29 Octubre 2006
RUMBO AL AREA. A toda velocidad, “Jota” Morales intenta superar la marca de Huracán. Los delanteros “santos” siguen con la pólvora mojada. DYN
BUENOS AIRES (Enviado especial, Alfredo Aráoz).- “Animarse a más”, incita la publicidad de una gaseosa. Los personajes del aviso llegan a vestirse de osos gigantes para conquistar a la más linda del barrio. La hermosa chica podría llamarse Victoria. Claro, San Martín no vive en una burbuja y llegó a Caballito, cancha grande, enorme bullicio, como el muchacho del interior. Con una mano atrás y otra adelante, se conformaba con que Salvatore mantuviera secas las gargantas de Huracán. Pero el galán de Parque Patricios no tenía nada para mostrar.
La imagen que proyectaba el “globo”, equipo venido a menos, pero resucitado por Antonio Mohamed, quedaba en eso, en una imagen. Dubitativo desde los pies del arquero Leo Díaz hasta los del punta Larrivey, una maraña de imprecisiones se apoderaba del local. De hecho, la única jugada clara iba a llegar recién a los 23`, cuando Vigna habilitó a Milano, pero el petiso definió sin altura.
Entonces, el eslogan apareció, pero acompañado por signos de interrogación: “San Martín, ¿te animás a más?”, le preguntaron.
También dubitativos, los muchachos de Roldán, se tomaron un tiempo. Por si hacía falta convencerse, Ubeda y compañía estaban fuera de onda y, sin cortesía, invitaban a Antonio Ibáñez, a “Jota” Morales y a la mar en coche a visitar a Díaz.
El arquero ratificaba que sólo juega con las manos, porque con los pies se equivoca. Así, “habilitó” al menor de los Ibáñez, que remató desviado. Lástima que entre Cantero y Oga no se entendieron en el primer tiempo. Tampoco iban a hacerlo en el segundo...
Sin respuestas
Ese complemento llegó, y mientras Huracán seguía con sus remates al lomo de los pastores alemanes de la Policía, la jugada que pudo destapar la gaseosa en el vestuario estuvo en los pies de “Jota” Morales. El ídolo ya dejaba de ocuparse de la marca y con una media vuelta le quemó las manos al uno “quemero”.
Luego, las contras seguían siendo desperdiciadas por Antonio, por Morales, por Zárate, por Oga, por todos. La contundencia que le faltaba a San Martín la tuvo Claudio Guerra, que ingresó con el pelito con gel y mucha pinta de pícaro. Así, le sacudió la camiseta a Luciano González (falta clarísima y grosera, que el árbitro Rietti ignoró) y sólo tuvo que fusilar a Salvatore para el 1 a 0.
Ese gol subió las acciones de Huracán, y por si algo le faltaba al telón para caer, Larrivey aclaró por qué es un goleador: aprovechó un mal despeje de Monge y con un derechazo mandó a dormir al “santo”. Que ya, obvio, estaba con el ánimo por el suelo.
BUENOS AIRES (Enviado especial).- Luciano González fue el triste protagonista de la jugada que cambió el partido, en el gol de Claudio Guerra. “Fue falta. Yo tengo la marca controlada y el delantero me agarró de la camiseta y me movió un metro. Fue una jugada clara que vio el árbitro, pero no cobró nada ni tampoco lo hizo el línea”, argumentó.
“Puede ser que el rival y la gente influyan -agregó-. Como dice Carlos Roldán, Dios está en Buenos Aires. No sé si estaremos pagando el derecho de piso o qué, pero tendríamos que estar más arriba”.
Según González, “no nos salen las cosas y por eso tenemos un gusto amargo. Ahora debemos masticar la bronca y tomarnos revancha la semana que viene, no queda otra”.
Juan José Morales también fue protagonista de una jugada que pudo cambiar el partido, pero el arquero Leo Díaz le ahogó el grito de gol. "Tengo mucha bronca. Hay pelotas que salen un poco más esquinadas, pero en esta no sé cómo hizo el arquero para atajarla -señaló-. Reconocemos que no estamos jugando bien, pero también es muy cierto que no estamos ligando nada”.
- Cantos y “trapos”. Varios centenares de hinchas de San Martín coparon la platea norte que les cedió Huracán. Como la mayoría era de Buenos Aires, cantó algunas canciones del “santo”, pero también inflaron el pecho por la provincia al grito de “Tucumán”. Hubo muchas banderas. Las que se destacaron fueron las de la peña de Villa Soldati y la del barrio Las Marías.
- Todos con Mohamed. El técnico de Huracán es Antonio Mohamed. El “Turco” perdió en julio a su hijo Faryd, durante el Mundial de Alemania, y desde que volvió a dirigir recibe el apoyo de todos. Al respaldo de los hinchas de Huracán, se sumó el de San Martín. Antes del partido, la dirigencia le regaló una camiseta, y en la tribuna visitante había una bandera que decía: “Fuerza, Turco. San Martín”.
