11 Enero 2007
Dicen que el diablo más sabe por viejo que por diablo. Pero acá estamos hablando de gente, de personas, que tampoco son viejas (sobre todo por su espíritu).
Creadores, exploradores y capacitadores que, tal vez sin proponérselo, andan por la vida dejando algo, mucho. Enseñanzas que vienen pasando por todas las generaciones de rockeros, y que merecen que se les preste atención, aunque no haya acuerdos en todas.
Su música, para muchos puede resultar vieja. Fue de vanguardia, incomparable en aquellos años. Pero hoy, ¿quién tiene la posta o quién es la avanzada en el rock and roll?
Ellos, mientras tanto, sueñan como cuando tenían 18 años y empezaban a intercambiar discos de Kim Crimson, Yes o los Beatles. O a rasgar guitarras y bajos en condiciones muy desfavorables, porque todo era nuevo, en plena dictadura, con dificultades para conseguir lo que hacía falta para tocar.
Pero lo hicieron, y lo más importante es que siguen haciéndolo, con las mismas ganas y creatividad de entonces.
Creadores, exploradores y capacitadores que, tal vez sin proponérselo, andan por la vida dejando algo, mucho. Enseñanzas que vienen pasando por todas las generaciones de rockeros, y que merecen que se les preste atención, aunque no haya acuerdos en todas.
Su música, para muchos puede resultar vieja. Fue de vanguardia, incomparable en aquellos años. Pero hoy, ¿quién tiene la posta o quién es la avanzada en el rock and roll?
Ellos, mientras tanto, sueñan como cuando tenían 18 años y empezaban a intercambiar discos de Kim Crimson, Yes o los Beatles. O a rasgar guitarras y bajos en condiciones muy desfavorables, porque todo era nuevo, en plena dictadura, con dificultades para conseguir lo que hacía falta para tocar.
Pero lo hicieron, y lo más importante es que siguen haciéndolo, con las mismas ganas y creatividad de entonces.