04 Diciembre 2006
El arresto de Augusto Pinochet en Londres puso en evidencia el apoyo solapado de Chile a Gran Bretaña, durante la guerra de las Malvinas con la Argentina, en 1982. Todo salió a luz cuando la ex premier Margaret Thatcher pidió por la libertad de “un amigo” en la guerra. Este hecho desató la polémica entre los laboristas y conservadores británicos, y provocó el enojo del premier Tony Blair.
La excusa para apoyar a los británicos, que después fue revelada por un alto oficial chileno, fue que después del conflicto por Malvinas, la Argentina tenía como meta la invasión a las islas del canal de Beagle (Picton, Lenox y Nueva).
En medio de estas revelaciones, otra polémica se desataba en torno de la legalidad o no del arresto de Pinochet y su extradición a España. En Tucumán, Antonio Domingo Bussi era el gobernador y opinaba a favor de que el chileno fuera juzgado en su país. En la gaceta del 25/10/1998, Bussi decía que esa detención lesionaba severamente la soberanía de Chile, y criticó la extensión de la Justicia sobre la territorialidad de otros países.
Luego, añadió con ironía: “habría que suprimir a los jueces nacionales y a los tribunales del país y someternos todos a un tribunal internacional. Creo que esto no merece ni la más mínima consideración”. “Mientras se mantenga el concepto de soberanía, esto que intenta el juez Garzón, por vedettismo, y nada más que por eso, es un disparate”, dijo.
También Bussi figura entre los pedidos de captura de Garzón. Al respecto, Ricardo Bussi dijo que su padre “no es de viajar”, cuando se le preguntó entonces si temía que le pasara lo mismo que a Pinochet.
La excusa para apoyar a los británicos, que después fue revelada por un alto oficial chileno, fue que después del conflicto por Malvinas, la Argentina tenía como meta la invasión a las islas del canal de Beagle (Picton, Lenox y Nueva).
En medio de estas revelaciones, otra polémica se desataba en torno de la legalidad o no del arresto de Pinochet y su extradición a España. En Tucumán, Antonio Domingo Bussi era el gobernador y opinaba a favor de que el chileno fuera juzgado en su país. En la gaceta del 25/10/1998, Bussi decía que esa detención lesionaba severamente la soberanía de Chile, y criticó la extensión de la Justicia sobre la territorialidad de otros países.
Luego, añadió con ironía: “habría que suprimir a los jueces nacionales y a los tribunales del país y someternos todos a un tribunal internacional. Creo que esto no merece ni la más mínima consideración”. “Mientras se mantenga el concepto de soberanía, esto que intenta el juez Garzón, por vedettismo, y nada más que por eso, es un disparate”, dijo.
También Bussi figura entre los pedidos de captura de Garzón. Al respecto, Ricardo Bussi dijo que su padre “no es de viajar”, cuando se le preguntó entonces si temía que le pasara lo mismo que a Pinochet.