La tormenta hizo revivir horas de espanto

“Estamos, según dijeron los funcionarios, en emergencia climática, pero nadie vino a vernos. No terminamos de secarnos de la última inundación para que ahora volvamos a estar mojados. Alguien del gobierno debería ponerse las botas y entrar a nuestro barrio para ayudarnos. Nos sentimos marginados e impotentes”, comentó Victoria Martínez, vecina del barrio Rosa Mística, ubicado sobre el oeste del Canal Sur, a la altura de Olleros al 3.100.
La tormenta de ayer revivió en muchas personas el sentimiento de espanto ante nuevas inundaciones.Volvió a llover dentro de las precarias casas y los colchones, las ropas y los calzados se empaparon una vez más de agua y barro. El paisaje de la zona apostada sobre el Canal Sur presenta calles que conforman un pantano difícil de transitar; mosquitos y alimañas que llegaron para quedarse; así como enormes cantidades de basura pestilente, foco antihigiénico y cuna de incontables moscas. Los habitantes asoman a la calle constantemente con la esperanza de la llegada de la ayuda,.prometida tantas veces. La pesadilla pareciera no haber finalizado y, según los pronósticos del clima, amenaza con prolongarse hasta el domingo.
Los vecinos del barrio Rosa Mística, el lunes, quemaron cubiertas en el Puente Independencia para reclamar la inmediata asistencia del Gobierno. “Estuvimos desde la mañana hasta las 11 de la noche y no tuvimos ninguna respuesta. Hoy fuimos nosotros los que alertamos a los policías que el canal estaba por desbordar. Nos sentimos abandonados”, afirmó María del Carmen Núñez . Agregó que todavía no pueden consumir el agua de la bomba porque está sucia y contaminada y que no tuvieron la alternativa de utilizar pastillas potabilizadoras ya que ningún responsable los proveyó de éstas.

“Necesitamos médicos”
“Queremos saber dónde están las cosas que solicitamos. Pasaron dos semanas desde la última tormenta y no hemos recibido ninguna ayuda. Necesitamos que se realice una contención del canal y, sobre todo, que vengan médicos para nuestros chicos”, acotó, indignado, Víctor Alfredo Gómez quien, además, denunció que punteros políticos los amenazaron para que no reclamaran por su situación.
En el barrio Rosa Mística, en la zona oeste, viven 35 familias. Las condiciones de vida son precarias y los problemas de desnutrición infantil son frecuentes, lo que se agrava con las diarreas, provocadas por el agua no potable. Asimismo se presentaron numerosos casos de enfermedades en la piel, causados por los anegamientos. Los vecinos admitieron al unísono que sienten temor ante una próxima inundación ya que, señalaron, toda la zona es presa del agua y ellos no tienen dónde refugiarse.
“Este es un barrio en total abandono. Somos un pueblo de nadie. Los políticos esperan que en Rosa Mística muera algún niño, para recién asistirnos. No queremos hacernos famosos por una muerte”, dijo, con amargura, Martínez. Los vecinos esperan que alguien del gobierno se acerque al lugar.