Premiaron un trabajo sobre tabaquismo en zonas rurales

Augusto Dantur, Eduardo Mateo, Guillermo del Carlo, Carlos López Moris y Gonzalo Altieri exhiben orgullosos el premio por su investigación sobre tabaquismo que se trajeron del último Congreso Argentino de Estudiantes de Medicina, que se desarrolló en Buenos Aires. Para estos alumnos que están cursando el 4º año de Medicina en la UNT, el balance fue positivo por donde se lo mire: en una carrera que privilegia la clínica, pudieron ejercitarse en metodología de la investigación. Y, como si fuera poco, se divirtieron.

-¿Qué ponderó el jurado para premiarlos?
Augusto: El jurado ponderó que hayamos elegido un trabajo epidemiológico, y en un área rural. Trabajamos sobre encuestas que ya había desarrollado con más amplitud el grupo de profesionales de Neumonología del Hospital Centro de Salud.
Eduardo: Hay que aclarar que nosotros ganamos el premio en la categoría Medicina Preventiva y Salud Pública. Y que no fuimos los únicos representantes de Medicina de la UNT. Los seis mejores trabajos de todo el congreso tenían que exponer ante un jurado internacional, para el premio mayor, y tres trabajos fueron de la UNT. Y el premio mayor fue un trabajo sobre desnutrición en chicos de 15 a 19 años en escuelas rurales de la UNT.

-¿Qué investigaron ustedes?
Augusto: Investigamos sobre tabaquismo en Tafí del Valle. Concluimos que el porcentaje de fumadores en Tafí del Valle es más bajo que en la ciudad. Mientras que en la población urbana fuma un tercio de la población, en Tafí del Valle el porcentaje es de apenas el 8 %. En Tafí del Valle fuman más los hombres que las mujeres. También pudimos ver que los medios de comunicación, la propaganda y el bajo costo del producto inciden en el consumo de cigarrillos. Pero lo más interesante, lo más divertido, ha sido compartir esta experiencia. Gonzalo y yo ya habíamos formado parte de una campaña antitabáquica. Les presentamos la propuesta a nuestros amigos, e hicimos el trabajo.

-¿Cómo fue la experiencia de investigar?
- Eduardo: es la primera vez que participo en investigación. Y descubrí que esa área puede ser muy importante en Medicina.

-¿La Facultad prepara para investigar?
Augusto: Cuando ingresamos no había ningún módulo de Investigación. Ahora, en Primer año, hay Metodología de la Investigación.
Guillermo: También está la Sociedad Científica de Estudiantes de Medicina de Tucumán, integrada por alumnos, y cuyo director científico, Andrés Ferre, nos alentó a presentarnos.

-¿Por qué han elegido ser médicos?
Augusto: Yo entré “por descarte”, me gustaban las ciencias biológicas.
Carlos: En mi caso, es cierto que viví la medicina durante toda la vida, porque mi padre es médico. Pero yo me enamoré de la carrera en segundo año. Ahí, recién, empecé a comprender qué es la medicina. Cuando estás en primer año, en cualquier Facultad, no sabés dónde estás parado, no sabés ni cómo hacer un trámite.
Guillermo: a mí, ese “click” me pasó en tercer año, cuando empezamos a tener contacto con el paciente. Hasta entonces, todo es teórico. El contacto con el paciente es decisivo.
Gonzalo: supongo que la influencia de los padres está; pero en mi caso, yo lo decidí cuando estaba terminando el secundario. Y elegí la carrera por vocación. Por todo lo que significa ser médico, por la posibilidad de ayudar a la gente. Creo que la medicina es una manera de ver el mundo, de ayudar a la gente. De hacer cosas como las que hicimos: investigar, para ayudar a la gente. Cuando elegí medicina, la elegí por el amplio espectro que ofrece: no sólo la clínica, sino también la investigación, o el costado administrativo.

-¿Cómo es la experiencia del ingreso a medicina?
Carlos: es un caso de histeria colectiva. Hay muchos mitos: por ejemplo, que venden exámenes, y que entrás si sos hijo de médico. Y no es así. Lo que es cierto es que el secundario no te aporta el rigor suficiente como para encarar la exigencia del ingreso.
Guillermo: en el secundario nos acostumbraron a estudiar menos de una hoja. Y en el examen tenemos todo el secundario comprimido en un módulo que tarda un mes en rendirse. Eso es lo que lo hace difícil.
Eduardo: Al haber una brecha tan grande entre el secundario y el ingreso a la universidad, se abrieron las puertas para el surgimiento de un nuevo comercio. Tendría que achicarse esa brecha entre el secundario y la universidad.

-¿Cómo ven las pasantías rurales?
-Augusto: me parece positivo. Hay gente de la UBA que viene a hacer la pasantía rural en Tucumán. El sistema es muy bueno, porque además de las prácticas hospitalarias, esos dos años de práctica nos sirven mucho.

-Eduardo y Guillermo, ustedes son salteños ¿se arrepienten de haber elegido la UNT para cursar la Universidad?
-Para nada (responden al unísono). Ha sido una experiencia muy rica, por donde se la mire.

-¿Qué críticas le harían a la carrera?
-Carlos: En los dos últimos años del cursado, se vuelve una carrera contra el tiempo. Se trata de cursar y rendir, cursar y rendir, sin descanso.

-¿Cómo ven el nuevo plan de estudios propuesto para Medicina?
-(Se superponen en sus intervenciones Augusto, Guillermo y Eduardo): Habría que verlo en la práctica, pero ha tenido malos resultados en Chile y en España. Se trata de organizar no por cátedra, sino como departamentos de orientación en aparato digestivo, aparato respiratorio. Otro tema es que la facultad tiene infraestructura, pero está muy mal distribuida. Hay que andar corriendo entre el Centro de Salud, el Hospicio del Carmen, la Quinta. Eso, sumado a que tenemos muchas materias.
Gonzalo: lo que le envidiamos a la UBA es el Hospital de Clínicas. En la UNT tenemos excelentes profesores, y muchas veces los desaprovechamos, porque tenemos que andar de un lugar a otro. En la Quinta hay lugar suficiente como para levantar un hospital escuela. Sería una muy buena inversión, y así podrían ingresar todos los chicos que se quedan con las ganas de entrar.