La única entidad que presta dinero a insolventes

Hasta hace tres años no sólo se lamentaba, también se deprimía. Delicia Juárez no sabía cómo conseguir el capital necesario para elaborar empanadas; su ilusión era venderlas en la feria de San José. Desocupada e insolvente, todo se le hacía cuesta arriba, hasta que la Fundación Madre Teresa de Calcuta lanzó en la zona del ex ingenio de la zona oeste el Banco Popular de la Buena Fe. Se trata de la primera de cinco filiales que en los próximos días también funcionarán a pleno en Las Talitas -Centro Social del barrio Acceso Este-, Tafí del Valle, Pacará y Río Seco.
"Primero saqué $ 300 y pude comenzar a fabricar y a vender mis empanadas en la feria. Después solicité otro préstamo de $ 500 para abrir un local, en casa, de venta de sándwiches y pizzas. Ahora ya me dieron el tercer crédito y estoy arreglando mi casa. El banco popular me devolvió la esperanza y la vida", dijo Delicia a LA GACETA, que recién a los 50 años puede disfrutar de algunos pequeños gustos que antes le estaban vedados.
Desde hace tres años, la fundación, que preside el contador Luis Córdoba, desarrolla el proyecto del economista bengalí Muhammad Yunus. El actual premio Nobel de la Paz fundó en 1976 en la India el banco Grameen, el primero en el mundo que otorgó microcréditos a personas totalmente insolventes.
En nuestro país el programa de Yunus se difunde a través de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación, que es el organismo que aporta el capital.

No firman garantías
El sistema funciona, a pesar de que a ninguno se le exige la firma de una garantía, documento o pagaré; se trabaja sobre la base de honestidad, confianza y responsabilidad, y confiando en la solidaridad de los beneficiarios. "Es una manera de reinstalar en la sociedad el valor de la palabra, y de recuperar cualidades que antes eran normales y que hoy se han convertido en excepcionales", puntualizó Cecilia Córdoba, la promotora y difusora del programa de la Nación en esta provincia.
Para acceder a un préstamo "del banquito" se exige ser mayor de 18 años, presentar un proyecto individual de trabajo productivo, y formar grupos de cinco personas del mismo sexo que sean desocupados o subocupados y que no tengan lazos familiares entre ellos. Una familia puede acceder a los créditos si cada uno de sus miembros se integra a distintos quintetos. El grupo es la garantía de cada proyecto.
"Es importante probar que el proyecto puede producir ganancias que permitan el crecimiento del emprendimiento y la devolución del préstamo al banco. Los proyectos deben ser aprobados, en principio, por el todo el grupo, y luego, por el equipo de promotores, que los someterán a una evaluación exhaustiva", explicó "Gringa", una de las promotoras "del banquito" que funcionará en una casa del Lote 14, Manzana B, del Barrio Acceso Este, de El Colmenar. La entrega del dinero se realiza en forma escalonada. Primero, dos personas del grupo de cinco reciben el dinero; a la semana siguiente lo perciben otras dos y una vez que ellos empiezan devolver la plata se le acredita el dinero al quinto integrante.

Tope de $300
"El monto tope es de $ 300 por persona, pero la cantidad de dinero que se les otorga depende del proyecto de cada uno. No deberán pagar ningún interés y el dinero se reintegra en 6 meses, en cuotas semanales de $12.50 cada una", indicó Claudia, otra de las promotoras.
Con este sistema los beneficiarios pueden desarrollar sus propias actividades y acceder a una mejor calidad de vida, no sólo para ellos sino también para toda su familia. "Las experiencias que conozco son excelentes. En la Capital Federal ya están prestando hasta $5.000 para arreglos de viviendas. Acá estamos comenzando a difundir la operatoria", remarcó Cecilia.
"¿Por qué se hace un grupo si cada uno va a trabajar individualmente? Para restablecer vínculos comunitarios y solidarios. "El banquito" no sólo abarca lo económico; también contempla las relaciones humanas. Los solicitantes, para recibir el dinero, deben someterse a una capacitación, conocida como ?semana de entrenamiento? durante una hora por día, para familiarizarse con el sistema", indicó Mimí Orellana, titular del Centro Comunitario de Las Talitas ubicado en el barrio Acceso Este, de El Colmenar.



Una condición excluyente para el tomador de créditos del también conocido como Banco del Pueblo es el compromiso de asistencia obligatoria a las reuniones semanales en días, horario y sede que fije cada grupo al cual se integran.
La Fundación Madre Teresa de Calcuta es una organización local, que se regionalizó a partir de este año. En San José, donde se inició el Banco Popular de la Buena Fe, ya entregó más de 100 créditos, y todas las semanas reúne a 25 mujeres, que son tomadoras de préstamos de este tipo. Algunas ya recibieron el cuarto crédito, porque una vez que terminan de abonarlo pueden solicitar otro en el acto.
Mientras las personas que conforman cada uno de los grupos de cinco personas cumplan con las pautas, el sistema funciona. El incumplimiento provoca un efecto dominó que termina perjudicando no sólo al grupo del miembro que dejó de pagar sino a los otros integrantes de grupos que esperan la plata. "Esta es una forma más digna para que una persona genere su propia fuente de trabajo y de ingresos para su grupo familiar. Se diferencia de los planes sociales porque en los créditos solidarios el beneficiario debe devolver el dinero", detalló la legisladora nacional por Tucumán, Stella Maris Córdoba, quien presidió el acto de lanzamiento del Banco del Pueblo en Las Talitas.
"Quien accede a este tipo de préstamos también asume un compromiso con el sistema, y responsabilidad y solidaridad con sus compañeros de grupo", aclaró la diputada del partido Justicialista.