta.
Los manifestantes aseguraron que continuarán impidiendo la circulación hasta tanto obtengan respuesta de las autoridades. Mientras tanto, más de 25 camioneros esperaban indignados en las banquinas poder seguir su camino.