16 Septiembre 2006
VEHEMENTE. La renombrada periodista tenía un estilo directo que llegaba a intimidar a sus entrevistados. AFP
ROMA.- Oriana Fallaci, figura emblemática y controvertida de la prensa y la literatura de Italia, murió en Florencia, su ciudad natal. La periodista, nacida el 29 de junio de 1929, falleció como consecuencia de un cáncer, enfermedad que combatía desde hace varios años.
La periodista y escritora, ex corresponsal de guerra, sobre todo en Medio Oriente y en Vietnam, entrevistó en los años 60 y 70 a los personajes más importantes del mundo -entre ellos, Yasser Arafat, Golda Meir, Indira Gandhi, Henry Kissinger, Mao Tse Tung, Robert Kennedy o el actor Sean Connery-. Y puso nerviosos a muchos de sus entrevistados.
Oriana Fallaci, que pasó de la izquierda a la derecha, se definía como una “atea cristiana”, es decir, como no creyente pero leal a la identidad cristiana de Europa. La periodista fue recibida por el papa Benedicto XVI discretamente, en agosto de 2005, en la residencia de verano pontificia de Castel Gandolfo, cerca de Roma, pese a que en sus libros criticaba a la Iglesia y al cristianismo. Sostenía en esos escritos: “serán fagocitados por el Islam, que convertirá a Jesucristo en un hijo degenerado, un profeta de segunda clase”.
Con la resistencia
La célebre reportera, que luchó cuando era adolescente con la resistencia antifascista, comenzó su carrera a los 17 años escribiendo para el diario “Il Corriere della Sera”. Como enviada especial en distintos países del mundo entero, Oriana Fallaci logró lo que parecía imposible para una mujer. Fue también una de las pocas mujeres a las que el ayatollah iraní Khomeini concedió una entrevista en 1979.
Su historia de amor más conocida fue con un opositor asesinado durante el régimen de los coroneles en Grecia, Alekos Panagoulis. En su novela “Un hombre”, contó la historia de Panagoulis, un héroe de la resistencia y su amante en los años 70 tras una entrevista.
Entre sus best sellers se incluyen “Entrevista con la historia”, un clásico del periodismo por sus grandes conversaciones con políticos y actores, y “Carta a un niño que nunca nació”, sobre el aborto. La periodista, que colaboró con los grandes diarios de la prensa extranjera tanto de Estados Unidos como de Francia y Alemania, será enterrada en una ceremonia privada, en cumplimiento de su expreso deseo. (AFP-NA)
La periodista y escritora, ex corresponsal de guerra, sobre todo en Medio Oriente y en Vietnam, entrevistó en los años 60 y 70 a los personajes más importantes del mundo -entre ellos, Yasser Arafat, Golda Meir, Indira Gandhi, Henry Kissinger, Mao Tse Tung, Robert Kennedy o el actor Sean Connery-. Y puso nerviosos a muchos de sus entrevistados.
Oriana Fallaci, que pasó de la izquierda a la derecha, se definía como una “atea cristiana”, es decir, como no creyente pero leal a la identidad cristiana de Europa. La periodista fue recibida por el papa Benedicto XVI discretamente, en agosto de 2005, en la residencia de verano pontificia de Castel Gandolfo, cerca de Roma, pese a que en sus libros criticaba a la Iglesia y al cristianismo. Sostenía en esos escritos: “serán fagocitados por el Islam, que convertirá a Jesucristo en un hijo degenerado, un profeta de segunda clase”.
Con la resistencia
La célebre reportera, que luchó cuando era adolescente con la resistencia antifascista, comenzó su carrera a los 17 años escribiendo para el diario “Il Corriere della Sera”. Como enviada especial en distintos países del mundo entero, Oriana Fallaci logró lo que parecía imposible para una mujer. Fue también una de las pocas mujeres a las que el ayatollah iraní Khomeini concedió una entrevista en 1979.
Su historia de amor más conocida fue con un opositor asesinado durante el régimen de los coroneles en Grecia, Alekos Panagoulis. En su novela “Un hombre”, contó la historia de Panagoulis, un héroe de la resistencia y su amante en los años 70 tras una entrevista.
Entre sus best sellers se incluyen “Entrevista con la historia”, un clásico del periodismo por sus grandes conversaciones con políticos y actores, y “Carta a un niño que nunca nació”, sobre el aborto. La periodista, que colaboró con los grandes diarios de la prensa extranjera tanto de Estados Unidos como de Francia y Alemania, será enterrada en una ceremonia privada, en cumplimiento de su expreso deseo. (AFP-NA)
FRASES TEXTUALES
“Los argentinos tienen un enano fascista adentro” (Dicho durante una visita a nuestro país, durante la que fue entrevistada en el programa “Tiempo nuevo”)
“El periodismo no se puede dejar doblegar. Sin un periodismo de régimen una dictadura no puede sobrevivir”. (Dicho en una entrevista en la TV argentina)
“Escribo porque es mi deber. Un deber que me está costando la vida. Y por deber, he examinado a fondo esta tragedia, la he estudiado a fondo”.
“Las Cruzadas fueron la respuesta a cuatro siglos de ocupaciones, invasiones, vejaciones, carnicerías. Fueron una contraofensiva para bloquear el expansionismo islámico en Europa”.
“Si eres un bígamo italiano o francés o inglés, vas derecho a la cárcel. Pero si eres un bígamo argelino o marroquí, paquistaní, sudanés o senegalés, nadie te toca un pelo”.
“El 95 por ciento de los musulmanes rechaza la libertad y la democracia, no sólo porque no saben lo que es sino también porque si se lo explicas, no lo entienden”.
“Los terroristas, los kamikazes, no nos matan sólo por el gusto de matarnos. Nos matan para doblarnos, para desanimarnos, para intimidarnos, para cansarnos, para chantajearnos”.
“La idea de morir no me da miedo; en lugar de miedo, siento una especie de melancolía, una especie de lástima que ofusca mi sentido del humor”.
“El periodismo no se puede dejar doblegar. Sin un periodismo de régimen una dictadura no puede sobrevivir”. (Dicho en una entrevista en la TV argentina)
“Escribo porque es mi deber. Un deber que me está costando la vida. Y por deber, he examinado a fondo esta tragedia, la he estudiado a fondo”.
“Las Cruzadas fueron la respuesta a cuatro siglos de ocupaciones, invasiones, vejaciones, carnicerías. Fueron una contraofensiva para bloquear el expansionismo islámico en Europa”.
“Si eres un bígamo italiano o francés o inglés, vas derecho a la cárcel. Pero si eres un bígamo argelino o marroquí, paquistaní, sudanés o senegalés, nadie te toca un pelo”.
“El 95 por ciento de los musulmanes rechaza la libertad y la democracia, no sólo porque no saben lo que es sino también porque si se lo explicas, no lo entienden”.
“Los terroristas, los kamikazes, no nos matan sólo por el gusto de matarnos. Nos matan para doblarnos, para desanimarnos, para intimidarnos, para cansarnos, para chantajearnos”.
“La idea de morir no me da miedo; en lugar de miedo, siento una especie de melancolía, una especie de lástima que ofusca mi sentido del humor”.
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