14 Enero 2007
MAS PRODUCCION. Los ingenios deberán adecuar sus destilerías de alcohol para atender la nueva demanda. ARCHIVO LA GACETA
“Estamos ante un nuevo paradigma energético: el mundo necesita diversificar las fuentes de energía para lograr sustituir una porción de las fuentes de energía fósil por fuentes renovables, debido a que, por un lado, la quema de combustibles fósiles es la principal causa de emisión de Gases Efecto Invernadero y, por el otro lado, a que la oferta de petróleo está concentrada en una zona de alta conflictividad, de muy mala relación con Occidente”. El concepto pertenece a Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustible e Hidrógeno.
- ¿Qué potencialidad tiene la Argentina para desarrollar o fortalecer la producción de biocombustibles?
- Considerando que el consumo de diesel fue en el año 2005 de 1.100 millones de toneladas y el de gasolinas de 1.000 millones de toneladas, la posibilidad de reemplazar un 5% de ese consumo con biocombustibles, representa una oportunidad muy importante y de significativo peso relativo sobre la producción actual de materias primas agrícolas, que son la base de su producción. En este contexto, Argentina tiene grandes ventajas comparativas en la producción de materias primas agrícolas y presenta enormes excedentes exportables. Por tal motivo, tiene posibilidades concretas de convertirse en un jugador relevante en el comercio mundial de biocombustibles. Y desde el punto de vista del mercado interno, a partir de la ley 26.093 -que próximamente será reglamentada-, debe construir una oferta para atender el corte obligatorio que se hará efectivo en el año 2010 (o antes, si lo dispusiera el Poder Ejecutivo), a través del cual, todo el gasoil y la nafta comercializada en el país, deberá contener un 5% de biodiesel y bioetanol, respectivamente.
- ¿Cuáles son las inversiones, que se deben realizar?
- Estimo que de aquí a 2010 se invertirán US$ 1.300 millones para instalar todo el complejo industrial, tanto el segmento exportador como el dedicado al mercado interno de biodiesel y bioetanol respectivamente. La producción primaria debe crecer paralelamente para atender la nueva demanda. Particularmente, hay que atender con mucho cuidado, la cuestión de la calidad de los productos, la seguridad de los procesos industriales y la deposición y tratamiento de efluentes líquidos y gaseosos, especialmente, en la industria alcoholera. El NOA requiere particularmente una mejoría sustantiva en materia de infraestructura de transporte. La recuperación del Ferrocarril Belgrano se torna imprescindible.
- ¿Qué está condicionando el desarrollo de la producción de biocombustibles en nuestro país?
- La falta de reglas de juego claras en general y en particular y la demora en la reglamentación de la Ley 26.093, la que a su vez debe ser revisada, porque en mi opinión tiene muchos defectos que no favorecen a las inversiones de riesgo (falta de estabilidad fiscal, restricciones al ingreso de la industria azucarera tradicional al negocio, entre otras cuestiones).
- ¿Qué se está haciendo en el país en materia de biocombustibles?
- En Argentina el negocio es hoy incipiente, pero debido más que nada al buen momento en los mercados internacionales, se espera una importante corriente de inversiones en los próximos años, en dos segmentos principales: el destinado al comercio exterior y el destinado a atender la demanda de corte obligatorio de combustibles fósiles con biocombustibles establecida por la Ley 26.093, aunque este último está sujeto, al mejoramiento de las reglas de juego. En mi opinión el complejo exportador de biodiesel (ubicado principalmente sobre el Paraná, en el Gran Rosario, contiguo a las grandes fábricas de aceites vegetales) alcanzará una capacidad teórica de 2,2 millones de toneladas anuales para 2010, mientras que similar complejo de exportación de bioetanol (mayormente de cereales) alcanzará una capacidad teórica anual de 1,2 millones de toneladas para la misma época. Este último complejo podría ubicarse alejado de los puertos, aprovechando el menor precio del maíz y el sorgo, por efecto de los fletes y destinando el subproducto de la destilación, a la alimentación animal en la misma zona de radicación de los emprendimientos. En todos los casos, la industria azucarera debería tomar una posición relevante.
- ¿Considera que es posible que la actividad azucarera se involucre en la producción de biocombustibles?
- Definitivamente, si. La industria viene deliberando profundamente desde hace tiempo sobre todas las cuestiones críticas vinculadas a este negocio y valora positivamente las oportunidades de negocios que en el largo plazo generan los biocombustibles. Recientemente, la Compañía Azucarera Los Balcanes hizo importantes inversiones para ampliar la capacidad de su destilería de alcohol y tiene un ambicioso plan de negocios internacionales en materia de alcohol combustible. Del mismo modo, San Martín del Tabacal está efectuando importantes inversiones en la materia. Estoy seguro de que pronto surgirán nuevos anuncios de inversión por parte de otros importantes jugadores del sector e inclusive, se pueden incorporar nuevos actores.
