09 Enero 2007
DISPERSOS. En la capital, cerca de 400 cibers encienden sus monitores cada mañana, para apagarlos a la madrugada. LA GACETA/ENRIQUE GALINDEZ
Que internet atrae -que hasta embelesa- a quienes la conocen y aprenden a manejarla, no es novedad ¿Pero qué es lo que este medio posee que puede hacer que tantos adolescentes y adultos tengan asistencia perfecta en los cybers más cercanos a sus hogares? Las respuestas son múltiples, según Miguel Darío Plaza, uno de los empleados de un cyber ubicado en Laprida al 200.
"Son varias las actividades que se hacen acá. Por lo general, los más chicos se copan con los videojuegos, aunque también chatean mucho", cuenta. Revisar mails, conversar con parientes lejanos, leer diarios, llenar formularios para becas y adquirir productos en las páginas especializadas de compra y venta son otras de las tareas más realizadas, según comentó Daniel Suárez, quien atiende un cyber ubicado en Santiago y Laprida. Y un empleado de un cyber que se encuentra en Mendoza al 300,que prefirió no identificarse, se animó a nombrar una preferencia de los clientes que pocos de los encargados admiten: la pornografía.
"El hecho de que ninguna de las computadoras de este negocio tenga juegos hace que menores y adolescentes casi no vengan aquí. Si alguna persona desea ver páginas con contenidos para adultos debemos constatar que sea mayor de 18 años, para entonces darle una clave con la que pueda desbloquear el filtro anti pornográfico, que todas las máquinas tienen", explicó el joven.
Redes seguras
Precisamente, la obligación de que el total de las computadoras de los cybers posean filtros para páginas con contenidos destinados a mayores, es una de las más exigidas y controladas por el personal de la Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental (Dipsa), que desde hace más de tres semanas está realizando una campaña de inspección en estos negocios.
"El objetivo es preservar la moralidad y las buenas costumbres de quienes navegan por internet. Aunque los filtros funcionan principalmente para la pornografía, también tratamos de evitar que los chicos entren en contacto con juegos violentos. Las temáticas de los más nuevos son desalentadoras: trata de blancas, asaltos, venta de drogas, entre otras. Lo peor es que los jóvenes se prenden mucho con este tipo de distracciones", informó Alejandro Yapur, jefe del departamento de Inspección General de la repartición municipal.
Los otros requisitos que deben cumplir los negocios de este rubro -que, según el funcionario, suman 400 en San Miguel de Tucumán- son: contar con la habilitación municipal, el certificado de desinfección y el carnet de sanidad del personal; asegurar un buen estado edilicio y mantener la higiene en los baños; separar secciones específicas para chicos y grandes; y exponer una cartelería adecuada dónde se muestre el horario correspondiente a menores y a mayores de 12 años.
"A partir de las 170 inspecciones que se han realizado hasta ahora, hemos clausurado cuatro locales y labrado 50 actas de comprobación", indicó Yapur, quien, además, aclaró que esta es una campaña preventiva y que se realizará una segunda en febrero para volver a inspeccionar aquellos locales que han sido alertados.
Restringidos
Yapur recordó lo reglamentado por la ordenanza 3.448 en el año 2004. Esta establece que los menores de 12 años de edad sólo podrán permanecer en el cyber hasta las 21 y los menores de 16 hasta las 24. Después de la medianoche, podrán quedarse sólo si están acompañados de una persona mayor de 21 años.
Respecto de esto, Jorge Briozzo, encargado de un cyber ubicado en Catamarca al 200, hizo hincapié en el tiempo en que sus clientes están frente al monitor. Comentó que la media de permanencia es de cinco horas por cada persona. "Nosotros cerramos a las 2, pero muchas veces debemos quedarnos unas horas más, esperando a que los clientes dejen de usar el servicio", expresó.
"Son varias las actividades que se hacen acá. Por lo general, los más chicos se copan con los videojuegos, aunque también chatean mucho", cuenta. Revisar mails, conversar con parientes lejanos, leer diarios, llenar formularios para becas y adquirir productos en las páginas especializadas de compra y venta son otras de las tareas más realizadas, según comentó Daniel Suárez, quien atiende un cyber ubicado en Santiago y Laprida. Y un empleado de un cyber que se encuentra en Mendoza al 300,que prefirió no identificarse, se animó a nombrar una preferencia de los clientes que pocos de los encargados admiten: la pornografía.
"El hecho de que ninguna de las computadoras de este negocio tenga juegos hace que menores y adolescentes casi no vengan aquí. Si alguna persona desea ver páginas con contenidos para adultos debemos constatar que sea mayor de 18 años, para entonces darle una clave con la que pueda desbloquear el filtro anti pornográfico, que todas las máquinas tienen", explicó el joven.
Redes seguras
Precisamente, la obligación de que el total de las computadoras de los cybers posean filtros para páginas con contenidos destinados a mayores, es una de las más exigidas y controladas por el personal de la Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental (Dipsa), que desde hace más de tres semanas está realizando una campaña de inspección en estos negocios.
"El objetivo es preservar la moralidad y las buenas costumbres de quienes navegan por internet. Aunque los filtros funcionan principalmente para la pornografía, también tratamos de evitar que los chicos entren en contacto con juegos violentos. Las temáticas de los más nuevos son desalentadoras: trata de blancas, asaltos, venta de drogas, entre otras. Lo peor es que los jóvenes se prenden mucho con este tipo de distracciones", informó Alejandro Yapur, jefe del departamento de Inspección General de la repartición municipal.
Los otros requisitos que deben cumplir los negocios de este rubro -que, según el funcionario, suman 400 en San Miguel de Tucumán- son: contar con la habilitación municipal, el certificado de desinfección y el carnet de sanidad del personal; asegurar un buen estado edilicio y mantener la higiene en los baños; separar secciones específicas para chicos y grandes; y exponer una cartelería adecuada dónde se muestre el horario correspondiente a menores y a mayores de 12 años.
"A partir de las 170 inspecciones que se han realizado hasta ahora, hemos clausurado cuatro locales y labrado 50 actas de comprobación", indicó Yapur, quien, además, aclaró que esta es una campaña preventiva y que se realizará una segunda en febrero para volver a inspeccionar aquellos locales que han sido alertados.
Restringidos
Yapur recordó lo reglamentado por la ordenanza 3.448 en el año 2004. Esta establece que los menores de 12 años de edad sólo podrán permanecer en el cyber hasta las 21 y los menores de 16 hasta las 24. Después de la medianoche, podrán quedarse sólo si están acompañados de una persona mayor de 21 años.
Respecto de esto, Jorge Briozzo, encargado de un cyber ubicado en Catamarca al 200, hizo hincapié en el tiempo en que sus clientes están frente al monitor. Comentó que la media de permanencia es de cinco horas por cada persona. "Nosotros cerramos a las 2, pero muchas veces debemos quedarnos unas horas más, esperando a que los clientes dejen de usar el servicio", expresó.
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