09 Noviembre 2006
Los policías Alejandro Darío Pérez, Ema Hortencia Gómez y Andrés Enrique Faversani serán juzgados por el crimen del juez de Menores Héctor Agustín Aráoz. Así lo decidió ayer el fiscal de la Cámara de Apelaciones, Carlos Castellano, quien avaló la elevación a juicio que había realizado el juez de Instrucción Juan Francisco Pisa a pedido del fiscal de Instrucción Guillermo Herrera.
Luego de analizar la causa que le fue enviada el 3 de octubre, Castellanos decidió sobreseer del delito de encubrimiento al también policía Juan Romano y al empresario Arturo Roife. Sin embargo, por ese mismo delito serán juzgados el comisario (r) Rodolfo Domínguez y el agente Gabriel Albornoz.
El 26 de noviembre de 2004, Aráoz fue encontrado sin vida en su casa de avenida Aconquija al 2.900, en Yerba Buena. Según determinaron los forenses, le habían disparado nueve veces con una pistola 9 milímetros.
De acuerdo con la investigación que realizó Herrera, se trató de un asesinato de índole pasional. Esta hipótesis se afirma en la tormentosa relación que mantenía Aráoz con Gómez, quien aparentemente llevaba en forma paralela una vinculación sentimental con Pérez. Faversani no habría formado parte del triángulo amoroso, pero sí, según la teoría del magistrado, podría haber colaborado con los dos únicos detenidos en el caso. Según la pericia balística que realizó la Policía, a Aráoz lo mataron con el arma reglamentaria de Pérez.
Herrera se había negado a acusar a Faversani (quien se encuentra en libertad) por el crimen. Pero los abogados Benjamín Frías Alurralde, María Dolores Leone Cervera y Dante Julio José Ibáñez, representantes de la querella, apelaron esta decisión, y tanto el juez Pisa como ahora Castellanos les dieron la razón.
La decisión del fiscal de Cámara no es apelable, por lo que la causa ahora deberá ser enviada a la Cámara Penal para que se sortee qué sala será la que, en 2007, lleve adelante el debate de uno de los casos más resonantes de los últimos tiempos.
Luego de analizar la causa que le fue enviada el 3 de octubre, Castellanos decidió sobreseer del delito de encubrimiento al también policía Juan Romano y al empresario Arturo Roife. Sin embargo, por ese mismo delito serán juzgados el comisario (r) Rodolfo Domínguez y el agente Gabriel Albornoz.
El 26 de noviembre de 2004, Aráoz fue encontrado sin vida en su casa de avenida Aconquija al 2.900, en Yerba Buena. Según determinaron los forenses, le habían disparado nueve veces con una pistola 9 milímetros.
De acuerdo con la investigación que realizó Herrera, se trató de un asesinato de índole pasional. Esta hipótesis se afirma en la tormentosa relación que mantenía Aráoz con Gómez, quien aparentemente llevaba en forma paralela una vinculación sentimental con Pérez. Faversani no habría formado parte del triángulo amoroso, pero sí, según la teoría del magistrado, podría haber colaborado con los dos únicos detenidos en el caso. Según la pericia balística que realizó la Policía, a Aráoz lo mataron con el arma reglamentaria de Pérez.
Herrera se había negado a acusar a Faversani (quien se encuentra en libertad) por el crimen. Pero los abogados Benjamín Frías Alurralde, María Dolores Leone Cervera y Dante Julio José Ibáñez, representantes de la querella, apelaron esta decisión, y tanto el juez Pisa como ahora Castellanos les dieron la razón.
La decisión del fiscal de Cámara no es apelable, por lo que la causa ahora deberá ser enviada a la Cámara Penal para que se sortee qué sala será la que, en 2007, lleve adelante el debate de uno de los casos más resonantes de los últimos tiempos.
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Héctor Agustín Aráoz