- ¿Qué potencialidad tiene la Argentina para desarrollar o fortalecer la producción de biocombustibles?
- Considerando que el consumo de diesel fue en el año 2005 de 1.100 millones de toneladas y el de gasolinas de 1.000 millones de toneladas, la posibilidad de reemplazar un 5% de ese consumo con biocombustibles, representa una oportunidad muy importante y de significativo peso relativo sobre la producción actual de materias primas agrícolas, que son la base de su producción. En este contexto, Argentina tiene grandes ventajas comparativas en la producción de materias primas agrícolas y presenta enormes excedentes exportables. Por tal motivo, tiene posibilidades concretas de convertirse en un jugador relevante en el comercio mundial de biocombustibles. Y desde el punto de vista del mercado interno, a partir de la ley 26.093 -que próximamente será reglamentada-, debe construir una oferta para atender el corte obligatorio que se hará efectivo en el año 2010 (o antes, si lo dispusiera el Poder Ejecutivo), a través del cual, todo el gasoil y la nafta comercializada en el país, deberá contener un 5% de biodiesel y bioetanol, respectivamente.
- ¿Cuáles son las inversiones, que se deben realizar?
- Estimo que de aquí a 2010 se invertirán US$ 1.300 millones para instalar todo el complejo industrial, tanto el segmento exportador como el dedicado al mercado interno de biodiesel y bioetanol respectivamente. La producción primaria debe crecer paralelamente para atender la nueva demanda. Particularmente, hay que atender con mucho cuidado, la cuestión de la calidad de los productos, la seguridad de los procesos industriales y la deposición y tratamiento de efluentes líquidos y gaseosos, especialmente, en la industria alcoholera. El NOA requiere particularmente una mejoría sustantiva en materia de infraestructura de transporte. La recuperación del Ferrocarril Belgrano se torna imprescindible.
- ¿Qué está condicionando el desarrollo de la producción de biocombustibles en nuestro país?
- La falta de reglas de juego claras en general y en particular y la demora en la reglamentación de la Ley 26.093, la que a su vez debe ser revisada, porque en mi opinión tiene muchos defectos que no favorecen a las inversiones de riesgo (falta de estabilidad fiscal, restricciones al ingreso de la industria azucarera tradicional al negocio, entre otras cuestiones).
- ¿Qué se está haciendo en el país en materia de biocombustibles?
- En Argentina el negocio es hoy incipiente, pero debido más que nada al buen momento en los mercados internacionales, se espera una importante corriente de inversiones en los próximos años, en dos segmentos principales: el destinado al comercio exterior y el destinado a atender la demanda de corte obligatorio de combustibles fósiles con biocombustibles establecida por la Ley 26.093, aunque este último está sujeto, al mejoramiento de las reglas de juego. En mi opinión el complejo exportador de biodiesel (ubicado principalmente sobre el Paraná, en el Gran Rosario, contiguo a las grandes fábricas de aceites vegetales) alcanzará una capacidad teórica de 2,2 millones de toneladas anuales para 2010, mientras que similar complejo de exportación de bioetanol (mayormente de cereales) alcanzará una capacidad teórica anual de 1,2 millones de toneladas para la misma época. Este último complejo podría ubicarse alejado de los puertos, aprovechando el menor precio del maíz y el sorgo, por efecto de los fletes y destinando el subproducto de la destilación, a la alimentación animal en la misma zona de radicación de los emprendimientos. En todos los casos, la industria azucarera debería tomar una posición relevante.
- ¿Considera que es posible que la actividad azucarera se involucre en la producción de biocombustibles?
- Definitivamente, si. La industria viene deliberando profundamente desde hace tiempo sobre todas las cuestiones críticas vinculadas a este negocio y valora positivamente las oportunidades de negocios que en el largo plazo generan los biocombustibles. Recientemente, la Compañía Azucarera Los Balcanes hizo importantes inversiones para ampliar la capacidad de su destilería de alcohol y tiene un ambicioso plan de negocios internacionales en materia de alcohol combustible. Del mismo modo, San Martín del Tabacal está efectuando importantes inversiones en la materia. Estoy seguro de que pronto surgirán nuevos anuncios de inversión por parte de otros importantes jugadores del sector e inclusive, se pueden incorporar nuevos actores.
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