La venta ilegal de medicamentos

La venta ilegal de medicamentos

09 Enero 2007
La ley es el precepto dictado por la autoridad competente, por la cual se manda o prohíbe algo en consonancia con la Justicia y para el bien de los gobernados. Los pueblos hacen leyes para regular la convivencia social, para hacerlas cumplir y para respetarlas. Pero Tucumán -también en otros puntos del país- parece ser la excepción, porque hay muchísimas normas que se cumplen a medias o directamente no se cumplen. Ello sucede, por ejemplo, con la Ley 7.317, promulgada hace tres años, que prohíbe la venta de remedios fuera de las farmacias y sin embargo, hay aún cientos de quioscos y drugstores de la provincia que no cumplen la norma. El presidente del Colegio de Farmacéuticos afirmó que la venta de remedios en lugares no habilitados es un problema cultural que llevará mucho tiempo erradicar. Dijo que hay gente que sigue comprando medicamentos en quioscos porque piensa que una aspirina es inofensiva y advirtió que ningún remedio es inocuo sin control médico.
   El responsable del Departamento de Fiscalización Farmacéutica del Siprosa, organismo encargado del control, señaló que es muy difícil controlar el comercio de medicamentos en drugstores y quioscos, porque en Tucumán funcionan cerca de 20.000 negocios de este tipo y la repartición sólo cuenta con apenas cuatro inspectores para toda la provincia.
   Una ordenanza municipal habilitó hace tiempo a quioscos y drugstores a vender algunos fármacos, pero al promulgarse la Ley 7.317, esa norma quedó sin efecto. Un farmacéutico que estuvo al frente del Colegio que los nuclea durante cinco períodos, criticó la pasividad de  esa institución y de las autoridades sanitarias porque se abandonó la campaña de concientización que se venía efectuando. Opinó que la venta ilegal de fármacos irá en aumento y exhortó a los farmacéuticos y al Siprosa a reforzar el control junto con la Dirección de Comercio y con la Municipalidad.
   En nuestra edición de ayer, también publicamos una encuesta realizada por la Universidad Maimónides y por el Instituto Argentino de Atención Farmacéutica, realizada entre 3.000 pacientes y 400 farmacéuticos (fue dada a conocer por el diario “La Nación”): reveló que alrededor de 100.000 personas son internadas anualmente en el país por mal uso de medicamentos y de ese total, unas 700 mueren.   La Confederación Farmacéutica Argentina atribuyó estos casos principalmente a la automedicación, mientras que la Universidad Maimónides señaló que es notable la falta de concientización de los argentinos por los medicamentos. Se estima que, en la Argentina, el 20 % de los medicamentos se vende por fuera de los circuitos legales de comercialización y entre los puntos de venta ilegal figuran los quioscos.   El hecho de que en una buena parte del país los medicamentos se sigan vendiendo en forma ilegal, no es una excusa para justificar lo que sucede en nuestra provincia. Es cierto que la constante transgresión de los tucumanos a las leyes se ha convertido en un deplorable hábito cultural, pero también parece absurdo que el Departamento de Fiscalización Farmacéutica del Siprosa sólo disponga de cuatro inspectores para efectuar el control en todo el territorio provincial. Ello habla de la poca conciencia o, por lo menos, de la indiferencia de las autoridades para hacer cumplir la ley.
   Una ley sirve solamente si es respetada por el Estado y por los ciudadanos. Si no se genera conciencia colectiva en torno de la norma, si falla su aplicación, si no hay sanciones, se produce un relajamiento en parte de la ciudadanía que la incumple. Difícilmente podremos tener una sociedad mejor y más organizada si no se respetan las leyes.

















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