17 Agosto 2006
Una inmensa escultura de bronce de 4,5 metros y 2.500 kilos, que conmemora una tragedia ferroviaria, fue robada del pedestal de granito que la sostenía en la localidad mendocina de La Paz.
Según informó el portal “Los Andes on line”, los delincuentes, conduciendo un camión y una camioneta y siguiendo una huella con pozos y difícil, llegaron al desolado paraje de Cadetes de Chile, ubicado a 30 kilómetros al sureste de La Paz.
Allí, en medio de la más absoluta soledad y bajo el monumento con forma de mujer, que desde hace casi 80 años conmemora la tragedia ferroviaria de Alpatacal, comieron un asado que acompañaron con cervezas.
Por la noche, los hombres prendieron una fogata para alumbrarse y usando cables y cadenas que robaron de la escuela abandonada que hay en el lugar, engancharon la estatua de 2.500 kilos de bronce. Luego, tiraron con el camión para uno y otro lado hasta que consiguieron voltearla de la base que la sostenía.
Por fin, utilizando un aparejo la cargaron en el camión y se fueron por donde habían llegado. Así, siguiendo una huella difícil y olvidada que evita la mayoría de las tranqueras que hay en la zona, abandonaron del lugar.
La policía hizo rastreos de la región por tierra y aire durante toda la mañana de ayer y buscando huellas. La primera conclusión a la que llegaron es que la estatua robada no fue ocultada ni enterrada en los campos de la zona. (Télam).
Según informó el portal “Los Andes on line”, los delincuentes, conduciendo un camión y una camioneta y siguiendo una huella con pozos y difícil, llegaron al desolado paraje de Cadetes de Chile, ubicado a 30 kilómetros al sureste de La Paz.
Allí, en medio de la más absoluta soledad y bajo el monumento con forma de mujer, que desde hace casi 80 años conmemora la tragedia ferroviaria de Alpatacal, comieron un asado que acompañaron con cervezas.
Por la noche, los hombres prendieron una fogata para alumbrarse y usando cables y cadenas que robaron de la escuela abandonada que hay en el lugar, engancharon la estatua de 2.500 kilos de bronce. Luego, tiraron con el camión para uno y otro lado hasta que consiguieron voltearla de la base que la sostenía.
Por fin, utilizando un aparejo la cargaron en el camión y se fueron por donde habían llegado. Así, siguiendo una huella difícil y olvidada que evita la mayoría de las tranqueras que hay en la zona, abandonaron del lugar.
La policía hizo rastreos de la región por tierra y aire durante toda la mañana de ayer y buscando huellas. La primera conclusión a la que llegaron es que la estatua robada no fue ocultada ni enterrada en los campos de la zona. (Télam).
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