- A los golpes. Tras el final el encuentro, Cristian Díaz, lateral de Huracán, fue el último en dejar la cancha. Cuando se dirigía al vestuario, un hincha del equipo se acercó para recriminarlo con tanta furia que intercambiaron un par de golpes. La bronca del defensor fue contenida por asistentes y por un par de policías. “Está borracho, sacámelo de acá”, vociferó el ex defensor de Independiente, que no tuvo una buena actuación.
La imagen que proyectaba el “globo”, equipo venido a menos, pero resucitado por Antonio Mohamed, quedaba en eso, en una imagen. Dubitativo desde los pies del arquero Leo Díaz hasta los del punta Larrivey, una maraña de imprecisiones se apoderaba del local. De hecho, la única jugada clara iba a llegar recién a los 23`, cuando Vigna habilitó a Milano, pero el petiso definió sin altura.
Entonces, el eslogan apareció, pero acompañado por signos de interrogación: “San Martín, ¿te animás a más?”, le preguntaron.
También dubitativos, los muchachos de Roldán, se tomaron un tiempo. Por si hacía falta convencerse, Ubeda y compañía estaban fuera de onda y, sin cortesía, invitaban a Antonio Ibáñez, a “Jota” Morales y a la mar en coche a visitar a Díaz.
El arquero ratificaba que sólo juega con las manos, porque con los pies se equivoca. Así, “habilitó” al menor de los Ibáñez, que remató desviado. Lástima que entre Cantero y Oga no se entendieron en el primer tiempo. Tampoco iban a hacerlo en el segundo...
Sin respuestas
Ese complemento llegó, y mientras Huracán seguía con sus remates al lomo de los pastores alemanes de la Policía, la jugada que pudo destapar la gaseosa en el vestuario estuvo en los pies de “Jota” Morales. El ídolo ya dejaba de ocuparse de la marca y con una media vuelta le quemó las manos al uno “quemero”.
Luego, las contras seguían siendo desperdiciadas por Antonio, por Morales, por Zárate, por Oga, por todos. La contundencia que le faltaba a San Martín la tuvo Claudio Guerra, que ingresó con el pelito con gel y mucha pinta de pícaro. Así, le sacudió la camiseta a Luciano González (falta clarísima y grosera, que el árbitro Rietti ignoró) y sólo tuvo que fusilar a Salvatore para el 1 a 0.
Ese gol subió las acciones de Huracán, y por si algo le faltaba al telón para caer, Larrivey aclaró por qué es un goleador: aprovechó un mal despeje de Monge y con un derechazo mandó a dormir al “santo”. Que ya, obvio, estaba con el ánimo por el suelo.
“Me agarró de la camiseta; fue falta”
BUENOS AIRES (Enviado especial).- Luciano González fue el triste protagonista de la jugada que cambió el partido, en el gol de Claudio Guerra. “Fue falta. Yo tengo la marca controlada y el delantero me agarró de la camiseta y me movió un metro. Fue una jugada clara que vio el árbitro, pero no cobró nada ni tampoco lo hizo el línea”, argumentó.
“Puede ser que el rival y la gente influyan -agregó-. Como dice Carlos Roldán, Dios está en Buenos Aires. No sé si estaremos pagando el derecho de piso o qué, pero tendríamos que estar más arriba”.
Según González, “no nos salen las cosas y por eso tenemos un gusto amargo. Ahora debemos masticar la bronca y tomarnos revancha la semana que viene, no queda otra”.
Juan José Morales también fue protagonista de una jugada que pudo cambiar el partido, pero el arquero Leo Díaz le ahogó el grito de gol. "Tengo mucha bronca. Hay pelotas que salen un poco más esquinadas, pero en esta no sé cómo hizo el arquero para atajarla -señaló-. Reconocemos que no estamos jugando bien, pero también es muy cierto que no estamos ligando nada”.
Rincón santo
- Cantos y “trapos”. Varios centenares de hinchas de San Martín coparon la platea norte que les cedió Huracán. Como la mayoría era de Buenos Aires, cantó algunas canciones del “santo”, pero también inflaron el pecho por la provincia al grito de “Tucumán”. Hubo muchas banderas. Las que se destacaron fueron las de la peña de Villa Soldati y la del barrio Las Marías.
- Todos con Mohamed. El técnico de Huracán es Antonio Mohamed. El “Turco” perdió en julio a su hijo Faryd, durante el Mundial de Alemania, y desde que volvió a dirigir recibe el apoyo de todos. Al respaldo de los hinchas de Huracán, se sumó el de San Martín. Antes del partido, la dirigencia le regaló una camiseta, y en la tribuna visitante había una bandera que decía: “Fuerza, Turco. San Martín”.
- A los golpes. Tras el final el encuentro, Cristian Díaz, lateral de Huracán, fue el último en dejar la cancha. Cuando se dirigía al vestuario, un hincha del equipo se acercó para recriminarlo con tanta furia que intercambiaron un par de golpes. La bronca del defensor fue contenida por asistentes y por un par de policías. “Está borracho, sacámelo de acá”, vociferó el ex defensor de Independiente, que no tuvo una buena actuación.
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