18 Diciembre 2006
LA ULTIMA. Karma cerró el festival solidario con un show de dos horas. LA GACETA / FRANCO VERA
El sábado, la plaza Belgrano, en Banda del Río Salí, estuvo de fiesta. Más de quinientas personas bailaron en el "Rock in Río (Salí)", un recital solidario auspiciado por la Municipalidad, donde se recolectaron juguetes para los chicos carecientes de la zona.
El recital empezó a las 20.30, con los grupos de esa ciudad. Encruxijada abrió la noche, luego siguió Sienes Ardientes, y Arkadia fue la última banda local.
A las 22.30, subió al escenario Arrabal, y empezaron los primeros pogos de la noche entre covers de los Redondos e Intoxicados, como también de temas propios.
"Este tipo de eventos son los que realmente unifican al rock, por la diversidad de estilos que hay; además todo el mundo puede puede disfrutar porque es gratis", dijo, entusiasmado, Patricio Herrero, cantante de Arrabal.
Arrabal tocó casi una hora para luego dejarle el escenario a los chicos de B-19, que tocaron hasta pasada la medianoche. "Está buenísimo que se hagan cosas como esta, en una plaza, gratis y a beneficio de los chicos. Ojalá que se repita todos los años", dijo Gerónimo Cainzo, del grupo de La Florida.
El público fue variado. Familias, chicos en bicicleta, fanáticos del rock con remeras de bandas y curiosos que se asomaron. Todos pudieron disfrutar del recital, algunos sentados en los bancos de la plaza y otros con baile y saltos frente al escenario.
Cerca de la una de la mañana llegó Karma Sudaca, para calmar la ansiedad de la gente, que esperaba con impaciencia. Tony Molteni subió al escenario y pidió disculpas por la demora, que se justificó porque el grupo tocó en Tartagal el día anterior. Los espectadores aplaudieron; ya no importaba el retraso.
La última presentación del año de Karma empezó con "En el aire"; luego siguieron otros temas nuevos y no tanto, y claro, no faltó el clásico salto de Tony hacia el público.
"Es muy lindo; vi que trajeron muchos juguetes. Hace falta que se hagan cosas como esta. Yo aquí vine con mi hermana y me voy a quedar hasta que toque Karma porque me encanta y nunca los pude ver en vivo", dijo, sentada en un banco, Yenny Urueña, de 54 años, madre de uno de los integrantes de una de las bandas que actuó.
"Yo sigo a Karma siempre, pero estos recitales están buenísimos porque uno puede conocer a las nuevas bandas, como las de hoy, que suenan muy bien", dijo María Ester Adeé, una estudiante que fue a la Banda con un grupo de amigos.
El recital empezó a las 20.30, con los grupos de esa ciudad. Encruxijada abrió la noche, luego siguió Sienes Ardientes, y Arkadia fue la última banda local.
A las 22.30, subió al escenario Arrabal, y empezaron los primeros pogos de la noche entre covers de los Redondos e Intoxicados, como también de temas propios.
"Este tipo de eventos son los que realmente unifican al rock, por la diversidad de estilos que hay; además todo el mundo puede puede disfrutar porque es gratis", dijo, entusiasmado, Patricio Herrero, cantante de Arrabal.
Arrabal tocó casi una hora para luego dejarle el escenario a los chicos de B-19, que tocaron hasta pasada la medianoche. "Está buenísimo que se hagan cosas como esta, en una plaza, gratis y a beneficio de los chicos. Ojalá que se repita todos los años", dijo Gerónimo Cainzo, del grupo de La Florida.
El público fue variado. Familias, chicos en bicicleta, fanáticos del rock con remeras de bandas y curiosos que se asomaron. Todos pudieron disfrutar del recital, algunos sentados en los bancos de la plaza y otros con baile y saltos frente al escenario.
Cerca de la una de la mañana llegó Karma Sudaca, para calmar la ansiedad de la gente, que esperaba con impaciencia. Tony Molteni subió al escenario y pidió disculpas por la demora, que se justificó porque el grupo tocó en Tartagal el día anterior. Los espectadores aplaudieron; ya no importaba el retraso.
La última presentación del año de Karma empezó con "En el aire"; luego siguieron otros temas nuevos y no tanto, y claro, no faltó el clásico salto de Tony hacia el público.
"Es muy lindo; vi que trajeron muchos juguetes. Hace falta que se hagan cosas como esta. Yo aquí vine con mi hermana y me voy a quedar hasta que toque Karma porque me encanta y nunca los pude ver en vivo", dijo, sentada en un banco, Yenny Urueña, de 54 años, madre de uno de los integrantes de una de las bandas que actuó.
"Yo sigo a Karma siempre, pero estos recitales están buenísimos porque uno puede conocer a las nuevas bandas, como las de hoy, que suenan muy bien", dijo María Ester Adeé, una estudiante que fue a la Banda con un grupo de amigos.
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